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sábado, 5 de marzo de 2011

CARTA A STALIN

Padre querido, me han venido las nuevas que traen los camaradas que vistan nuestra amada Patria y no termino de creérmelas. Seguro que son difamaciones trotskistas, fascistas que traicionaron el espíritu revolucionario del camarada Lenin aliándose con la burguesía.

Padre, no puedo creer que hayas muerto.

Recuerdo tu figura en la fría noche en la ciudad de Leningrado y en la de Moscú. Con tu voz y tu espíritu me dabas calor y abrigo de la oscuridad y de los enemigos de la Revolución. Tu imagen en el despacho, donde firmabas órdenes para que tu pueblo, el glorioso pueblo de los soviets, pudiera vivir dignamente, otorgándoles techo y comida; tú que conseguiste que tu nación y tu pueblo pudieran salir adelante sin ayuda y frente a toda adversidad , tú, maestro inigualable para descubrir soluciones a los problemas más arduos, incluso en los casos en que parecía que no había solución posible; tú, que creaste un país colosal desde tus más humildes orígenes, encontraste una Rusia con arado y la dejó equipada con armas atómicas. No, no importa lo que se diga de él, ni la historia ni los pueblos te olvidarán

Tomaste, después de Lenin, el joven país soviético, que estaba amenazado por todos lados, incluso desde dentro, por los enemigos, y dejaste atrás un gran estado socialista, rodeado de hermanos países socialistas. ¿Es esto un crimen? Fuiste un timonel que condujo al país a la prosperidad y las victorias. El padre era respetado y querido. Esto no es un culto. Esto se llama respeto universal.

Tu figura rebosaba humanidad pues fuiste el único que acogiste a los niños del pueblo español y a todos aquellos que escapaban de la barbarie fascista del general Franco, general rastrero, que tras jurar fidelidad a la república, se levantó de forma dictatorial contra un gobierno elegido democráticamente por el pueblo español, un pueblo que empezaba a tener voz propia, donde el campesino era tratado peor que a un perro, donde la burguesía se alimentaba de su sangre, carne y trabajo como un parásito chupóptero

Llegó el final de la España republicana, ahogada y asesinada por el fascismo y, tú, como dijo el poeta Miguel Hernández en su poesía clamando a la libertad, fuiste un árbol generoso y cautivo que otorgabas tus frutos a la gente; pues fuiste un padre para muchos cuando, en nombre de tu pueblo, acogiste a nuestros niños y nos diste trigo, pan, educación y techo, entre otras cosas. Tu figura humana está hoy más presente que nunca. Es necesario examinar la cuestión del régimen de España. Tú sabías que el régimen de Franco en España fue impuesto por Alemania e Italia y que entraña grave peligro para las naciones unidas amantes de la libertad y luchaste por crear condiciones tales que el pueblo español pueda establecer el régimen que elija. las potencias imperialistas hicieron caso omiso a tus deseos y hoy es el pueblo español quien sufre la represión y el fascismo en sus carnes.

Ahora, tras tu muerte, se difama más que nunca tu persona: aquellos a quienes tú llamabas hijos, han traicionado y traicionan tu herencia, de forma tan vil y bellaca que llegan a afirmar que utilizaste a los niños como carne de cañón en la guerra contra el régimen nazi de Hitler.

¡Cuan bajo puede caer el ser humano, cuan miserable puede ser! Y tiene nombre. Son la burguesía, los capitalistas y los Trotskistas. El capitalismo se pudre, pero no se le puede comparar sencillamente con un árbol, que esté tan corrompido, que tiene que caer a tierra por sí solo. No, la revolución, el relevo de un sistema por otro, ha sido siempre una lucha, una lucha penosa y cruel, una lucha de vida o muerte. Y cada vez que los hombres del mundo nuevo llegaron al poder, tuvieron que defenderse de los intentos del mundo viejo de restaurar el viejo orden por la violencia; estos hombres del mundo nuevo siempre han tenido que estar en guardia, siempre dispuestos a rechazar los ataques del mundo viejo al nuevo sistema. Sí, tiene razón al decir que se derrumba el viejo sistema social; pero no se derrumba por sí mismo. Tome por ejemplo el fascismo. El fascismo es una fuerza reaccionaria que, utilizando la violencia, intenta conservar el viejo mundo. ¿Qué quiere hacer con los fascistas? ¿Discutir con ellos? ¿Tratar de convencerlos? Pero así, con ellos, no se logra ni lo más mínimo. Los comunistas no glorifican, de ninguna manera, la aplicación de la violencia. Pero ellos, los comunistas, no tienen la intención de dejarse sorprender, no se pueden fiar de que el viejo mundo se saldrá del escenario voluntariamente, ven, que el viejo sistema se defiende por la violencia y, por eso mismo, los comunistas le dicen a la clase obrera: ¡Contestad a la violencia con la violencia, haced todo lo que esté en vuestras fuerzas para impedir que os aplaste el viejo orden moribundo, no dejéis que os aten las manos, aquellas manos, con las que derribaréis el viejo sistema!

Acusándote de dogmático y de “déspota”, los ideólo­gos de la reacción han hecho coro en sus ataques contra ti con los renegados revisionistas de toda ralea, para así asestar un pérfido golpe a los fundamentos mismos del marxismo-leninismo y de la revolución, ya que toda tu vida y obra  están ligados a un decisivo perío­do de la historia moderna de la humanidad, como es la Revolución de Octubre de 1917 y la construcción del socialismo en el primer país donde el proletariado conquistó el Poder mediante la revolución proletaria, y aplastó el poder capitalista y reaccionario de la burgue­sía y del imperialismo.

¿Por qué no preguntan a los niños? Fueron ellos los que se ofrecieron voluntarios para ayudar al pueblo soviético, para pagar su deuda con ellos.

El desarrollo de la guerra fue atroz y no quiero rememorar aquellos sucesos que dejaron malherida a nuestra Patria mientras nuestros camaradas se defendían como podían, con uñas y dientes, hombres y mujeres que pensaban en otorgar un futuro a las generaciones venideras. Tus méritos ante la historia están allí: Comprendiste que había que renunciar al milagro evidente de la revolución mundial y por lo mismo entregarse a reconstruir el socialismo en un solo país y sacaste todas las consecuencias: defenderlo a toda costa como la base y la retaguardia de todo socialismo en el mundo, convertirlo bajo el sitio del imperialismo en una fortaleza inexpugnable y con este fin dotarlo prioritariamente de una industria pesada de la que salieron los tanques de Stalingrado que sirvieron al heroísmo del pueblo soviético en una lucha a muerte para librar al mundo del nazismo. Nuestra historia pasa también por aquí. 

Prácticamente todos perdieron en la guerra a alguno de sus hijos, amén de otros familiares cercanos. Los tres hijos de Anastas Mikoian fueron a la guerra. Vladimir, con 18 años, se incorporó al frente de batalla en junio de 1942 y apenas unos meses después murió en combate. Eso no fue un impedimento para que el menor de los Mikoian se incorporara en 1943, al mismo cumplir los 18 años, aunque con mejor destino que su hermano. La captura de Yakov, tu hijo mayor, al principio de la guerra no fue un impedimento para que Vasilii Stalin se incorporara al frente, lo mismo que Artiom, tu hijo adoptivo. Vasilii, para evitar ser capturado por los alemanes y correr la misma suerte que su hermano, volaba sin paracaídas. Yakov fue asesinado por los alemanes en un campo de prisioneros, aunque eso sólo se supo tras finalizar la guerra. También murió Timur Frunze, el hijo del legendario Frunze. Tenía 19 años cuando cayó en un combate desigual contra 8 cazas enemigos, pero después de derribar dos. Sergo Beria también fue a la guerra en cuanto cumplió los 18 años, pero tuvo mejor suerte y sobrevivió al conflicto. La lista de jóvenes héroes es muy extensa, y a ella hay que añadir los nombres de muchos españoles, entre ellos el de Rubén Ruiz Ibárruri, el hijo de Pasionaria, que cayó en combate en la terrible batalla de Stalingrado y que está enterrado en una alameda en el mismo centro de la ciudad.

Contrariamente a estos hechos, los enemigos y los traidores te acusaron , bajo el pretexto que no había previsto la amenaza fascista, de no reforzar la frontera con Alemania, que se había hecho poco por modernización del Ejército Rojo, en cuanto a los tanques, la artillería y la aviación y además la agresión había tomado a la Unión Soviética por sorpresa el 22 de junio de 1941. ¿De qué sorpresa y de qué ausencia de perspicacia los enemigos, los traidores y los especuladores hablan?. Este hecho histórico es conocido en todo el mundo: Previendo la guerra contra Alemania, propusiste al bloque anglofrancés, desde 1939, crear un bloque antihitlérien pero el campo anglofrancés se negó, porque esperaba presionar a Hitler a hacer la guerra contra la Unión Soviética, a consecuencia de lo cual que Daladier y Chamberlain se frotaban las manos. No sólo habías previsto la guerra, sino que además, no fue tomado por sorpresa. Negar tus méritos durante la Gran Guerra Patria es tan absurdo, como querer meter todos los ríos, mares y océanos del planeta en un tubo de penicilina. Esas bajas acusaciones contra ti simplemente no tienen fundamento.

Durante su epopeya, los heroicos combatientes y ciudadanos de Leningrado así como la flota del Báltico sostuvieron con firmeza tu obra como el comandante supremo. La importancia política y militar de la resistencia de Leningrad reside también en el hecho de que contribuyó extraordinariamente a garantizar la suerte de Moscú. Toda persona tanto o sea un poco a la corriente de las leyes del arte de la guerra no pueden afirmar que una derrota alemana habría sido posible a proximidad de la frontera soviética. Era indispensable efectuar un repliegue. Importaba también que este repliegue temporal de los ejércitos rusos no se hiciera en el pánico. Fue en efecto organizado un repliegue táctico, con objetivos estratégicos claros, durante el cual se golpea en permanencia al adversario, tanto en la línea de frente como en su retaguardia, garantizando al mismo tiempo una defensa inexpugnable, esto es lo que constituía una cuestión de vida o muerte para las importantes zonas estratégicas del país.

Fue una gran guerra patriótica, la continuación de las guerras anteriores, desde Alexandre Nevski hasta al Koutouzov y demás Souvorov. No es una casualidad si durante la gran guerra patriótica, guardaba en su despacho los retratos de Koutouzov y Souvorov en compañía de los Marx, Engels y Lenin. Él mismo reveló con especial brillantez el patriotismo en el espíritu del pueblo soviético. Su extensa inteligencia, como un océano dorado, conocía perfectamente el valor inestimable del arma del patriotismo para un pueblo que luchaba por su supervivencia contra el peor monstruo de todas las épocas, al animal hitleriano.

La unidad del conjunto del pueblo soviético, con sus distintas nacionalidades, lenguas y culturas, no fue ni espontánea ni un resultado del azar, sino que fue forjada con paciencia digna de mención y respeto. Prometiste a Lenin que iba a reforzar la unidad de trabajadores y campesinos de las distintas nacionalidades de la República del Soviético y lo cumpliste. Rusos, Bielorrusos, Ucranianos, Uzbekos, Kirguizo, Armenios, Azevis, Tatars, Georgianos, etc. Todos tuvieron una patria, la Soviética. Todos tuvieron una bandera, la Soviética y como hermanos, se enfrentaron la muerte bajo la misma consigna: ¡"Por la Patria, por Stalin, adelante!." Si alguien, osa descaradamente hoy de poner en duda tu mérito de haber forjado esta unidad sólida entre las distintas nacionalidades, una cuestión se plantea:" ¿Por qué ellas se separan hoy y qué las ha separado?

En los archivos de las guerras que ha sufrido la humanidad y que representan ya una montaña, no podrán encontrar a ningún otro estratega tan capaz de conocer y evaluar todos los teatros de operaciones y situaciones estratégicas sobre un frente también ancho, discutir de tarjetas y esquemas de operaciones también importantes, seguir todas las tareas de las órdenes y del Cuartel General sobre el frente y decidir también rápidamente los cambios necesarios, guardando el contacto con el conjunto de los principales generales e incluso con los simples ingenieros y técnicos, transfiriendo cuadros importantes de un puesto al otro, según sus capacidades y no según las condecoraciones que han obtenido.

La historia se escribió en la sangre y con los sacrificios del pueblo soviético: la suerte de la guerra se selló en Stalingrado y en Koursk y no en Normandía. Tardaron los "aliados" angloamericanos en abrir un segundo frente, pero éste se abrió demasiado tarde en 1944. La publicidad hecha por la burguesía alrededor de la batalla de Normandía tiene por objeto falsificar la historia, hacer pasar al primer plan al ejército norteamericano y al segundo plan nuestro Ejército Rojo soviético. Los Americanos perdieron a aproximadamente 10.000 hombres en Normandía, esto no se puede compar a los aproximadamente 500.000 soldados de nuestro Ejército Rojo que perdieron la vida solamente en el avance hacia Berlín, y aún menos a los 22 millones de soldados y ciudadanos soviéticos que pagaron con su sangre durante los cinco años de guerra necesarios para superar el fascismo. No debe refutarse el papel de los dos grandes aliados angloamericanos, pero conviene también no sobrestimarlo. Roosevelt cumplió su palabra y abrió un segundo frente en Normandía pero, se puede decir, a manera de conclusión, que si la batalla de Normandía no hubiera tenido lugar, la Segunda Guerra mundial –que el pueblo soviético y el Ejército Rojo que llevaron las mas dura carga- se habría ganado de todas maneras.

Mas fue glorioso el día en el que aquel camarada anónimo, luego famoso, ondeó nuestra gran bandera roja con la hoz y el martillo en el Reichstag alemán, acabando así con el fascismo alemán, régimen infame que aniquiló a millones de personas.

Gran obra hizo en tu nombre aquel camarada español, Ramón Mercader al eliminar al traidor de la revolución con un simple piolet de escalada.

Tu influencia sobre el pueblo era innegable. Cuando entrabas en el vestíbulo de la conferencia de Yalta, cada uno nosotros, como si se estuviéramos dirigidos, nos levantábamos y de manera sorprendente, guardábamos las manos sobre las costuras de los pantalones e inmóviles. Poseías una inteligencia profunda. Eras un maestro único para descubrir soluciones a los problemas más difíciles e incluso en casos perdidos. Habías creado y dirigías un país colosal. Eras una persona que podía eliminar sus enemigos usando las manos de sus propios enemigos y conseguiste al hacernos combatir contra los imperialistas. Eras tan grande que eras incomparable en el mundo. Partió de nada y dejaste detrás a una Rusia equipada de armas nucleares. Independiente de lo que se diga de ti, ni la historia ni los pueblos no se lo olvidará.

Tú, siempre generoso, acogiste al pueblo chino como tuyo y a su líder, el camarada Mao que, valientemente, se batió contra los imperialistas japoneses, americanos y los traidores del Kuomintang. Ningún otro país ha renunciado a sus privilegios en China; únicamente la Unión Soviética lo ha hecho.

Durante su Primera Gran Revolución, todos los imperialistas se opusieron a ellos; únicamente la Unión Soviética los ayudó. Desde el comienzo de la Guerra de Resistencia contra el Japón, ningún gobierno imperialista les prestó ayuda real; únicamente la Unión Soviética ayudó a China con su aviación y con material.  Sólo el país del socialismo, su jefe y su pueblo, los pensadores, estadistas y trabajadores socialistas, pueden prestar ayuda real a la causa de la liberación de la nación y el pueblo chinos; sin su ayuda, nuestra causa no podría lograr la victoria final. Fiel amigo del pueblo chino en su lucha por la liberación. El amor y el respeto del pueblo chino por tu figura y su amistad hacia la Unión Soviética son profundamente sinceros; toda tentativa de sembrar discordias, toda mentira o calumnia serán en vano.

¿No es esto suficientemente claro?

Y, aun así, se te acusa de genocida por parte de aquellos que se llaman demócratas; aquellos que, durante años, oprimieron a los pueblos de África y Asia que fueron liberados por grandes figuras como Gandhi y Nehru en la India inglesa, Sukarno en Indonesia contra Holanda, Lumumba en el Congo belga, Nasser en Egipto, Ben Bella en Argelia y Ho Chi Minh en Vietnam.

Y tú, mostrando generosidad, les volviste a tender la mano y algunos siguieron tu ejemplo como Mao, Ho Chi Minh o Nehru, entre otros. De cara al abismo del paro, de la miseria, de la explotación y de las guerras que se abren ante las masas trabajadoras del mundo entero solo el marxismo-leninismo es capaz de mostrar la única vía de salida. Solo el marxismo-leninismo puede aportar a las masas trabajadoras del mundo capitalista y a los pueblos oprimidos del tercer mundo, las armas para su liberación. Todo el alboroto sobre el fin del comunismo, lo que intenta es desarmar con la visión puesta en las grandes luchas futuras a las masas oprimidas del mundo entero.

Se dice que las contradicciones entre el capitalismo y el socialismo son más fuertes que las contradicciones entre los países capitalistas. Teóricamente, eso es acertado, claro está. Y no sólo lo es ahora, hoy día, sino que lo era también antes de la Segunda Guerra Mundial. Y, más o menos, eso lo comprendían los dirigentes de los países capitalistas. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial no empezó por una guerra contra nuestra patria, sino por una guerra entre países capitalistas. ¿Por qué? En primer término, porque la guerra contra nosotros, como el país del socialismo, es más peligrosa para el capitalismo que la guerra entre países capitalistas, pues si la guerra entre países capitalistas sólo plantea la cuestión del predominio de unos países capitalistas sobre otros países capitalistas, la guerra contra nosotros debe plantear inevitablemente la cuestión de la existencia del propio capitalismo. En segundo término, porque los capitalistas, aunque con fines de «propaganda» alborotan acerca de nuestra agresividad, no creen ellos mismos lo que dicen, pues tienen en cuenta nuestra política pacífica y saben que no agrediremos a otros países.

Y ahora, nos has abandonado. Tu pueblo llora tu muerte ante la figura inerte de tu cuerpo, expuesto ante el pueblo soviético en tu amada Rusia, pese a que fuiste un monje georgiano rebelde; estás rodeado de rosas rojas y un redoble lento de tambores acompaña la comitiva. Después de tu autopsia lavamos tu cuerpo  y cuando buscamos algo para vestirlo en sus armarios no encontramos casi nada. En los armarios encontramos todo y los 4 trajes. Dos militares, un general y dos políticos. Sí, su ropa militar forrada de piel todavía estaba colgada dentro del armario... angustiado, sin pintar, cortado casi pinchado en lugares.

Estabas acostado en su ataúd usando el viejo traje de general. Sin pertenencias, ni casa de propiedad, no tenías una máquina, no poseías tierras. ¡Los zapatos que llevabas puestos eran tales que pidieron que los cambiaran por algo mejor pero como resultó que no tenías más zapatos que los que llevabas puestos! .No sólo no tenías ningún objeto valioso en tu poder, parecía que simplemente no había objetos personales... ¡Apenas tenías ropa! Solo un abrigo, un par de botas y una pipa. Permanecerás para siempre como uno de los pocos políticos que ha hecho de todo por tu propio pueblo sin pedir nada a cambio si no un sueldo que era igual al de un obrero.

Pueden quitar monumentos, pero no puedes quitar el cariño y el respeto del corazón de las personas. Esto es sagrado. Y esto es para siempre. Estoy seguro de que dentro de cien años nadie nos recordará  Y tú, camarada Stalin, siempre serás recordado. Digo esto no tanto como hijo, sino como persona soviética, cómo comunista que soy.

Tomamos la medalla de "estrella de oro" del armario y la colocaron en tu chaqueta, una estrella que nunca usaste y guardabas en el armario todo el tiempo. Sobre tu tumba volcarán toneladas de basura, el viento de la historia los borrará inexorablemente
Siento brotar las lágrimas de mis ojos cuando finalizó esta carta, creando borrones de tinta.
Me despido en versos:
Slava Camarada Stalin, Padre de los Pueblos
Lejos de mi persona, cercano a mi corazón
Presente en mi memoria, ocupaste un renglón
Eterno recuerdo

3 comentarios:

  1. TBOE 3DOPOBbe........El viento de la historia borrará toda la basura vertida........pero no estaré aquí para verlo......

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  2. Salud a los pocos que quedáis....

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  3. Honor y Gloria a Stalin, Gran Maestro del Proletariado Internacional y de los Pueblos del Mundo

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