Fernando Lázaro trabaja en EL MUNDO, periódico al que ha estado vinculado desde sus inicios
en diario 16 junto a Pedro J. Ramírez. En su carrera profesional ha tratado
temas como las fuerzas Armadas, la corrupción y el terrorismo, creando su
propio DNI profesional.
Su
labor es la de un detective en el
periodismo de investigación. Los casos de corrupción como el Caso Bárcenas o el
Caso Faisán llevan su firma, pero el caso más importante de su carrera fue el caso
de Lasa y Zabala, el primer acto
terrorista realizado por los Grupos Antiterroristas de Liberación
(GAL).
Realizando una labor sobre el terreno, recogiendo datos y
buscando fuentes el periodismo reivindica su etiqueta de Cuarto Poder como
perro guardián de los poderes políticos. A pesar de la revolución digital, el
método de investigación periodística sigue siendo el mismo.
El periodismo de investigación exige mayor fiabilidad y
rigor: los periodistas sufren mucha presión cuando es un tema relevante, teniendo
una relación de máxima confianza con las fuentes.
Las nuevas tecnologías y soportes han obligado a los periodistas
a reciclarse y a una mayor especialización en búsqueda y creación de una marca
profesional, pero el periodismo siempre perdurará porque los seres humanos
tenemos la imperiosa necesidad de
comunicar.
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