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viernes, 19 de abril de 2024

PENSAMIENTO Y CULTURA A FINALES DE LA EDAD MEDIA

El nacimiento de una cultura laica: humanismo y renacimiento

Durante casi toda la Edad Media la Iglesia dominó el campo artístico e intelectual, custodiando en sus monasterios todo el legado de la antigüedad. En un principio, la Iglesia, a través de las órdenes mendicantes, controla e imparte el saber, pero, a partir del siglo XIII, con el auge de las ciudades y la expansión comercial, las enseñanzas y los estudios se harán accesible también a los laicos. El redescubrimiento del derecho romano abrió el campo de los estudios superiores a numerosos laicos. la decadencia de la escolástica abrió paso al planteamiento de nuevos temas en Occidente, a través del Humanismo, con el Hombre como tema principal.

Con el renacimiento, la literatura y el arte alcanzan el auge. Dante y Petrarca son los pioneros del renacimiento, con los que nace un cultivo del individuo por la fama y posteridad siguiendo como modelo las vidas de personajes antiguos como César o Alejandro.

Una vez superado el enfrentamiento por el dominium mundi entre Iglesia y Emperador, las nuevas formas de pensamiento traen grandes cambios en el ideal político y en las ideas democráticas reflejadas en el fortalecimiento de los Parlamentos.

El siglo XIV se caracteriza por acabar en crisis de la Iglesia y por el triunfo de una nueva mentalidad laica que se extendió por Europa: estas ideas sobre la supremacía del poder laico sobre el religioso son iniciadas por Dante y reforzadas por Marsilio de Padua. con estos y otros autores, se inicia una viaje sin retorno que acabará con la llegada del protestantismo y el anglicanismo.


El mundo del saber en la Baja Edad Media

Los orígenes de la educación pública

Uno de los rasgos más definitorios de este periodo es, sin duda, la salida de la enseñanza del ámbito meramente religioso y su generalización al ámbito laico. Fueron los gobiernos municipales los que se involucraron en la gestión financiera de las escuelas catedralicias primero, pasando a la implantación posterior de la escuela pública. la creciente riqueza de la aristocracia y burguesía urbanas contribuyeron a ello.

Pronto, cada población importante dispuso de escuelas elementales donde se enseñaba a leer y a escribir, y de escuelas de gramática donde se seguía el orden clásico del Trivium (gramática, retórica y dialéctica) como preparación para la entrada a facultades de derecho y artes notariales. se reconoció el beneficio que aportaba la formación de la comunidad y apareció la figura del maestro a través de la integración en nómina del concejo de los bachilleres de gramática; se revitalizaron las escuelas, y se estableció una política de exención de impuestos u otros beneficios para los enseñantes (usufructo de la vivienda o exención de acudir a las guerras). a través de esta nueva formación, se conseguían funcionarios para la administración, y se daba acceso a los Estudios Generales.

triunfaron otras escuelas privadas como las de "matemáticas y ábaco" y las comerciales de Florencia, de Venecia, Lübeck y Hamburgo, donde se enseñaba aritmética, latín y técnicas mercantiles. Se mantuvieron las escuelas catedralicias y las ligadas a las órdenes mendicantes para preparar para el futuro ejercicio de su actividad misionera y predicadora: este apogeo de la escuelas pública llevó al aumento de la continuación de estudios superiores: la universidad.


El desarrollo de las universidades

Tras la fundación de las principales universidades (Bolonia, París y Oxford), el nominalismo de Ockham produjo, a comienzos del siglo XIV, una ruptura ideológica frente al tradicional método escolástico del siglo XIII. A finales de la Edad Media, se van a producir una serie de cambios en la universidad. En primer lugar, pierde su carácter internacional y cosmopolita, por la entrada de los mecenas que controlarán las enseñanzas. Las nuevas fundaciones proliferarán enormemente en los territorios germánicos (Praga, Colonia, Heidelberg, Leipzig, Viena, etc), así como en la Europa del norte: Polonia, Dinamarca, Suecia, Escocia y Hungría. En general,se impuso el regionalismo, con la apertura de varias universidades dentro de cada Estado, salvo en Inglaterra, que mantendrá la exclusividad de Oxford y cambridge, añadiendo solamente nuevos colleges a los ya existentes.

Muchos de los nuevos centros se limitaban a impartir los estudios de artes como preparación para los más importantes, que se mantenían en las universidades originales. París para teología, Bolonia para leyes y Montpellier y Salema para medicina. las universidades de París y Bolonia influyeron enormemente en la creación del pensamiento sobre el gran cisma papal y el enfrentamiento entre la corona francesa y el papado, o en la definición del poder público de los nuevos Estados: La de París era la más cosmopolita, pero, conforme se fue separando de la influencia religiosa, sus privilegios se vieran amenazados.

La financiación de la universidad constituyó otro cambio importante, ya que dejó de ser patrimonio de la Iglesia y las matrículas de los alumnos del área geográfica circundante no era suficiente para sufragar los gastos de enseñanza. la intervención de los patronos, que pagaban a profesores y concedían becas, ejercieron un mayor control sobre los contenidos de la enseñanza y los profesores: los patronos consiguieron hacer de la enseñanza una forma de ascenso social, dándoles acceso a las élites urbanas.



Ciencia, técnica y experimentación

La actitud científica cambió durante el siglo XII, con la traducción de importantes obras matemáticas árabes que presentaban el sistema numérico árabes y que, a finales del siglo XV, había desbancado a los numerales romanos. En el siglo XV empezaron a emplearse los signos + y- para las operaciones. Los métodos de Euclides aplicados a las Tablas Toledanas supusieron un avance en la trigonometría: en estos siglos, las matemáticas se emplearon para el perfeccionamiento de la óptica, apareciendo las primeras gafas para la miopía: a mediados del siglo XV, Fray Luca Paccioli inventó la contabilidad por partida doble. 

La ciencia se iba separando del mundo eclesiástico. La cuestión del movimiento fue tema principal en descubrimientos científicos como el del movimiento de la Tierra (no el de los cuerpos celestes) o la rotación de la Tierra: las innovaciones técnicas tendrían también repercusión en importantes obras arquitectónicas como la cúpula de la catedral de Florencia y se concedieron las primeras patentes.

En esta época destacaron importantes humanistas como Leonardo da Vinci (1452-1519), cuyas innovaciones eran reflejo del complejo universo científico de finales del siglo XV.

Otro campo en el que se consiguieron grandes avances fue el de la ingeniería y la industria armamentística con la invención del granulado de la pólvora y nuevos experimentos de mejora en el campo para dar paso a los cañones o a la artillería de gran calibre. también se produjeron mejoras en las armaduras: todos estos avances fueron acompañados de tratados técnicos sobre las nuevas armas.



Nobles, caballería y la influencia del ideal romano

El ideal caballeresco cambió profundamente a lo largo del siglo XV debido a factores como la decadencia de los tradicionales vínculos feudales y la evolución de la nobleza hacia una nueva institución: el mayorazgo. La mentalidad del caballeros se hizo menos guerrera. Entre las obligaciones del caballero figuraba frecuentar las cortes de reyes y príncipes, acompañar a nobles extranjeros; participar en torneos, justas y otro tipo de juegos, empleados para mostrar su poderío y que se reflejó en la literatura caballeresca y cronística. otros objetivos fueron la peregrinación a un lugar santo o sagrado, las negociaciones diplomáticas y la participación en campañas militares.

Otra manifestación del nuevo espíritu fueron las órdenes de caballería, que surgen como la versión laica de las órdenes militares religiosas fundadas en los siglos anteriores, todavía activas. las órdenes de caballería, con diversas características, tenían en común la elección de una divisa que daba su nombre (orden de la Jarretera en Inglaterra, o la del Dragón en Hungría). entre las más distinguidas se encontraban aquellas fundadas y presididas por el rey y sus herederos para premiar los servicios realizados a la corona y, en última instancia, primaba el juramento de fidelidad al rey. La primera de ellas fue fundada por Alfonso XI de Castilla con el nombre de la Banda en 1330. Otro tipo de asociaciones caballerescas caballerescas eran las confraternidades (cofradía devocional) o las hermandades o fraternidades temporales, que unían a miembros de la alta y media nobleza regional mediante juramentos de lealtad y ayuda mutua para un asunto concreto (ej: la guerra).

El ideal caballeresco también cambió a título individual o incluso en la nobleza femenina, que sirvió a grandes mujeres para labrarse una imagen semejante a las de las virtuosas damas y santas de la historia pasada.


Los orígenes del Humanismo

Los inicios del Humanismo en Italia

El Humanismo corresponde al movimiento cultural cuyo fin era recuperar la cultura, la lengua, la literatura y los valores de las antiguas Grecia y Roma. En el campo de la historia, sin embargo, el humanismo hace referencia a los hombres conocidos como humanistas en los siglos XV y XVI: era el hombre que los estudiantes daban familiarmente a los profesores de humanidades, en contraposición a los de teología, derecho o artes. El humanista, el cual era un laico, se había formado como hombre completo y dedicaba su tiempo "Libre" a los estudios cultos y literarios y a la contemplación de la verdad: el diálogo y las cartas eran sus géneros literarios preferidos.

En el triunfo del humanismo renacentista contribuyó el estudio de la gramática latina, poesía y prosa, como base de la educación escolar y el estudio de la retórica: a finales del siglo XIV se suscitó un nuevo interés por la cultura y lengua griega clásica, añadida por la cultura latina del momento.

El Humanismo surge en las ricas ciudades estado italianas con una intensa actividad política que contribuyó al desarrollo del pensamiento: las rutas comerciales establecidas por los mercaderes italianos, los libros y las instituciones educativas favorecieron la difusión del humanismo: ambas líneas de pensamiento pervivieron juntas y se mezclaron.

Entre los grandes autores humanistas, destacaron Francesco Petrarca, considerado por sus propios coetáneos como el verdadero fundador de la nueva forma de pensamiento, Giovanni Bocaccio, discípulo suyo, como gran influyente del nuevo pensamiento.

Petrarca y Bocaccio

El humanismo cívico florentino

En el siglo XIV, la república de Florencia era un buen lugar para el cultivo de las ideas humanistas y su cancillería contaba con los más grandes pensadores del momento: salutati, leonardo Bruni o el aretino, fueron grandes defensores de las libertades de la ciudad. Bruni fue autor de la primera historia humanista de una ciudad italiana, Florencia, cuya visión era ampliada por su compatriota alberti, el cual establecía la teoría política de la ciudad y su gobierno. la aplicación práctica de su teorías se materializó en las realizaciones arquitectónicas urbanas más importantes del periodo. Surgió el interés por las civilizaciones antiguas y el antiguo Imperio Romano.

Otros personajes humanistas importantes fueron Lorenzo Valla, que desarrolló, en la primera mitad del siglo XV, la crítica filológica como forma de entender y situar las obras literarias y Nicolás Maquiavelo, aficionado a la historia antigua, que fue secretario de la república florentina. tras su destitución por los Medici, escribió varias obras importantes. Maquiavelo veía la política de Estado como algo secularizado, en donde el príncipe debía recurrir a la violencia, en caso necesario, para poder doblegar la maldad de sus súbditos.

Lorenzo Valla y Nicolás Maquiavelo

El humanismo platonizante

A partir de mediados del siglo XV, surge una nueva corriente humanista basada en las ideas de Platón sobre la evasión del mundo, la contemplación y el ascetismo: la política y el gobierno de la ciudad dejaron de ser uno de los temas favoritos de los humanistas, y el arte para disfrute privado sustituyó al concepto público del mecenazgo. Marsilio Ficino tradujo la obra completa de Platón y a Plotino, además de escribir sobre la relación entre filosofía y fe en sus obras de teología. su discípulo, Mirandola, defendía también al hombre intelectual y libre, dedicado a la vida de contemplación, en busca de la sabiduría divina, pero no a través de las letras y la filosofía, vacías de contenido, sino de los principios del cristianismo.

Aportaciones culturales del Humanismo

Latín, traducciones y lenguas vernáculas

Los eruditos humanistas recuperaron las obras de los autores clásicos como las de Cicerón y buscaron textos y obras en las bibliotecas monásticas, haciéndose con más discursos de Cicerón o las obras completas de Quintiliano, entre otras.

Bocaccio hacía traducir las obras de Homero, y el canciller Salutati conseguía que se enseñara griego en Florencia, desde donde comenzaron a difundirse los estudios helénicos por Europa. Algunos viajeros se desplazaron a Constantinopla para conseguir manuscritos de las obras de Platón; Aristófanes, Esquilo, Demóstenes y Jenofonte y, a raíz del concilio Florencia-Ferrara entraron otros manuscritos que se copiaron, imprimieron y se tradujeron al latín, el lenguaje común. todas las nuevas fuentes antiguas produjeron una revolución en materia filosófica, pudiéndose leer obras de las escuelas estoica, epicúrea o escéptica. posteriormente, muchas de estas obras fueron traducidas a la lenguas vernáculas de las cortes europeas.


Las bibliotecas públicas y particulares

Petrarca defendió el principio de que los libros se debían considerar un bien público, al ser la cultura patrimonio común. De esta forma, los humanistas promovieron la apertura de bibliotecas públicas para poner a disposición de los estudiosos el mayor número de obras posible y para facilitar su conservación y corrección por parte de los bibliotecarios. Fueron los grandes mecenas los primeros creadores de grandes bibliotecas, inicialmente en monasterios y catedrales. así, los Medici, por ejemplo se centraron en la biblioteca del convento dominico de San Marcos de Florencia, que se conformó con donaciones de tipo testamentario y una política de nuevas adquisiciones asesorada por el futuro para Nicolás V, quien a su vez puso las bases de la Biblioteca Vaticana. La biblioteca del cardenal bizantino Besarión sería legada su muerte a la República de Venecia, que le había acogido al huir de la captura de Constantinopla.

El nuevo ideal caballeresco fomentó también la creación de bibliotecas privadas de las grandes casa nobiliarias, con ricos manuscritos y con primeras ediciones de obras importantísimas.


El impacto de la imprenta

La imprenta de Guttemberg (1450) supuso una innovación tecnológica, aunque, ya se conocían artilugios que permitían la impresión de una imagen en papel. El nuevo invento combinaba varias características como el poder montar las páginas, en lugar que tener que tallarlas sobre madera; la potencia de la prensa utilizadas para labores agrícolas, aplicada a la impresión; la mejor calidad de las tintas, que garantizaba la perdurabilidad de los impresos, y la difusión de la fabricación de papel, que abarató los costes y sustituyó definitivamente al pergamino.

La imprenta provocó la necesidad de establecer una normativa que regulase el libro como producto comercial e intelectual. Los tipógrafos llevaban las letras góticas consigo a Italia, Francia y Alemania, homogeneizando así la escritura de toda Europa. el saqueo de Maguncia (1462) facilitó la expansión del negocio a otras ciudades alemanas (estrasburgo, Bamberg, y desde allí hasta 50 ciudades a finales del siglo XV). De allí se expandió a Italia o a Francia, donde la Universidad de la Sorbona, en París, instaló la primera imprenta francesa. Más tarde se instaló en Basilea o en Westminster.

La rápida difusión de ideas, gracias al avance de la imprenta y consecuente internacionalidad del marcado, conllevaron problemas de herejía religiosa o de disensión política. En las grandes potencias impresoras del momento, Alemania, Italia, Francia y Holanda, la mayor parte de la producción se hacía en lengua vernácula; los mismo ocurrió en españa. con una mayoría de obras en castellano y catalán. los libros tenían tres vías de financiación: los mecenas; los impresores, que anticipaban los costes de producción y vendían después los libros y los ricos comerciantes.

Guttemberg

Difusión del humanismo en el Norte de Europa 

La teoría de la difusión del humanismo en la Europa septentrional tiene dos posiciones. por una parte, aquellos que defienden su primitiva influencia en el reino de Bohemia-Hungría, bajo el cetro de Carlos IV (1346-1378), y con centro principal en la nueva universidad y en la corte, y que fueron difundidos por el movimiento de laicos y religiosos de los "hermanos de la vida en común", que practicaban la devotio moderna y que fundaron numerosas escuelas.

Otros autores defienden la difusión del humanismo por la vinculación con el norte de Italia a través del valle del Rin. Así, el humanismo italiano afectó a Alemania, los Países Bajos e Inglaterra. Los territorios del Imperio Germánico mantenía importantes vínculos políticos, comerciales e intelectuales con Italia. Los dos centros de difusión más importantes en Alemania fueron Constanza y Basilea, donde celebraron concilios importantes.

Este humanismo se centró en el estudio del nuevo testamento, potenciado por estudios de gramática hebrea junto con el griego y universidades y monasterios actuaron como difusores. En los Países Bajos, las escuelas de gramática humanísticas se implantaron primero en la ducado de Brabante, donde se precedió también a la agrupación de las escuelas de artes en la nueva universidad de Lovaina. Los maestros seglares del siglo XV enseñaban en estas escuelas en lenguas vernáculas, en vez de en latín. En Inglaterra, la expansión comercial motivó una demanda de escuelas públicas de gramática que, a partir de 1390 se nutrieron de maestros de Cambridge: el propio rey Enrique VI se educó en una escuela palatina inspirada en un modelo humanista italiano. Las universidades de Oxford y Cambridge tuvieron un importante papel en la difusión de las ideas humanistas y los viajes de estudio entre Islas Británicas e Italia, favorecieron la formación de la élite intelectual británica: el duque de Gloucester, regente de Enrique VI, fue el más famosos mecenas, el cual se encargó de traducir la República de Platón al latín, y donó a la universidad de Oxford importantes libros y manuscritos de obras clásicas de Dante, petrarca y Bocaccio. Finalizada la Guerra de las Dos Rosas, y durante el reinado de Enrique VII (1485-1509), se hicieron las primeras traducciones de obras médicas de Galeno del griego, y este idioma comenzó a enseñarse en Oxford.


El Humanismo en la Península Ibérica

La introducción del humanismo en la Península Ibérica se apoyó más en la cultura cortesana que en las universidades, reacias en principio a abandonar la escolástica como método. El Humanismo italiano se difundió a través del reino de Nápoles, que formaba parte de la corona aragonesa,y a través del cual legó la influencia italiana a la corte. El canciller Pedro López de Ayala realzó la formación humanística en Castilla: era conocedor de la obra de Tito livio, Valerio Máximo, San Agustín, Boecio, Gil de Roma, Vegecio o Bocaccio y de la literatura legal de su momento y escribió diversas obras.

Los Trastámara fueron importantes patrocinadores de humanistas y la élite nobiliaria participó activamente en su difusión. la imprenta española fue de importación, y en muchos casos estuvo vinculada a la Iglesia o a la universidad: se formaron también talleres de editores con sucursales por toda la Península Ibérica. uno de los mercados más importantes para la imprenta fue el de la impresión de bulas eclesiásticas, y los ingresos que generaban permitían a su vez imprimir otros textos menos ventajosos económicamente.



Arte y sociedad en el Renacimiento

Arte y mecenazgo

Durante el siglo XV, el mecenazgo se amplía de los círculos cortesanos y eclesiásticos tradicionales al patronazgo de los ricos aristócratas y mercaderes. En Italia, la cultura cívica se transformó con la eclosión de dinastías principescas de origen comercial o militar, como los banqueros Médici en Florencia, los Sfroza en Milán, los Gonzaga de Mantua, los Montefeltro de Urbino o los Este de Ferrara. a ellos se unía el mecenazgo pontificio desde Roma. En el resto de Europa, el Humanismo y los nuevos estilos artísticos se difundieron a través de las cortes reales y del mecenazgo nobiliario.

El mecenas podía optar por dos posibilidades. financiar, alto coste, una obra privada o pública que demostrara su capacidad económica y su prestigio, o encargar una obra de arte mueble, más pequeña asequible generalmente para su propio disfrute o para su donación a alguna institución eclesiástica, como acto que le abriese las puertas del cielo. Así nace también el inicio del coleccionismo de obras de arte para su contemplación, muy en la línea del humanismo platonizante.

Otra posibilidad eran los encargos controlados por grandes instituciones y encargadas a escultores y arquitectos, como en el caso de Donatello, que participó en las obras de la catedral de Florencia. no siempre las grandes familias aristocráticas tenían suficiente capacidad económica para financiar obras de gran envergadura.

En toda Europa, el cliente establecía las características e incluso el tema del trabajo a realizar, y pagaba por las materias primas empleadas y por la labor del artista: era fundamental también la agrupación en talleres o escuelas, en los que los aprendices realizaban parte del trabajo del pintor, aunque la obra fuera luego firmada por el artista prestigioso. Generalmente los pintores y artistas se encuadraban en corporaciones como es el caso de los pintores en Florencia, que estaban dentro del gremio de los médicos y boticarios; los escultores en piedra, en el gremio de los picapedreros y carpinteros; los escultores en metal y orfebres, en el gremio de la seda y las manufacturas de lujo: su competencia no solía limitarse a un campo estricto.

La firma del contrato suponía para el artista una forma de servidumbre respecto al patrono: se especificaba el trabajo a realizar, la forma de pago, la fecha de entrega e incluso los materiales a utilizar: la especialización técnica y temática de los artistas hizo que su consideración social se elevase, aunque su supeditación al patrono y los retraso en los pagos de sus salarios no contribuyesen a una verdadera promoción social.



Las artes y la ciudad

La arquitectura de los siglos XIV y XV se caracterizó por una coexistencia entre el estilo gótico y el incio del estilo renacentista. por una parte, se continuó en toda Europa con la financiación de grandes iglesias en el estilo gótico, con variantes basadas en el afinamiento de las formas, la multiplicación de arcos, nichos, columnas y nervaduras, y un aumento de todas las complejidades técnicas que pudieran dar mayor capacidad decorativa. Palacios, mansiones y las lonjas comerciales, son las principales muestras de arquitectura civil en este estilo.

El arte italiano utilizó poco los elementos góticos.creó un tipo de arquitectura que hundía sus raíces en el arte clásico y tiene en el arco de medio punto, opuesto al apuntado, típico del gótico, su principal referencia. esta arquitectura tiene sus principales manifestaciones en la amplia serie de edificios religiosos y civiles del Renacimiento.

Las ciudades llegaron a planificarse de nuevo, siguiendo los postulados de los tratados arquitectónicos escritos por los humanistas. la ordenación de los espacios públicos pasaba por su decoración, reglas formales de proporción de los órdenes clásicos.Llas iglesias y palacios privados de las grandes familias iban a  reconstruirse en el nuevo estilo.

También el Humanismo afectó a la ingeniería civil aplicada a grande puentes, canales de aguas, pavimentación de las calles o fortificaciones de ciudades y castillos, contrastando el ladrillo decorativo con la piedra, mucho más resistentes: En el siglo XVI, estos cambios se consolidarían, dando lugar a un nueva imagen de la arquitectura europea.

En Castilla y parte de Aragón, triunfa la arquitectura mudéjar, caracterizada por la utilización del ladrillo, mampostería, arcos de herradura y decoración de yeserías. El influjo del arte nazarí, cuyo ejemplo más logrado es La Alhambra, tuvo en la España cristiana, su reflejo en el alcázar sevillano de Pedro I.

En pintura y escultura, se diferenciaron la norteña o flamenca y la italiana. La primera se caracteriza por el dramatismo y el realismo de las figuras, que se puede apreciar algunas vidrieras de  catedrales o en los numerosos Ecce Homo y Descendimientos. El realismo flamenco se verá reflejado en los grandes retratistas como Juan van Eyck, y en los miniaturistas. Se desarrolló el arte de la tapicería. en italia se nos presenta, tal vez por influencia franciscana, un dulce naturalismo, impregnado de humanidad, siendo Cimabúe y Giotto,sus artistas más señalados.

En España, se distinguen los territorios de la Corona de Aragón, en torno a la órbita del arte provenzal-italiano, y los territorios de Castilla, con una mayor influencia flamenca borgoñona: en el campo artístico del siglo XIV, destaca Cataluña con la consagración de la catedral de Barcelona y otros edificios civiles, con un goticismo muy marcado. El siglo XV, por el contrario, es castellano, con la influencia realista y decorativa flamenca representado en el Palacio de los Duques del infantado, en Guadalajara; el monasterio de San Juan de los Reyes, en Toledo,o la capilla del Condestable, en la catedral de Burgos.

martes, 16 de abril de 2024

EL ALTO IMPERIO ROMANO DESDE LOS JULIO-CLAUDIOS A LOS ANTONINOS

A finales del siglo I AC. Roma regía un inmenso territorio que tenía como eje el mar Mediterráneo. El Imperio romano constituyó una unidad política basada en una misma civilización, heredera de la griega; una lengua, el latín, y una organización política y social regulada por el derecho romano. Tras la muerte de Augusto en el año 14 fueron los miembros de su familia -la Julia-Claudia- los que le sucedieron en el trono: Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. La sucesión dinástica se verá interrumpida por la guerra civil que se librará en el año 68 entre los tres emperadores que gobernaron ese año: Galba, Vitelio y Otón. Los Flavios será los que acaben con este primer período de crisis que vive el Imperio. A lo largo de esta etapa se aprecia una evolución social y la aparición de nuevas tendencias ideológicas, al mismo tiempo que Italia y las provincias viven momentos de esplendor.


Evolución histórica de la dinastía Julio Claudios

La administración imperial en la época de los Julio-Claudios

Los príncipes que estuvieron al frente del imperio desde la muerte de augusto en el 14 hasta la crisis del 68-69 (Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón) son conocidos como Julio-Claudios (desde el 14 hasta el año 68). se les llama así porque procedían de dos familias. los Julios (Augusto era sobrino de Julio César) y los Claudios (Tiberio era hijo de livia, mujer de Augusto, con su primer marido Tiberio Claudio): con ellos, comienza a desarrollarse la ideología imperial, aunque el primero y tercero (Tiberio y Claudio) mostraron unas tendencias más tradicionales y el segundo y cuarto (Calígula y nerón) profundizaron mucho más rápido el pensamiento iniciado por Augusto.

El gobierno de Tiberio (14-37) se caracterizó por el conservadurismo: en la sesión del senado en que fue investido como nuevo emperador, tiberio renunció a los títulos demasiado definitorios de su autoridad personal (Augustus y Pater Patriae) y al culto personal y mostró su intención de gobernar en estrecha relación con el senado. En el principado de Tiberio fueron muy valorados los miembros de la vieja Nobilitas y escasearon los Homines Noui (nuevos ricos). Sin embargo, ya comienza el ascenso del orden ecuestre, como demuestra la importancia alcanzada por la Prefatura del pretorio. Tiberio logró un funcionamiento austero y eficaz de la administración central y provincial: por el contrario, despreció a la plebe y fue parco en ofrecer espectáculos públicos.

Con Calígula (37-41) comienzan a manifestarse las tendencias absolutistas del principado. Se preocupó sobre todo por los asuntos religiosos. Todos sus actos respondieron al objetivo de la deificación del emperador en vida. adoptó caracteres propios de la Monarquía egipcia e incluso celebró una hierogamia con su hermana Drusila. Los procesos de Lessa Maiestas (traición al Estado) dejaron de ser contra la autoridad del príncipe para aplicarse con relación a su propia persona. Su despilfarro condujo a la ruina del Estado, por lo que fue asesinado por una conspiración en el año 41.

Claudio (41-51) se propuso ante todo la recuperación del estado, primando los asuntos de índole económica y administrativa y dejando aparcada la cuestión religiosa. A él corresponde el mérito de desarrollar el nuevo aparato burocrático iniciado por Augusto. Organizó la Cancillería Imperial, formada por los Officinae (una especie de ministerios en los que se centralizaban las funciones de la Administración estatal y que eran dirigidos por miembros del orden ecuestre o libertos imperiales). también reorganizó la Hacienda, al crear unos Porcuratores (extraídos del orden ecuestre) encargados de fiscalizar las finanzas del estado y de las Provincias senatoriales. por lo demás, Claudio anexionó al imperio los territorios de Britania y Mauritania.

La época de Nerón (54-68) fue el momento más decisivo en este periodo de transformaciones. nerón elaboró una nueva teoría política absolutistas y teocrática y se identificó con el dios Apolo-Helios. esta ideología se manifestó en su programa político, social y cultural. intentó convertirse en príncipe protector de los humildes y de las artes. Realizó una gran reforma en la composición del senado para convertirlo en una institución mucho más fiel a su persona (sustituyendo a una gran cantidad de miembros de la antigua Nobilitas por Homines Noui y decurionales). Su política social fue muy popular: organización de juegos costosos, ejecución de grandes obras públicas y aumento de las distribuciones gratuitas a la plebe. A nivel cultural, admiró la Grecia clásica y creó el Aula Neuroniana, una especie de academia que agrupaba a pintores, escultores, arquitectos, músicos y literatos. De este modo se ganó al apoyo de los grandes intelectuales de su época (entre ellos, Séneca). Nerón se suicidó tras haber sufrido unas serie de atentados por parte de la vieja aristocracia: al final del Imperio de Nerón, se inició la Rebelión Judía (66-73); los judíos se rebelaron contra el corrupto gobernador de Judea y lograron expulsar a los romanos. El general Vespasiano y su hijo Tito fueron enviados para sofocarla.

A la muerte de Nerón en el 68, el senado nombró emperador a un patricio no perteneciente a la familia Julio-Claudia. Galba, quien había gobernado la Provincia hispana de la Tarraconense y se había levantado contra Nerón. Galba intentó volver al Principado de inspiración senatorial. Sin embargo, su mandato sólo duró 7 meses, siendo asesinado en enero del 69 por los partidarios de su antiguo compañero y actual rival Otón, quien se había ganado de forma oportunista el apoyo de los neronistas. El Senado se vio obligado a nombrar emperador a Otón, cuyo mandato sólo duró 2 meses mese debido al levantamiento del sector senatorial más tradicional representado por Vitelio. Este fue finalmente abatido por las legiones provinciales de Vespasiano en diciembre del 69. Este periodo de crisis de 68-69 no fue una crisis de régimen del Principado, pues en ningún momento sus instituciones corrieron peligro ni llegó a plantearse la restauración de la República. Debe interpretarse más bien como el intento de reacomodación de los distintos grupos sociales de poder al régimen del Principado y como la entrada en la Historia del imperio romano de las aristocracias provinciales.




Evolución histórica de los Flavios

El gobierno del Imperio y el auge de las provincias

Con los emperadores Julio-Claudios (14-68) comenzaron a desarrollarse la ideología imperial y el aparato burocrático del principado. Tales emperadores eran miembros de la antigua aristocracia de Roma y trataron de asegurar la sucesión dinástica mediante la asociación al poder y la adopción, aunque no estaba regulado ningún sistema sucesorio. Con la Dinastía Falvia (69-96), de origen provincial itálico, se produce ya la consolidación de la ideología, el aparato burocrático y sistema sucesorio dinástico del principado. Los príncipes Flavios fueron vespasiano, Tito y Domiciano.

El principado de Vespasiano (69-79) supuso el acceso por primera vez al máximo poder de Roma de una familia proveniente de las oligarquías municipales. Su obra significó una estabilización política, una mejora administrativa (austeridad y eficacia), el progreso económico y la atención a las Provincias. Vespasiano oficializó además la sucesión hereditaria, nombrando herederos a sus hijos Tito y Domiciano. aceptó las manifestaciones de culto imperial y volvió a intervenir en la composición del Senado introduciendo más Homines Noui. Finalmente, tuvo que someter los reductos de resistencia que quedaban a su gobierno reprimiendo la insurrección bátava en el limes romano-danubiano de Occidente, logrando la pacificación definitiva de Britania y tomando y acabando con la Rebelión Judía con la toma y el saqueo de Jerusalén y la destrucción definitiva de su Templo.

Tito sucedió a su padre (79-81) negando la corregencia con su hermano Domiciano. Fue un gran administrador (lo demostró con motivo de dos grandes catástrofes acaecidas bajo su mandato: la erupción del vesubio que destruyó Pompeya y un incendio en Roma que destruyó gran parte de la ciudad) y reformador (destaca la concesión del derecho atestar soldados) y realizó importantes obras públicas (como el Coliseo), pero gobernó con despotismo. Murió a los dos años de haber asumido el trono por enfermedad.

Tito fue sucedido por su hermano Domiciano (81-96), que tendió hacia un régimen absolutista: se hizo llamar Dominus et Deus y se identificó con Júpiter.Trató de imitar a las Monarquías helenísticas mediante una política de enorme gasto público en favor de la plebe (en contraste con la austeridad de su padre), el mecenazgo de las artes y el ensalzamiento de su grandeza. Aumentó considerablemente la paga del ejército para asegurarse el apoyo de los militares. Creó la institución del curator Civitatis, enarcada de velar por el cumplimiento de las normas políticas y económicas en las Provincias Senatoriales. los últimos años de domiciano constituyeron un auténtico period de terror imperial, que terminó con una conspiración palaciega y el asesinato de Domiciano, terminando con él su dinastía.

Los Flavios reorganizaron la administración financiera, impusieron el Fiscus Iudacius ( el impuesto que los judíos debían pagar al templo de Jerusalén pasó a ser pagado al Estado Romano) y crearon otros nuevos impuestos estatales. el establecimiento de un orden ayudó al reflotamiento del comercio y la agricultura. El Imperio fomentó el desarrollo de las Provincias, invirtiendo en su urbanización y comunicaciones y ampliando la concesión de la ciudadanía. Ayudó así a las élites municipales a integrarse en la Administración estatal. En el 74, más de 3000 ciudades hispanas recibieron el reconocimiento de municipios romanos. El ejército fue aumentando en número de tropas y legiones auxiliares, fue depurado en sus mandos y se favoreció el reclutamiento en las Provincias.



Problemática y evolución histórica de los Antoninos

La consolidación del Imperio

La dinastía Flavia fue sucedida por los emperadores antoninos (entre los años 96-192). Serían seis emperadores: Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío, Marco Aurelio y Cómodo. A partir de la crisi del 68-69, algunas élites hispanas de la Bética alcanzaron gran poder. Trajano, miembro de una de esas familias (la Ulpia Trajana), fue el primer emperador romano no originario de Roma ni de Italia y en su época se alcanzó la máxima extensión territorial del imperio. Estos 6 emperadores tiene entre sí relaciones de consanguinidad o poderosas conexiones con la bética, aunque no está claro que constituyeran una dinastía.

Mazzarino formuló el concepto de Imperio Humanístico aplicado al periodo en que gobernaron esos seis emperadores, basándose en las siguientes notas comunes:
  • Resolución del problema sucesorio con el sistema de la adopción
  • Mismos fundamentos ideológicos
  • Influencia de la filosofía estoica
  • Plenitud de la cultura grecorromana
El Princeps no es considerado un déspota, sino un monarca sabio y humanista que busca el bienestar de su súbditos. Oficialmente continúa el culto a los grandes dioses del panteón grecorromano, pero con gran influencia del estoicismo. por su parte, el cristianismo va alcanzando una difusión cada vez mayor al tiempo que se acrecientan sus diferencias con el judaísmo.

Los tres primeros emperadores (Nerva, Trajano y Adriano) gobernaron el imperio en una época de paz y prosperidad económica, mientras que los otros tres (Antonino Pío, Marco Aurelio y Cómodo) pertenecen a una época de transformaciones e inestabilidad política y económica (calificada por algunos autores como "la metamorfosis del imperio").

Con el asesinato en el año 96 de Domiciano, el senado recuperó gran parte de la autoridad perdida. Los propios conspiradores designaron a Nerva, un anciano y prestigios miembro de la antigua familia senatorial (tal designación fue aprobada enseguida por el senado, pero causó al principio algunas reticencias en el ejército debido a que Nerva carecía por completo de reputación militar). Su acto más importante fue la adopción como heredero de Trajano (militar de origen hispano, entonces gobernador en germania), quien contaba con las simpatías del Senado, de las élites hispanas y del ejército, punto más débil de Nerva: según Bravo, probablemente en el Senado existía ya un importante "clan hispano" que apoyó decididamente la propuesta de Nerva. Al morir Nerva en el 98, Trajano ocupó su lugar y el Senado se sintió reconfortado con sus promesas de beneficios políticos y económicos derivados de la intensa política de conquistas puesta en práctica (conquista de Dacia y Arabia, y guerra de Partia, que supuso la efímera incorporación de las provincias de Armenia y mesopotamia), que le reportó el apodo de Homo Militaris. Esta política respondía a razones estratégicas (control de fronteras) y económicas (recursos naturales). En el 114, el Senado otorga a Trajano el título de Optimus Princeps, del que no hay precedentes. tras la muerte de Trajano en el 117, las relaciones con el senado empeoraron con adriano (también hispano), quien frenó la campaña belicistas de su predecesor, debido en parte a diversos problemas surgidos en las fronteras (Judea, Britania, Mauritania, etc) y permitió la ejecución de algunos de los antiguos colaboradores de Trajano. Con Adriano, la antigua Provincia de Judea pasa a llamarse siria Palestina (tras la rebelión judía y posterior guerra religiosa del emperador contra los judíos, que acabó con la conversión de Jerusalén en Colonia Aeilia Capitolina). Promulgó el edicto Perpetuo, que codificó todo el material legal acumulado.

Los siguientes dos emperadores (Antonino Pío y Marco Aurelio) fueron buenos para el senado. El primero de ellos, Antonino Pío, instauró la nueva Dinastía Antonina (137-192), mediante el sistema de asociar el poder imperial al hijo del emperador, y su gobierno se caracterizó por la actitud conciliadora con el senado y la política defensiva en las fronteras, con la finalidad de recuperar la Pax Romana (consolidación de las fronteras del Rin y del Danubio). Institucionalizó el Consilium Principis (consejo legal asesor del princeps formado por jurisconsultos), que existía desde Adriano. marco aurelio inauguró el sistema de la Diarquía, que se mantuvo durante varios siglos: los primeros años compartió el gobierno con Lucio Vero y, en los últimos años, asoció al trono a su hijo Cómodo, de apenas 15 años: cómodo sucedió a su padre con 19 años. Al carecer de la experiencia militar que los tiempos reclamaban, no tardó en enemistarse con el Senado tras concertar una paz con condiciones poco favorables para los romanos. Cómodo buscó el apoyo del orden ecuestre y potenció eneormente las taribucuione spolíticas del prefecto del pretorio. Su gobierno se caracterizó por la gran inestabilidad política y el inicio de la crisis económica. Una conspiración en el 192 acabó con su vida, cerrándose así la Dinastía Antonina, pero el senado había quedado tan desprestigiado como institución que, en el siglo III, sería el ejército la única institución capaza de controlar el poder imperial.

El sistema de los Alimenta (instrumento de política social destinado a ayudar a las ciudades de Italia) fue diseñado por Nerva y desarrollado hasta Marco Aurelio. En tiempos de Trajano, los Alimenta presentaban dos vertientes: por un lado, los créditos estatales a los propietarios de las tierras para llevar a cabo las inversiones necesarias; por otro, los subsidios por hijos a las familias más necesitadas de las estatales a los campesinos; de tal forma que de hecho era la clase propietaria local quien financiaba indirectamente dichos subsidios. Con esta política, trajano intentaba mejorar el crecimiento demográfico de la población italiana y garantizar la base de reclutamiento del ejército imperial:además, esta política se inserta también en el contexto económico de la pérdida de competitividad de la agricultura y el comercio itálicos en los mercados interregionales. Dentro de dicho contexto, trajano obligó también a los senadores provinciales con cargos políticos en roma a invertir un tercio de sus recursos en la compra de tierras en italia (logrando también con esta medida italianizar a casi el 50 % del senado, que no era de procedencia itálica y que tendía a constituir clanes regionales en defensa de sus intereses particulares).

El periodo comprendido entre los años 96-192 se caracterizó en conjunto por la ausencia de guerra civiles, la estable sucesión de emperadores y la segura protección de las fronteras.. La adopción de trajano por Nerva fue consecuencia de la presión del "clan hispano" (encabezado por Licino Sura), de modo que la adopción no fue una maniobra de Nerva, sino una imposición; las mismas presiones habrían determinado la adopción de Adriano por Trajano. La radicalización de posiciones en el senado, puso a Nerva en manos del ejército, donde existía un "clan hispano" de gran influencia, beneficiado por el apoyo de Domiciano; la presión de este clan hispano hizo que Nerva adoptara a trajano; el clan hispano estaba integrado por un grupo de senadores y oficiales del ejército; al clan hispano pertenecí adriano, pariente lejano de Trajano; aunque nacido en Roma, adriano era hijo de un senador de la Bética; sin embargo, con adriano comienza el declive del clan Hispano, cuya presencia en el ejército y en el senado decae progresivamente.



Sociedad y cultura alto imperial

Estamentos sociales e instituciones

Estamentos sociales del alto imperio

En la sociedad romana tradicional, existían tres parámetros claramente diferenciados de división social: ciudadanía (ciudadanos y no ciudadanos), riqueza (ricos y pobres) y poder político (poderosos y débiles). sucedía que, en la práctica, el poder político estaba reservado para quienes reunían la doble condición de ciudadanos y ricos. La sociedad romana altoimperial tendió hacia la polarización entre unos grupos superiores (poseedores de riqueza y poder político) y otros grupos inferiores (desprovistos de riqueza y poder político). Esta tendencia desembocará en la división entre Honestiores y Humiliores, característica del bajo Imperio.

Dentro de los grupos superiores de la sociedad altoimperial, se distingue el orden senatorial, ecuestre y decurional. el orden senatorial (Ordo Senatorius, que ostentaba la Prior Dignitas) constituía una auténtica económica y política, controlando las más altas magistraturas del Estado. Pero dentro del propio orden senatorial existía una jerarquía: el rango más alto correspondía al reducido grupo de familias pertenecientes a la Nobilitas patricio-plebeya tardo-republicana, que habían sobrevivido a la época de las guerras civiles y las depuraciones de Augusto; el segundo lugar era ocupado por las familias de origen no nobiliario que habían llegado al senado por su fortuna tras las reformas de augusto (quien fijó el censo mínimo exigido para los senadores en 1 millón de sestercios).

Estas dos categorías constituyeron la mayoría del senado alto-imperial hasta el siglo II, pero a su lado aparecieron otras dos nuevas categorías de senadores: la primera la constituían los miembros de las aristocracias provinciales pertenecientes al orden senatorial por estimación censal; la segunda está formada por los Homines Nuoi procedentes del orden ecuestre introducidos en el senado por voluntad expresa del emperador. La condición de senador se transmitía hereditariamente (así, los hijos de senadores pertenecen al orden senatorial por nacimiento, aunque no se forme parte del senado hasta haber ejercido la Cuestura). Las diferencias de rango entre senadores implicaban intereses económicos y políticos distintitos, aunque existía también entre ellos una cierta homogeneidad política. La carrera política de los senadores (Cursus Honorum) siguió básicamente la siguiente sucesión de cargos:
  • Tribunado Militar
  • Cuestura
  • Pretura
  • Consulado
  • Preconsulado
  • Prefectura de Roma
Durante el Alto Imperio, el senado deja de ser el centro del poder político y la proporción de senadores itálicos desciende paulatinamente, al tiempo que la de provinciales aumenta (Trajano impuso a los candidatos que tuviesen un tercio de sus tierras en Italia).

El orden ecuestre (Ordo Equester, que ostentaba la Secundo Dignitas) era un grupo más heterogéneo que el senatorial: de aristocracia financiera bajo la República, los caballeros se convirtieron en una aristocracia las ervicio del emperador, que rivalizó con los senadores en el desempeño  de funciones administrativas y militares: su implicación en la función pública fue cada vez mayor: desde Augusto, los emperadores buscaron su apoyo para contrarrestar el poder del Senado. El orden ecuestre altoimperial era reclutado en su gran mayoría del ejército, pero también de la aristocracia municipal itálica, las aristocracias provinciales, los libertos enriquecidos, etc.

Augusto también fijó el censo mínimo exigido para los ecuestres en 400000 sestercios, aunque independientemente de esto, el emperador podía nombrar caballero a quien quisiera. a diferencia de lo que ocurría con los senadores, la condición de caballero no se transmitía hereditariamente: desde Adriano, los ecuestres ocuparon los más latos cargos de la cancillería imperial, lo que facilitaba el acceso al orden senatorial por voluntad expresa del emperador. La carrera política de los caballeros (Cursus Honorum) siguió básicamente el siguiente modelo: Militia pima, militia secunda, milita Tercia (mando sobre 500 hombres), milita quarta (mando sobre 1000 hombres), procuratelas en roma y en las Provincias; prefecturas Militares superiores; prefectura de Egipto y prefectura del pretorio. la reserva de todos estos cargos al orden ecuestre hizo que este aumentase considerablemente su número a lo largo del Alto imperio.

El orden decurional estaba formado por los miembros de la Curia de las ciudades, que constituía la aristocracia municipal: el censo mínimo para acceder a la Curia municipal parece que varió en el tiempo y en el espacio, exigiendo una cantidad muy inferior en las Provincias y las ciudades menos pobladas y desarrolladas. la entrada en la curia implicaba la entrega de una determinada cantidad y la financiación de las magistraturas locales. También se esperaba de los decuriones que invirtieran parte de su riqueza en donaciones y obras públicas para la ciudad: a diferencia de senadores y caballeros, los decuriones no entraban a formar parte de la élite dirigente del imperio, pero en muchos casos, alcanzaron el mismo prestigio social.

Dentro de los grupos inferiores de la sociedad altoimperial, se distinguieron la plebe, los libertos y los esclavos. La plebe (rústica y urbana) constituía la mayoría de la población libre, mientras que los libertos y esclavos formaban la población dependiente: la plebe era una masa muy heterogénea cuyo único elemento común fue la pérdida progresiva de los derechos políticos que había disfrutado durante gran parte del periodo republicano. al ampliarse el poder del emperador hasta el punto de poder nombrar personalmente a la mayoría de magistrados, las asambleas populares perdieron sentido. Finalmente, Tiberio decidió transferir la facultad electiva de dichas asambleas al senado: sin embargo, aun despojada de poderes constitucionales, la plebe fue invocada e instrumentalizada tanto por el emperador como por el senado en su propio beneficio. Los antoninos echaron mano de la plebe para engrosar las filas del ejército. Por su parte, la plebe romana exigía continuamente repartos de trigo y aceite y espectáculos públicos de diversa índole. La actividad económica de la plebe era distinta en función del marco productivo (rural o urbano) en que se integraba. mientras la plebe rústica cultivaba en arriendo parcelas pertenecientes a los grandes dominios estatales o privados (formando el grupo de "colonos libres"), la plebe de Roma (plebe urbana por excelencia) agrupaba a miles de familias cuya supervivencia dependía en gran medida de la beneficencia imperial: al principio, la plebe de Roma estaba formada por los antiguos descendientes de las tribus romanas, pero debido al expansionismo, los individuos de procedencia extranjera llegaron a constituir la mayoría.

Los libertos eran un grupo muy numeroso formado por esclavos manumitidos: los esclavos manumitidos por su amo quedaban insertos en la familia de este último, dando lugar a una relación entre protector y liberto. Pero los hijos del liberto adquirían ya el estatuto de hombre libre. la mayoría entraba a engrosar las filas de la plebe, salvo los que tenían medios suficientes para hacer efectiva su libertad (libertos manumitidos Cum Peculio). Estos últimos se dedicaban a ciertas actividades (artesanía, comercio y banca) que ya habían desempeñado como esclavos. Algunos llegaban a cumular una fortuna equiparable  al de su patrono y los hubo que fueron promocionados por sus propios patronos o incluso por el emperador, que los acogió como personal de confianza para supervisar todos los aspectos de la vida cotidiana de la familia imperial: los libertos enriquecidos formaron la burguesía incipiente de las ciudades y trataron de imitar a los grupos superiores comprándose una tierra.

El esclavo era considerado un bien enajenable, un simple medio de producción: es difícil precisar datos sobre la esclavitud en la sociedad romana altoimperial, aunque se sabe que fue muy numerosa comparada con la de otras sociedades del mundo antiguo. La primera fuente de la esclavitud era los prisioneros de guerra que el imperio tomaba constantemente en sus fronteras y la segunda eran los hijos de los propios esclavos. También existía la esclavitud por deudas, que afectaba fundamentalmente a pequeños campesinos y artesanos arruinados, aunque esta desaparecía una vez saldada su deuda. la mayoría de los esclavos se encontraban dedicados a la explotación de latifundios. Las pequeñas propiedades, en cambio, eran explotadas por campesinos libres en régimen familiar. un sector más reducido de los esclavos desarrollaba su trabajo junto a libertos y proletario (en este sector fue mucho más fácil para los esclavos reunir el Peculium necesario para comparar su libertad). Por último, estaban los esclavos dedicados al servicio doméstico, pues prácticamente todos los hombres libres disponían de esclavos en mayor o menor número en función de su poder económico. Algunos esclavos y libertos de la familia imperial llegaron a desempeñar importantes funciones en la administración como personal de confianza del emperador. En general, los emperadores utilizaron de modo populistas a los esclavos, los libertos y la plebe para contrarrestar el poder del orden senatorial.

El tema de la esclavitud es un tema polémico en la historiografía: Anderson considera que el modo de producción esclavista fue predominante entre el siglo II AC y el siglo II en Italia y en las provincias más romanizadas del imperio: Hispania y la Galia. En cambio, Bravo considera que la esclavitud cayó drásticamente al terminar las guerras e conquista tardorrepubicanas y fue minoritaria ya en el Alto imperio. López Barja pone el acento en la importancia cualitativa de la esclavitud para el mantenimiento del sistema social altoimperial, por encima de su mayor o menor cantidad.

Según Bravo, la fuerza de trabajo esclava no fue estable ni predominante en ninguno de los sectores productivos durante todo el periodo altoimperial. Los principale propietarios de esclavos fueron los grandes y medianos propietarios de tierras en el campo y los empresarios de talleres en la ciudad. El sistema esclavistas romano se vio frenado al terminarse las guerra de conquista tardorrepublicanas y las posteriores anexiones territoriales de época imperial no perseguían ya la conversión en esclavos de los prisioneros de guerra, sino la integración de los nuevos territorios en provincias por motivos estratégicos y de explotación  de sus recursos materiales y humanos. La tendencia se agravó aún más debido a la práctica de manumisiones indiscriminadas en el ámbito urbano desde finales de la República, que amenazó la base esclavista del estado imperial desde sus comienzos. Se produjo así un descenso significativo de la mano de obra esclava, aunque muchos antiguos esclavos continuaron trabajando en su oficio como clientes (ahora "libertos") de su antiguo dueño (ahora "patrono"). El esclavo era más rentable en las grandes y medianas explotaciones agrarias, pero el trabajador libre fue usual en las pequeñas propiedades y en el sector artesanal el número de libertos pronto superó al de esclavos. Con excepción de Roma y acaso de las grandes ciudades del imperio, los esclavos quedaron reducidos a algunas explotaciones agrarias, las minas y el servicio doméstico de terratenientes.

El proceso culminará cuando, a finales del siglo II; tanto los propietarios privados como los administradores de los dominios imperiales, contraten a colonos en vez de esclavos como mano de obra agrícola. la difusión del colonato desde finales del siglo II se vio favorecida porque coincidió con una época en que existía una gran cantidad de tierra desocupada (en la época de los antoninos, el imperio logró su máxima expansión territorial) y la adquisición de colonos no requería inversión de capital mobiliario, así que resultó ser una solución mucho más rentable entonces también en las grandes propiedades. En definitiva, puede hablarse de una coexistencia de mano de obra de libres, libertos y esclavos en la mayor parte de los sectores productivos de la sociedad altoimperial, pues ninguno de esos sectores fue capaz de cubrir por sí solo la fuerza de trabajo necesaria para la creciente demanda de consumo y el aumento de la productividad que tuvieron lugar en esta época.

Según lópez Barja, los dos rasgos esenciales de la esclavitud son la coerción física y la explotación económica, que suponían una amenaza porque podían llevar al esclavo a una respuesta desesperada (están documentados testimonios de violencia de esclavos contra sus dueños). De ahí que la legislación altoimperial tratase de proteger al esclavo de los abusos de su amo, precisamente para proteger los intereses de los esclavistas a la larga. la esclavitud buscaba conseguir la máxima explotación del trabajo. Solo puede llamarse sociedad esclavista a aquella en la que el número de esclavos es muy elevado (más del 20 % de la población total), de modo que una buena parte de la producción dependa de ellos. en la Antigüedad, esta circunstancia sólo está atestiguada en atenas e Italia: es posible que el fin de la expansión romana supusiera un encarecimiento dl precio de los esclavos y una caída de su rentabilidad.


Instituciones del Alto Imperio

La civilización romana, al igual que la griega, fue una civilización eminentemente urbana y de ahí que la mayor parte del imperio estuviese bajo el régimen municipal: No obstante, subsistieron vastas regiones en el Imperio( gran parte de la Galias, Siria y áfrica) que se mantuvieron al margen. algunas de estas zonas vivieron bajo un régimen tribal, aunque controladas por destacamentos al mando de los prefectos: otras estaban bajo la autoridad de príncipes vasallos de Roma, templos con poder territorial o procuradores.

Cada ciudad se encargaba de administrar un territorio más o menos extenso (municipio): Roma permitía una cierta autonomía (instituciones propias) con tal de que las ciudades se mantuvieron tranquilas, pagaran sus impuestos y contribuyeron con levas militares. El estatuto jurídico de los municipios variaba en función de su dependencia con respecto a Roma, aunque por encima de todos ellos estaba siempre la autoridad provincial: por ejemplo, existían ciudades con privilegios fiscales frente a otras que estaban obligadas a satisfacer un tributo anual a Roma.

Además de los municipios, estaban las Colonias, que eran ciudades pobladas por Colonos (ciudadanos romanos beneficiados por lotes de tierras arrebatadas a sus antiguos habitantes). las colonias estaban ligadas directamente a Roma ( no dependiendo de la autoridad provincial) y gozaban por lo tanto de un estatuto jurídico superior al de los municipios.

Tanto en los municipios como en las colonias existían habitantes de diversa condición (peregrinos privados de ciudadanía, Ciudadanos Latinos con derechos civiles y Ciudadanos Romanos con plenos derechos). Los ciudadanos latinos tenían derechos civiles (por ejemplo, el de matrimonio y el de comercio), pero no los plenos derechos (optimo lure), por lo que no podían acceder a los Comicios y las Magistraturas. Solo los ciudadanos romanos tenían plenos derechos (optimo Iure) y, por tanto, podían acceder a los Comicios y las Magistraturas.

Las instituciones básicas del autogobierno municipal eran la Asamblea y el senado municipales (este último también llamado Curia). los ciudadanos romanos eran miembros de la asamblea y podían acceder a las magistraturas. los magistrados (2 duoviri y 2 Aediles) presidían la asamblea y la Curia, despachaban asuntos corrientes de la vida pública municipal y tenían competencia judicial sobre delitos menores (los mayores eran competencia exclusiva de Roma). la Curia debía formarse por 100 decuriones (pero no siempre era posible reunir a este número); cuyo cargo era vitalicio. los decuriones eran ciudadanos mayores de 30 años con buena posición económica y que hubieran desempeñado con anterioridad una magistratura ciudadana. Se encargaban de la administración y las finanzas locales: el orden decurional era considerado un orden senatorial principal, de menor rango al de Roma.

En Oriente, las ciudades de cultura griega o helenística mantuvieron formalmente sus instituciones tradicionales. en la práctica, la Eklesía fue perdiendo poder en beneficio de la Bulé y los arcontes. los arcontes eran equivalentes a los Duoviti y la Bulé a la Curia municipal. tanto en oriente como en occidente, las elecciones populares para las magistraturas poco a poco perdieron sentido hasta desaparecer, debido a la falta creciente de candidatos dispuestos a costear las pesadas cargas económicas que acarreaban dichos cargos.

El gobierno romano apoyó a las oligarquías municipales preexistentes a su anexión al Imperio y allí donde no existían con anterioridad las creó. Así se logró que, a mediados del siglo II hubiese una uniformidad en el régimen político de las distintas ciudades: pero es también en ese momento cuando las oligarquías municipales inician su declive, abrumadas por cargas económicas cada vez más pesadas: a finales del siglo II, el gobierno municipal recae sobre un grupo de tan solo 10 decuriones encargados de la recaudación de los tributos de su ciudad para el fisco imperial: los decuriones más afortunados lograron entrar en los órdenes ecuestre y senatorial, perdiéndose para el gobierno de las ciudades.

En la época altoimperial, se alcanzó un alto grado de urbanización. la metrópoli por antonomasia fue Roma, que en tiempos de Trajano pudo alcanzar el millón de habitantes: la segunda ciudad en importancia fue alejandría, con medio millón. Varias ciudades de Oriente (como cartago y antioquía) estarían entre 100000 y 200000 habitantes. todas las ciudades presentan un trazado urbano racional.

En occidente, el centro de la ciudad era el Foro, donde se encontraban los edificios políticos y el conjunto de edificaciones religiosas llamado capitolio, dedicado al culto de la Tríada Capitolina y símbolo de la lealtad a Roma. fuera de la ciudad, que raramente se encontraba totalmente amurallada, se encontraban las necrópolis: las ciudades orientales conservaron su trazado griego o helenístico. la paz altoimperial, el auge de las oligarquías municipales y la demanda de productos manufacturados y de exportación contribuyeron a la recuperación de la vida artesanal y comercial.

Por último, el ejército se convierte en el Alto Imperio en una institución fundamental del estado romano. a partir de augusto, el ejército romano es una institución permanente, profesionalizada y considerada como segunda fuerza de poder, bajo la autoridad del Príncipe. El ejército altoimperial (profesional y permanente) estaba formado por Legiones, cada una de las cuales comprendía 5000 infantes (organizados en 10 Cohortes) y 120 jinetes (organizados en Alae). Las Legiones se completaban con tropas auxiliares (también organizadas en Cohotes y Alae) y se mantuvo y protegió la Armada (organizada en flotas). pese a la larga duración del servicio militar (20 años), el sueldo percibido(soldada) y las compensaciones en el momento de licenciarse aseguraban un futuro estable. los cuantiosos gastos generados por el ejército fueron financiados a través de los impuestos y con carácter prioritario, pues el ejército era esencial para el mantenimiento del comercio, la provisión de alimentos en las ciudades y la Pax Romana.


Religión e ideología

Durante el Alto Imperio, las clases rurales y, principalmente, las clases populares, siguieron fieles a la religión tradicional romana (Paganismo), mientras que las clases urbanas y principalmente las más pudientes y cultas, hacían alarde de su incredulidad y profesaban doctrinas filosóficas como eL epicureísmo y el estoicismo. No obstante, siempre se mantuvo el respeto a la religión oficial del estado romano, al tiempo que este permitía la libertad de la mayoría de las creencias y los cultos ajenos al mismo. Salvo el judaísmo y el cristianismo, todas las religiones de la época eran politeístas. roma promovió con ellas un Sincretismo religioso (intento de conciliación de corrientes religiosas diversas, mediante la identificación de las divinidades romanas con las de las poblaciones sometidas) que contribuyó a la romanización.

Octaviano asoció a su autoridad el poder religioso (tomando los títulos de Augustus y Pontificex maximus) e inició el culto imperial: Augusto protegió la religión oficial y tradicional de Roma, honrando con nuevos templos a los principales dioses (Júpiter, Apolo, Marte y Venus) y recuperando otros cultos y ritos antiguos;. la religión estuvo fuertemente vinculada a la vida pública y los distintos sacerdocios siguieron asociados a la proporción y los cargos de los altos magistrados.

Augusto inició el culto imperial, pero no aceptó la divinización de su persona en vida, que habría sido rechazada por la cultura occidental: se desarrolló el culto al genio del príncipe (Genius Augusti) en vida y su divinización (apoteoisis) por el senado tras su muerte: además, augusto fue tratado como Hijo de la Divinidad (Divi Filius), al haberse divinizado post mortem su padre adoptivo Julio césar. este tratamiento fue disfrutado por muchos otros emperadores posteriores. En Occidente, se consideraba divina la autoridad o aquellos que representaba la autoridad del príncipe, pero no su persona física. El culto imperial fue fomentado por las políticas imperiales, la labor de los colegios sacerdotales y las manifestaciones artísticas. También tuvo adversarios como los estoicos, que lo ridiculizaron, pero su mayor enemigo fue el cristianismo, que no aceptaba más que su propia y única divinidad.

Poco a poco, el sistema de culto imperial iniciado por Augusto evolucionó hacia la divinización del emperador en vida. Nerón, Cómodo y Diocleciano se identificaron con sendos dioses (Apolo-Helios, Hércules y Júpiter, respectivamente) . Domiciano, Cómodo y Aureliano se auto proclamaron Dominus et Deus, título que se institucionaliza con Diocleciano en el bajo Imperio.

La religión tradicional romana satisfacía las necesidades de una sociedad agrícola sencilla y, en su forma más avanzada, legitimaba las acciones y el imperialismo progresivo del gobierno republicano de Roma, peros e mostraba deficiente en la sociedad urbana y cosmopolita de la Roma Imperial. en un principio, los cultos orientales llegaron a Occidente a través de los comerciantes y los esclavos. las migraciones espontáneas provocadas por el comercio y las manumisiones masivas de esclavos hicieron surgir en las principales ciudades occidentales un gran número de  comunidades griegas que se convirtieron en centros de difusión de las religiones orientales. Del mismo modo, las comunidades judías de la Diáspora fueron centros de propagación del cristianismo inicial. La difusión de las religiones orientales y el cristianismo y el auge de todo tipo de supersticiones vinieron a  cubrir otro tipo de necesidades espirituales en Occidente. Los cultos orientales /también llamados "mistéricos" o "de salvación") y el cristianismo diferían del paganismo romano en que apelaban directamente al individuo y le ofrecían la posibilidad  de asegurarse la salvación personal y la vida de ultratumba mediante la comunión con los poderes divinos. gran parte de su poder de atracción en occidente se debió a que hacían desparecer las barreras sociales y étnicas en sus iniciados.

sábado, 13 de abril de 2024

IGLESIA GOBIERNO Y ESPIRITUALIDAD EN LA ÉPOCA DEL CONCILIARISMO

El conciliarismo y la limitación del poder papal

La teoría conciliar, de gran aceptación especialmente en los medios universitarios, pensaba que el Concilio podía contrapesar las tendencias autoritarias hacia las que se encaminaba el Papado. Si bien el conciliarismo es un movimiento propio de la Iglesia según el cual el Concilio, representante de la congregación de los creyentes, es superior al Papa, su interés para el ámbito político reside en el hecho de que resulta una manera interna de controlar la monarquía papal a través de la aplicación de lo que se denomina la teoría ascendente del poder.


Los últimos concilios medievales: la crisis conciliar

El Concilio de Constanza convocado por el emperador Segismundo (futuro Juan XXII), había puesto fin al Cisma de Occidente, quedando patente que el Concilio era un útil instrumento para solucionar los grave problemas de la iglesia. Este Concilio, en su decreto "Sacrosanta" no pretendió definir dogmáticamente el conciliarismo; sus artículos sólo tuvieron un claro valor circunstancial. Los papas Martín V y Eugenio IV los reprobaron. 

Nacía así la llamada teoría conciliar, que gozaba de gran aceptación, especialmente en los medios universitarios, al comprobarse que podía ser un contrapeso a las tendencias autoritarias del papado. Concretamente el I Concilio de Letrán (1123), había puesto fin al problema de las investiduras; el IV de Letrán (1215) para condenar a los valdenses, el I de Lyon (1245) para deponer a Federico II; el de Vienne (1311-1313) para disolver la Orden del Temple; el de Constanza (1414-1418) para la superación del Cisma.

En 1417 se promulgaron cinco decretos de reforma. El más importante fue el decreto "Frequens" que convierte el Concilio Ecuménico en una institución permanente en la Iglesia, ordenándose su celebración cada determinado período de tiempo, sin necesidad de convocatoria pontificia. El 22 de abril de 1418, se celebró la última sesión y con ella quedó clausurado el Concilio. El papa Martín V aceptó todas las decisiones adoptadas, con excepción de la teoría conciliarista. Su sucesor, Eugenio IV, lo reconoció como ecuménico (1446) exceptuando lo que iba contra el primado pontificio o contra la autoridad de la Santa Sede. 

El poder de la Iglesia, al igual que en las monarquías parlamentarias, residía en el Concilio, del que el Papa era su alto representante, pero no era el dueño absoluto del poder, como había sucedido hasta entonces. El concilio de Constanza acabó con la elección de Martín V (1417-1431), aceptándose ciertas limitaciones al poder pontificio, a cambio el concilio admitió la exclusividad del papa para efectuar definiciones dogmáticas, decreto Frequens (1417). En este mismo Decreto se estableció que el concilio volvería a reunirse en 1423, 1430 y, posteriormente, cada diez años. De vuelta a Roma, Martín V fue recibido con entusiasmo, siendo el primer papa romano en 135 años. A él se debe la creación de la Rosa de Oro que, desde entonces, los Papas otorgan como especial distinción a las personas ilustres que se habían distinguido por u protección a la Iglesia: antes de su muerte convocó el concilio de Basilea.

Concilio de Basilea

El triunfo de la monarquía papal

El nuevo papa, Eugenio IV (1431-1447), antes de ser proclamado, tuvo que aceptar que no tomaría ninguna iniciativa sin contar con el Colegio de Cardenales que, según la teoría conciliar, imponía su criterio oligárquico respecto al gobierno de la Iglesia. El concilio de Basilea fue inaugurado el 23 de julio de 1431. El primer desacuerdo surgió cuando los huistas fueron invitados al Concilio para discutir sus doctrinas. En diciembre, el Papa clausuró el concilio y los trasladó a Bolonia, provocando la protesta de los padres conciliares. Al año siguiente, el emperador Segismundo se dirigió a Roma, donde consiguió que el papa reconociera el carácter ecuménico del concilio. Eugenio V declaró disuelto el Concilio de Basilea (1431-1449), y excomulgó a cuantos continuaban allí, convocando otro concilio ecunémico en Ferrar para 1438. Los padres de Basilea, entre el que se encontraba el futuro Pío II, declararon depuesto al papa y eligieron al laico Amadeo VIII de Saboya, que tomó el nombre de Félix V (1340-1349), que fue el último antipapa de la Iglesia: los reyes de Francia, Castilla, Aragón, Polonia y el duque de Borgoña, retiraron el apoyo al antipapa.

Pío II, que anteriormente había sido partidario de las doctrinas conciliares, una vez elegido pontífice, siguiendo los pasos de sus predecesores Eugenio IV y Nicolás V, promulgó la Bula Execrabilis (1460), por la que se prohibía apelar al Concilio las decisiones tomadas por el Papa. El concilio de Ferrara se abrió con la presencia de Eugenio IV en 1438, que lo trasladó a Florencia en 1439, a causa de la peste. El emperador de Oriente, Juan VIII Paleólogo, acompañador del patriarca de Constantinopla, José II, entre otros obispos,acudió al Concilio. Quería conseguir la unión entre las iglesias de Oriente y Occidente. El 8 de junio se acordó el reconocimiento de la primacía de Roma. En 1443, el Papa trasladó el concilio a Roma, donde se clausuró en 1445, con la proclamación de la bula Benedictus sit Deus, en la que se celebraba la unión de los católicos y los ortodoxos, a la que se adhirió una parte de las iglesias siria, maronita y caldea.Era la primera vez que un concilio ecuménico se había desarrollado en tres sede: Ferrara, Florencia y Roma.

Concilio de Ferrara

La fallida unión de las iglesias

Desde que, el 16 de julio de 1054 se materializa la ruptura entre la Iglesia Católica y la Ortodoxa, cada iglesia tenía su área propia de control. Se mantenían buenas relaciones entre ellas incluso hubo diversos intentos por volver a la unidad  (Gregorio VII y Urbano II). Tras la toma de Constantinopla por los cruzados (1204), los emperadores latinos proclamaron la unión y nombraron a un patriarca latino en constantinopla (en ausencia del patriarca ortodoxo, que se retiró a Nicea con el emperador bizantino) pero la situación no cambió mucho ya que la población seguía siendo fiel a la ortodoxia.

En 1248 se volvió a intentar durante el II Concilio de Lyon y del de Florencia: en 1248, el emperador de Nicea, Juan III Vatatzés, temeroso de un avance de los latinos en sus dominios de Asia Menor, escribió a Inocencio IV, ofreciéndole la unión y el reconocimiento de la supremacía de Roma, a cambio de la devolución de Constantinopla: esto no se llevó a cabo debido a la muerte en 1254 de ambos personajes. En 1261 volvió a producirse la toma de Constantinopla por Miguel VIII Paleólogo, pero, ante el peligro de una nueva cruzada, éste solicitó nuevas conversaciones que no llegaron a ningún acuerdo. De nuevo, ante las presiones exteriores, Miguel VIII participó en el II Concilio de Lyon (1274), donde se proclamó la unión. Allí, el patriarca de Constantinopla, Germán II, hizo una profesión de fe, en nombre del Emperador, en la que aceptaba el Filioque y la primacía de Roma. Esta unión no trascendió por razones políticas. Andrónico II (1282-1328), nuevo emperador, declaró nulos todos los acuerdos alcanzados en tiempos de su padre.

En tiempos de Juan V Paleólogo (1341-1365), se realizó una nueva tentativa: el emperador se desplazó a Italia para pedir ayuda contra los turcos, que se habían instalado en Gallípoli. Juan V llegó a firmar con Urbano V en 1368, la llamada Unión de Roma, pero nadie le ayudó en su lucha contra los turcos. De nuevo, la amenaza turca obligó a Juan VIII Paleólogo a tratar de conseguir la unión entre iglesias en el concilio de Ferrara (1439): en esta ocasión el emperador se trasladó personalmente a Florencia, junto con el arzobispo de Nicea, Basilio Besarión. El decreto de unión fue redactado por Besarión y por el General de los Camalduleneses, Ambrosio Traversari, en griego y latín y fue leído y firmado por el Papa y el emperador el 6 de julio de 1439. La unión se firma por cuestiones políticas y no por convicciones religiosas. Los patriarcas de Alejandría, Antioquía y Jerusalén rechazaron los establecido en el concilio y amenazaron a Juan VIII con la excomunión. El pueblo y el clero de Constantinopla rechazaron la unión con Roma a pesar del peligro de invasión turca.

Renacimiento y papado

Entendemos por Renacimiento, el movimiento cultural y artístico basado en el redescubrimiento de la antigüedad clásica que se desarrolló entre los siglos XV y XVI, llamándose el primer periodo del siglo XVI primer renacimiento o Cuatrocento. El renacimiento es considerado la consecuencia lógica de la evolución del pensamiento y las artes medievales, en constante progresión en todos los ámbitos.

El Humanismo aplicado especialmente a los hombres de letras está muy vinculado al Renacimiento. En el Humanismo se encierra toda una forma de pensamiento que sustituye el teocentrismo por el antropocentrismo que estará implícito en la crisis de pensamiento escolástico. Los Humanistas anteponen el culto a la razón al ideal cristiano, basado en la fe y la moral. Este cambio de pensamiento dará origen a lo que se ha denominado espíritu moderno, y junto a la reforma protestante del siglo XVI y la revolución francesa del siglo XVIII, constituye la gran revolución espiritual y mental de Europa. a la difusión del Humanismo, contribuyó la llegada a Italia de numerosos intelectuales bizantinos que querían escapar del avance turco sobre Constantinopla. En Italia fueron acogidos por numerosos mecenas y príncipes, focalizados en la difusión cultural. el descubrimiento y difusión de la imprenta por Gutemberg en el siglo XV fue un factor decisivo para la difusión de la cultura.

Los Papas se distinguieron siempre por su protección a los artistas y por su interés por las letras y la filosofía de la Antigüedad. Juan XXII creó en 1317 la Biblioteca Vaticana, la cual, con urbano V contaba ya en 1329 con 22000 manuscritos que había mandado copiar. Los intelectuales del momento gozaron de la protección de los pontífices de Aviñón. Los Papas, al regresar a una Roma tras 70 años de abandono, volcaron sus esfuerzos por convertirlas en la corte más esplendorosa de la Cristiandad. a roma fluyeron artistas florentinos y riquezas que fueron invertidas en restaurar y embellecer las grandes basílicas de San Juan de Letrán, Santa María y San Pedro.


Los primeros Papas del Renacimiento

El veneciano Eugenio IV protegió a los humanistas entre ellos a los helenistas Bearión y traversari y a los latinistas Mateo Vegezzio y Lorenzo Valla. Además, reorganizó la Biblioteca Vaticana y reavivó la universidad de Roma. el sucesor de Eugenio IV fue Nicolás V (1447-1455), el primero de los grandes mecenas pontificios: desde joven había sido preceptor, en Florencia, en las casas de los Strozzi y los Albizzi, donde entabló amistad con gran número de humanistas: estudió en Bolonia, tras lo cual entró al servicio del arzobispo, comenzando la carrera eclesiástica. los fondos obtenidos en el Jubileo de 1450 fueron destinados a restaurar numerosas iglesias y a inicio de la construcción de la Basílica de San Pedro. Roma se convirtió en el centro de atracción de los más famosos artistas, como Fray Angélico. la masiva llegada de orientales, ante la inminente caída de Constantinopla, acogidos por su compatriota el cardenal Besarión, hizo que el renacimiento fuera también considerado griego (no solo latino).

Eugenio IV

Pío II (1458-1464), Eneas Sil vio Piccolóminni escogió su nombre como alusión al epíteto pío que acompañaba a Eneas en la obra de Virgilio.En el plano político, Pío II trató de fortalecer la Iglesia y de conciliar los estados italianos. En las cuestiones disciplinarias y religiosas, se reveló como dogmático defensor de la supremacía de la autoridad del Papa sobre la de los concilios, interviniendo activamente en el refrenamiento del proceso de desintegración del catolicismo en Alemania. Su gran iniciativa, y también su drama como pontífice, fue la preparación de una nueva cruzada para la que llegó a convocar una dieta en Mantua (1459-1460), iniciativa cuyo fracaso apresuró su muerte. Promovió la canonización de San Vicente Ferrer y de Catalina de Siena, y fue munificente protector de las artes, mirando con recelo, por el contrario, aquellas manifestaciones de la cultura humanística de la que había sido anteriormente uno de los más brillantes exponentes.

Pío II

Con sus sucesores Sixto IV (1471-1484), Inocencio VIII (1484-1492) y Alejandro VI (1492-1503), continuó la larga lista de Papas nepotistas y de vida poco edificante que, sin embargo, en los político y cultural, llevaron a la monarquía pontificia al primer plano, aunque en el campo religioso, la Cristiandad pidiera una reforma, como quedaba manifestado en los concilios de Constanza y basilea. Con la eclosión del Renacimiento, los Papas olvidaron su objetivo principal para dedicarse al engrandecimiento políticos de los estados Pontificios y artísticos de Roma. a principios del siglo XVI, aparecen una serie de personajes (lutero, Zuinglio, Calvino...) como denuncia de los abusos de la jerarquía, atacando la doctrina católica, produciendo la Reforma protestante y una nueva escisión en la Cristiandad occidental.

Dos españoles en el trono de San Pedro

Calixto III (1455-1458)

Su nombre era  Alonso de Borja y Llantiol, natural de Canal (Valencia). Había sido profesor en el Estudio General de Lérida y partidario de Benedicto XIII. Fue obispo de Valencia y acompañó a Alfonso V el Magnánimo en la conquista del reino de Nápoles. En 1444 fue nombrado cardenal. Durante su corto pontificado, se interesó poco por la política cultural y preparó una cruzada contra los turcos en 1456.

Durante el primer años de su pontificado canonizó a san Vicente Ferrer. Mandó revisar el proceso contra Juana de Arco, quemada como hereje 25 años antes, declarándola inocente. Considerado Papa nepotista, elevó a la púrpura a dos sobrinos, Luis Juan de Milá, obispo de Segorbe, y Rodrigo Borja, nombrado vicecanciller de la Iglesia y obispo de Valencia. a otro sobrino, Pedro Luis Borja, lo nombró capitán general de los ejércitos pontificios y distribuyó cargos en la Curia a otros compatriotas. todo esto provocó que, a su muerte, los romanos saquearan las propiedades de los aragoneses.

Calixto III (1455-1458)
Alejandro VI (1492-1503)

Rodrigo Borja y Llantiol era hijo de una hermana de Calixto III. Había nacido Játiva en 1431. hizo toda su carrera a la sombra de su tío. Con un comportamiento amoral y disoluto, empleó todos los medios para satisfacer su ambición. Antes de ser elegido Papa, había tenido tres hijos de madre desconocida y, ya siendo Papa, otros dos. Fue elegido papa con 70 años en una elección considerada simoníaca ya que, para ello, repartió palacios y posesiones entre sus lectores Orsini, Colonna y Savelli. toda su acción diplomática estuvo destinada a realzar el prestigio de su familia y, especialmente el de César Borgia para lo que apoyó a las Casa de Aragón o de Anjou en sus disputas por el reino de Nápoles. El principal detractor de la conducta del papa fue el dominico ferrarés, jerónimo Savonarola, que fue excomulgado y quemado en la hoguera el 23 de mayo de 1498 en la Plaza de la señoría de Florencia.

Por lo que a españa se refiera, en 1493 Alejandro VI otorgó la Bula Inter Caetera, delimitándose por primera vez la zona de expansión portuguesa y castellana que se precisaría posteriormente en 1494 en el Tratado de Tordesillas.

Alejandro VI murió de malaria el 18 de agosto de 1503, siendo enterrado en san pedro. desde 1610, sus restos y los de su tío Calixto III descansan en la Iglesia de Montserrat.


Herejías y nuevas formas de piedad

Los Cátaros habían sido perseguidos por poner en cuestión principios y dogmas fundamentales de la Iglesia y habían intentado poner en pie una estructura paralela, con su propia jerarquía. Las persecuciones y el abandono por parte de la pequeña nobleza que le había dado su apoyo, así como su propia evolución interna, hicieron que, prácticamente, desaparecía de los lugares donde había arraigado. Los supervivientes evolucionaron hacia una especie de panteísmo místico, que no provocó mucha preocupación. Algo similar ocurría con los valdenses, germen de futuras disidencias como el husismo y el protestantismo: su ideal era vivir el cristianismo primitivo de la época de Constantino.

La aparición del franciscanismo hizo que muchos encaminaran sus inquietudes espirituales  a través de dicha Orden, causando desconfianza en la Iglesia. Algunos franciscanos pretendieron llevar la pobreza evangélica hasta límites extremos y esto hizo que el Papa Juan XXII, en 1323, promulgara contra ellos la Bula Cum inter nonnulos, en la que afirmaba que, aunque Cristo había vivido pobremente, sin embargo, había poseído algún bien, aunque solo fuera su túnica.

Gregorio IX, mediante la Bula Licet ad capiendos de 1233 creó la Inquisición para la represión de la herejía, aunque no logró extinguirla del todo. la única disidencia religiosa permitida dentro de las fronteras de la Cristiandad la constituía el judaísmo. La Bula Etsi judeorum (1233) de Gregorio IX reconoció su culto y prohibió molestarlos y perseguirlos, a cambio de que vivieran separados de los cristianos y lucieran un distintivo que los identificara. El antisemitismo siempre ha estado presente a lo largo de la Edad Media.

Los últimos heresiarcas medievales

Juan Wyclif (1330-1384)

Juan Wyclif se graduó en maestro en Artes por la Universidad de Oxford a los 30 años y se doctoró en teología a los 42. Estuvo bajo la protección de los Lancaster. Tras un proceso que lo alejó de su cátedra, se retiró a su parroquia hasta el final de sus días.

Según Wyclif, la estructura eclesiástica era negativa y apenas necesaria: Según Wyclif la jerarquía se ha atribuido poderes que no les corresponden, el clero predica lo que no cumple, y el Papa pretende ser el amo del mundo y ejercer su autoridad sin ser virtuoso. Fue partidario de la traducción de las Escrituras, para que pudiera ser leídas e interpretadas directamente por los fieles, sin mediación de los clérigos. Las ideas de Wyclif fueron bien acogidas por la Universidad, por el Estado y por el pueblos. Sus doctrinas iban dirigidas a un rígido puritanismo y moralidad, y propugnaban la simplificación del culto, la anulación del clero y la confiscación de sus bienes: comenzarona ser perseguidos cuando hicieron extensivos sus principios a la nobleza.
  • Teoría del Dominio
Establece que Dios es el único que posee el dominio y está en todas partes, lo cual es fomentado por la debilidad y el pecado del hombre, cosa que no ocurre en la sociedad perfecta e ideal. En ella, no se necesita de curas ni sacerdotes, pues según él, Dios no precisa de delegados ni intermediarios, una teoría similar a la que después usará Martín Lutero en el siglo XVI en la Reforma protestante.
  • Teoría de la Eclesiología. Las dos iglesias
En 1376 Wyclif defendió la doctrina de "la autoridad fundada en la gracia", según la cual toda autoridad viene otorgada, directamente, por la gracia de Dios y pierde su valor cuando su detentador es culpable de pecado mortal. Para él, la verdadera Iglesia es la iglesia invisible de los cristianos en estado en gracia: Wyclif negaba el principio de la autoridad jerárquica en la Iglesia y preconizaba la designación del Papa por sorteo.

Establece que hay dos iglesias, la visible y la invisible, esta última formada por los predestinados, y que es la auténtica, como afirmará tiempo después Jan Hus. Así, Dios es la causa de esta predestinación y él dispone de todo, según el plan divino, y este predestinado no pierde sus derechos aunque peque, pues ha sido elegido por Dios.
  • Negación de los sacramentos y la transubstanciación
En 1380 Wicleff tomó en Oxford la importantísima decisión de atacar a la “Transustanciación”. Llamó a la Forma Consagrada “un signo eficaz”. Esta negación abierta de la doctrina tan familiar para todo cristiano y la reacción que siguió a la Revuelta de los Campesinos, hizo perder a Wicleff mucha popularidad. 
  • Teoría de las Escrituras y su libre interpretación
Wyclif se inclinó, resueltamente, por el realismo contra el nominalismo, en un debate muy acalorado en el que defendía la vuelta a la Biblia y al agustinismo. Dice que el verdadero y auténtico poder está en las Sagradas Escrituras (la Biblia), y no en la Iglesia. Esta es la teoría del "biblicismo", donde está la salvación, la revelación y la autoridad, de forma que la salvación viene directamente de Dios, sin intermediarios, y solamente resaltando el valor único de la Biblia, como fuente única de poder. No juzga a la iglesia, sino que, novedosamente, antepone directamente la autoridad suprema de la Biblia a la eclesiástica, como revelación divina.

 Juan Wyclif (1330-1384)
Juan Hus (1369-1415)

La clase dirigente alemana había provocado un sentimiento antigermánico en la población checa. Además, había que sumarle el sentimiento de odio provocado por las riquezas de la Iglesia, propietaria de casi un tercio del país.

En 1402, Hus fue nombrado capellán de la iglesia de Belén, la cual se había creado diez años antes. Hus era un predicador que arrastraba multitudes. Predicaba las ideas de Wyclif, que fueron condensadas por Gregorio XII en 1408 y se le prohibió la predicación en Belén. Hus luchó contra la predicación de la indulgencia, como posteriormente haría Lutero, cuyos ingresos destinaría el antipapa Juan XXIII a su lucha contra el rey de Nápoles. Hus fue condenado como hereje y seguidor de Wyclif, aun cuando no compartía algunas de su ideas alejadas de la ortodoxia, aceptando defenderse personalmente en el Concilio de Constanza. Allí fue juzgado acusándolo de 45 proposiciones heréticas, de las que solo admitió cuatro. Wyclift se negó a abjurar en bloque y fue condenado y quemado en la hoguera el 6 de julio de 1415.

La nobleza checa denunció lo ocurrido en Constanza y acusó, tanto al emperador como al concilio, de actuar de mala fe. Mediante la protestaio Bohemorum rechazaban el concilio y concedían a la Universidad de Praga la facultad de legislar en materias doctrinales. En 1417, reconocieron la comunión bajo el pan y el vino como signo distintivo, ya que Hus la había aprobado como acto de fidelidad al evangelio. tuvieron el apoyo incondicional de la nobleza. Sus ideas estaban contenidas en los cuatro "artículos de Praga":
  • libertad de predicación, 
  • concesión de comulgar con el cáliz para los laicos (utroquis,no), 
  • abolición del poder temporal y de las propiedades del clero, 
  • castigo de los pecados mortales.
El emperador Segismundo prometió acabar con los herejes husitas, divididos en moderados (utraquistas, por la comunión bajos las dos especies) y radicales (taboritas, por tener en Tábor su centro de actuación). El Papa predicó la cruzada contras los husitas (1420) y las guerras se sucedieron entre los católicos imperials y los husitas checos que, al mando de Juan Zyska, consiguieron varias victorias, entre ellas la de Kutna Hora (1422). Los moderados utraquistas se aliaron con los católicos y vencieron a los taboritas en Lipany (1434), lo que propició los acuerdos de paz y la aceptación de algunas demandas husitas, a cambio de aceptar a Segismundo como rey de Bohemia.

Juan Hus

La religiosidad popular y sus manifestaciones

En el siglo XIV, la organización eclesiástica estaba básicamente completada en cuanto a diócesis y parroquias se refiere. La parroquia era la entidad básica, en la que se desarrollaba la vida espiritual de los fieles y en la que los sacerdotes ejercían la cura animarum. los feligreses cumplían sus obligaciones religiosas (espirituales y materiales) en las parroquias: existían conflictos constantes entre el clero secular y el regular de las órdenes mendicantes, que llevaron a éstas atner sus propias iglesias.

El clero secular no había logrado superar la mala reputación que tenía a causa del absentismo de los párrocos titulares, especialmente los rurales, que arrendaban sus parroquias a clérigos pobres; la ignorancia del clero y el gran desconocimiento del latín, ya que muchos de ellos apenas sabían leer y escribir; la conducta desordenada y el concubinato de muchos párrocos o la práctica de costumbres laicas como la danza, los juegos de azar, la caza, la ostentación, etc.

La creación de las órdenes mendicantes hizo que las ciudades y villas de cierta importancia, albergaran uno o varios conventos de dominicos, franciscanos, carmelitas o agustinos y adquieran una mayor estima que la del clero secular, por su preparación y, en sus inicios, desprendimiento de bienes. los laicos entran a formar parte a través de las llamadas Órdenes terceras o terciarias, que adquirieron gran prestigio al pasar a controlar la institución de numerosas cofradías.

La mayor parte de los fieles se encuadraban en estas cofradías constituyendo una fuente de ayuda espiritual y material mutua. Además, estas cofradías se encargaban de organizar los funerales, las misas de aniversario, novenas, etc. que garantizaban el descanso eterno de las almas de los cofrades: las cofradías se difundieron ampliamente por los países mediterráneos y lograron encauzar muchas corrientes heréticas.

La Iglesia empleó la predicación para transmitir su mensaje. Los preferidos de los fieles eran los frailes mendicantes, por su preparación intelectual, los cuales escribieron diverso tratados sobre el Ars predicandi con los recursos que debían emplearse para atraer la atención de los fieles, alcanzando gran importancia la retórica religiosa. la onomatopeya, la mímica y la risa eran recursos ampliamente usados y los temas de moral y dogma, eran los argumentos preferidos. San Vicente Ferre, San Bernandino de Siena o Savonarola, fueron famosos predicadores.

La piedad popular se manifestaba también con la práctica de los sacramentos, especialmente el de la confesión y la eucaristía: la participación en los oficios religiosos era muy frecuente, en especial la misa, obligatoria para todos los fieles, los domingos y fiestas de guardar. Las procesiones fueron otra importante manifestación de la piedad popular, especialmente la del Corpus Cristi: esta fiesta fue instituida por el papa Urbano IV mediante la bula Transiturus (1264) para celebrar un milagro ocurrido en Bolsena.

El sentimiento religioso se manifestaba también de muchas otras formas entre las que destacaban: el culto a la Pasión de Cristo, manifestaba en las imágenes con su cuerpo macerado y cubierto de sangre; la meditación sobre su agonía y su muerte, y la contemplación de Cristo. también la contemplación de los dolores de la Virgen por la muerte de su hijo.

El culto a la Virgen se extendió rápidamente gracias a los cistercienses de San Bernardo,a dominicos y a franciscanos, que introdujeron la práctica del rosario y el rezo del Ángelus, desde 1456. Los santos ocuparon también un lugar de honor y cada cofradía o distrito rural tenía su santo protector. Las crisis y las guerras de los siglos XIV y XV, influyeron en la psicología colectiva de los hombres de la época reflejado en las distintas manifestaciones de culto. Los predicadores ayudaban a los fieles a afrontar el paso a la otra vida en las mejores condiciones espirituales posibles.

Las indulgencias redimían la pena temporal que debía satisfacerse, por el perdón de los pecados, en el Purgatorio. Éstas podían ser plenarias y parciales, y su concesión la realizaba el papa y, después, también los obispos. La indulgencia plenaria se reservó, inicialmente, para los cruzados, y desde 1300, se concedió también a todos los que, durante el año santo, visitaran determinadas basílicas de Roma. con el tiempo, la indulgencia acabó por otorgarse a cambio del pago de una tasa y acabó produciéndose un abuso de las mismas, pudiendo hablar de verdadera inflación al final de la Edad Media.

Otro recurso que tenían los fieles para procurar la salvación de las almas fue el de la aplicación de Miss a la memoria de sus difuntos. Así durante los siglos XIV y XV,era frecuente ver en los testamentos de las personas ricas, que se dedicaban grandes sumas de dinero a la celebración de misas en sufragio de su almas, encargadas, preferentemente,a  las órdenes mendicantes. otras prácticas consideradas perversiones o "fuera de la ortodoxia" eran la práctica de la flagelación pública por parte de grupos de penitentes, la visión constante de la Hostia consagrada para evitar la muerte súbita; la parodia de los ritos en el interior de las iglesias, como la Fiesta del Obispillo o la Fiesta del Asno; la recitación de plegarias determinadas veces y en días concretos; el uso de medallas, agua bendita, cirios, etc como si fueran amuletos. Muchas de esta prácticas, alentadas por el bajo clero y cierto frailes mendicantes, fueron criticadas y censuradas. En 1486 se escribió un tratado por los inquisidores dominicos alemanes, Kramer y Sprenger, Malleus maleficarum (Martillo de las brujas), en el que se recoge todo un elenco de instrumentos y fórmulas destinados a descubrir los más variados casos de brujería y superstición. este tratado se convirtió en manual de inquisidores, tuvo una amplísima difusión por toda Europa y contribuyó a la posterior caza de brujas.


Los laicos y el apogeo de la mística

Frente al comportamiento de los fieles, que practicaban una religión formalista, rutinaria y llena de implicaciones, más o menos mágicas, existía una élite de personas cultivadas, que pretendían vivir la religión como una experiencia personal. Estos grupos, que se instalaron principalmente por los Países Bajos y el valle del Rin, estaban integrados, básicamente, por dominicos, sacerdotes seculares, monjas, laicos y beguinas o mujeres que vivían en comunidad y estaban dedicadas a la lectura de textos sagrados, a la meditación y al ejercicio de obras piadosas.

Todos estos grupos buscaban el contacto directo con Dios, constituyendo una especie de aristocracia espiritual y llamándose así mismos los amigos de Dios. su objetivo era alcanzar la unión con Dios, a través de la mística. Hildegarda Von Bingen e Isabel de Schoenau están entre las predecesoras de las beguinas. Matilde de Branderurgo o Beatriz de Nazaret serían místicas a destacar. pero sería santa catalina de Siena, que pertenecía a una Orden Tercera, la que llevará la mística a su punto más alto con su Diálogo, que constituye uno de los mejores tratados sobre el Cuerpo místico de Cristo, representado por la Iglesia.

La jerarquía eclesiástica vio con cierta desconfianza estas experiencias místicas, que ponían en contacto directo al hombre con la Divinidad, que se manifestaban a través del éxtasis sucediéndose varios procesos, como el envío a la hoguera de la beguina margarita Porte en 1310. Los dominicos fueron los que controlaron la ortodoxia de estas místicas siendos ellos por tanto los máximos cultivadores de la mística medieval. Éckart, Juan Táuler y Enrique Suso son buenos representantes. El sacerdote belga Juan de Ruysbróek alcanzó la cima mística describiendo el itinerario que recorre el alma hasta alcanzar a Dios, con la ayuda de los siete dones del Espíritu Santo.


La devotio moderna

A finales del siglo XIV, una serie de personajes deciden abandonar las altas esferas de la mística haciendo de la piedad y de la vida de cumplimiento de los preceptos evangélicos su objetivo y formarán dos nuevas congregaciones: la de los Hermanos de la Vida Común, fundados por Gerardo de Groote, y  la de los Canónigos de Widessheim, fundados por Florencio de Radewijins, para laicos y clérigos respectivamente. Ambas congregaciones tenían fuertes influencias franciscanas. sus miembros no estaban ligados por votos solemnes y vivían en residencias, no en conventos: se dedicaban a la copia y venta de libros piadosos, y ala meditación, la oración y la ascesis. En sus casas albergaban a estudiantes con escasos recursos y, posteriormente, se dedicaron a la enseñanza. esta nueva forma de vida estaba dedicada a la práctica de las virtudes cristianas y ala predicación con el ejemplo. Sus seguidores se alejaron de la especulación mística, donde el alma trascendía a Dios, e intentaron que fuera Dios quien descendiera a los hombres, a través de una vida ejemplar, alimentada por la oración y la meditación.

Cada miembro de la congregación, escribía frases y pensamientos de los grandes escritores cristianos (San Agustín, San Bernardo, San Buenaventura, etc) y, junto a ellas, escribía una serie de ideas y reflexiones personales. El más famosos de estos escritos fue la Imitación de Cristo (1427), del canónigo alemán Tomás de Kempis, sin duda la obra religiosa más leída, durante cientos de años, después de la Biblia. 

Esta devotio moderna, basada en la meditación y la plegaria par enriquecer la vida interior tuvo amplia difusión durante los siglos XV y XVI, y fue muy apreciada por Lutero, Erasmo o San Ignacio de Loyola.