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sábado, 18 de mayo de 2013

CUANDO LA CULTURA SE CONVIERTE EN UN PRIVILEGIO

Se dice que una sociedad democrática es una sociedad libre. Y, para que dicha libertad exista, es necesario que los miembros de la propia sociedad adquieran conocimientos y aptitudes, es decir, se alfabeticen y adquieran una cierta cultura en todas ( o en la mayoría) de las ramas del árbol del saber. Sin embargo, son muy pocos los estados y las instituciones que propugnan la alfabetización de sus ciudadanos.

Paradójicamente, los estados democráticos y liberales, que son los que más medallas se cuelgan en su pechera en nombre de la cultura, son los que más desprecian dicha institución desprestigiando la educación y las actividades culturales (visita de los museos, cines, teatros, bibliotecas...) aumentando el precio, permitiendo que solamente los adinerados tengan derecho a la cultura, perpetuando una sistema bárbaro que se sustenta en varios pilares. Uno de ellos es la ignorancia del pueblo.

Y para ello bombardean a la población con telebasura, suben las tasas universitarias, no fomentan la lectura y las ganas de aprender en los alumnos, vendiendo una cultura de pan y circo mientras meten las tijeras de la represión que podan los árboles del saber.

¿QUÉ ES LA CULTURA?

Las antiguas civilizaciones definían cultura como el arte de cultivar. Sin embargo, la palabra "cultura" es más comúnmente asociada en tres sentidos básicos:
  • Excelencia en el gusto por las bellas artes y las humanidades, también conocida como alta cultura
  • Un patrón integral de conocimiento humano, creencia y comportamiento que depende de la capacidad para el pensamiento simbólico y el aprendizaje social
  • El grupo de actitudes compartidas, valores, metas y prácticas que caracterizan a una institución, una organización o un grupo
Cuando el concepto surgió en Europa, entre los siglo XVIII y XIX, se refería a un proceso de cultivación o mejora, como en la agricultura u horticultura. En el siglo XIX, pasó primero a referirse al mejoramiento o refinamiento de lo individual, especialmente a través de la educación, y luego al logro de las aspiraciones o ideales nacionales. A mediados del siglo XIX, algunos científicos utilizaron el término "cultura" para referirse a la capacidad humana universal. Para el antipositivista y sociólogo alemán Georg Simmel, la cultura se refería a "la cultivación de los individuos a través de la ingerencia de formas externas que han sido objetificadas en el transcurso de la historia".

En el siglo XX, la "cultura" surgió como un concepto central de la antropología, abarcando todos los fenómenos humanos que no son el total resultado de la genética. Específicamente, el término "cultura" en la antropología americana tiene dos significados:
  • La evolucionada capacidad humana de clasificar y representar las experiencias con símbolos y actuar de forma imaginativa y creativa; 
  • Las distintas maneras en que la gente vive en diferentes partes del mundo, clasificando y representando sus experiencias y actuando creativamente.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el término se volvió importante, aunque con diferentes significados, en otras disciplinas como estudios culturales, psicología organizacional, sociología de la cultura y estudios gerenciales.

Las miles de personas en el mundo que intentamos contribuir al desarrollo intelectual de la especie humana consideramos que la cultura no debe ser privilegio de unos cuantos como en los siglos pasados donde las clases dominantes la transformaron en un distintivo social, donde aquellos que poseían dinero podían dominar económica, política y socialmente al pueblo, el conjunto de la clase trabajadora que, como siempre es la base de todo estado.


 ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA CULTURA?

La cultura es importantísima porque permite a los seres humanos tener una total independencia de educación de lo que haya aprendido o vaya a aprender, le permite tener su propio criterio, sus propios valores (los que reconoce que son indispensables para el bien común de la sociedad) y porque le permite convivir con cualquier tipo de persona, de baja o alta educación, le permite valorar si alguien se lo quiere hacer tonto, si lo quiere timar, apantallar, etc. Y al final, la cultura es lo último que te acompañará hasta la muerte, (o hasta que tengas consciencia). Es un bien que no tiene precio, porque como dijo Cervantes: Salamanca no presta lo que Natura no da.

La cultura es necesaria para el se humanos como el pan de cada día, es necesaria para los ciudadanos y para los pueblos porque, como dijo Simón Bolívar, libertador de la Gran Colombia:

Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción.

LA SABIDURÍA ES PODER

El siglo XVII marca el arranque de las Ciencias. Hasta entonces la Universidad se limitaba a la enseñanza de las lenguas antiguas, de la Teología y del Derecho.

La Iglesia, que tenía la tuición de la enseñanza, desconfiaba de toda novedad, considerándola una herejía; por esta misma razón, los profesores, escolásticos por formación, tampoco deseaban adoptar métodos nuevos. No obstante, unos pocos jóvenes habían aprendido latín para poder leer todos los libros que trataban de los temas científicos, hasta entonces, escamoteados por el mundo eclesiástico. Por otra parte, por esos años, en algunos países se fundaron algunas instituciones que hacían factible el estudio de las Ciencias.

En 1597, en Checoslovaquia, Brahé edificó un castillo en una islita y ahí trabajó en Astrología, durante veinte años. Más tarde, en Praga, junto al emperador Rodolfo, estudió Astronomía, ciencia que les permitía reconocer la posición de un barco en el mar. París, que ya tenía el Jardín de Plantas, en 1667, fundó el Observatorio; ese mismo año, en Londres, se creó el Observatorio de Greenwich. En Italia y en Holanda, también se inauguraron jardines para el estudio de plantas y animales, lo que indujo a los viajeros que volvían de tierras de América traer plantas y animales, desconocidas en Europa.También se crearon los museos, siendo el más famoso el Museo Británico , mientras, en Francia, el ministro Colbert, con el propósito inicial de levantar un completo mapa del país, fundó la Academia de Ciencias.
Además, en Francia, Alemania, Holanda e Inglaterra se empezaron a publicar revistas dedicadas al quehacer científico. Estos acontecimientos convencieron a los estudiosos a abandonar el trabajo aislado y aceptaron la idea de intercambiar sus conocimientos científicos. Entonces, en Londres, se fundó la Real Sociedad, con el auspicio del rey Carlos II. Este organización tuvo una vida lánguida y solo logró notoriedad mundial al ingresar a ella Isaac Newton.

Por otra parte, las nuevas enseñanzas se basaban en la experimentación, método propuesto por Francis Bacon (1561-1626), en su tratado Novum Organum, en oposición a las postulaciones de Aristóteles. Bacon condenaba el método escolástico, que se guiaba solamente por la razón. Él proponía la experiencia metódica. Primero, observar los hechos para verificarlos como producto de la experiencia; luego, clasificarlos y, por último, razonar pasando de lo particular a lo general, como la manera de descubrir las leyes rectoras de los fenómenos.

Pero, como ha sucedido siempre en el progreso humano, el método propuesto por Bacon fue resistido por los sabios de su época y nunca se aceptó aplicarlo en la enseñanza; por el contrario, se lo condenó al silencio y al olvido. Pese de ese silencio y olvido, el italiano Galileo Galilei, rescató el método de Bacon para imponerlo y difundirlo desde la Universidad de Pisa. El científico Galileo actuó en muchos campos del conocimiento humano, basado en la experimentación. Bacon, había dicho en su momento: Nuestro poder va tan lejos como nuestro saber.

El hombre del siglo XX es testigo de que tal afirmación es una realidad incontestable.

LA CULTURA COMO DISTINTIVO SOCIAL

Paradoja cruel y a la vez consoladora: Europa, mientras se hundía en guerras tan salvajes como las medievales, manifestaba una gran voluntad de progreso intelectual, un verdadero deseo espiritual. La cultura no era ya cosa exclusiva de algunos grandes príncipes, como Federicc Prusia o Catalina II de Rusia; se convirtió en el bien común de toda una clase burguesa, cada vez más numerosa.

A pesar de las prohibiciones reales, en Francia, sobre todo, aumentó la publicación de libros. Cada cual, incluso en los conven- tos, como el de San Gall, forma su biblioteca de libros científicos, literarios, filosóficos y técnicos. En 1737 la francmasonería, fundada en Inglaterra y que llegó hasta la Corte del viejo José DE Austria, reclama la divulgación de los conocimientos. En 1741 se estableció el plan de un diccionaio universal, costeado por suscripción de los masones de Europa, que no llegó a editarse tomando como modelo la Cyclopedia del inglés Chambers, los franceses d'Alembert y Diderot, seguidos por todo un equipo de intelectuales, publicaron una "Enciclopedia o diccionario razonado de ciencias, artes y oficios", cuyo primer volumen apareció en 1751. A pesar de que Francia sufría graves reveses en política internacional, Europa estaba bajo la influencia de la lengua francesa, preferida por príncipes, diplomáticos, filósofos y científicos.

Los artistas franceses eran apreciados en todas partes. Se imitaba a Versalles en los principados alemanes. La estatua de Luis XV hecha por Bouchardon, inspiró la de Gustavo Vasa, la de Gustavo Adolfo de Estocolmo y la de Federico V en Copenhague. Los arquitectos franceses tuvieron gran éxito en San Petersburgo, y allí Falconet levantó la. estatua de Pedro el Grande. Fueron Amsterdam y Leyden, tierras de libertad, los primeros productores del libro francés. Voltaire, a quien todo París aclamaba, no tuvo rival en Potsdam ni en Mos cú. Fue un mundo sin fronteras; París y Londres eran verdaderos soles de la cultura universal. Cuando el actor Le Kain leía en casa de la señora Geoffrin alguna página selecta, toda Europa escuchaba. Cuando un solitario, como el ginebrino Rousseau, se convirtió en apóstol de la soberanía popular, no fue un país sino Europa entera la que escuchó su mensaje. Su "Contrato social", publicado en 1762, proclamó que todos los hombres son iguales y libres, que el deber de toda organización política es salvaguardar los derechos de cada uno y que cada uno debe someterse al interés y a la voluntad de la mayoría, por ser el pueblo soberano. Estas ideas, que ampliaban las de Locke, nutrieron a los intelectuales, creando en ellos una conciencia nueva y conduciéndolos hacia los grandes días de 1789. Su "Emilio", tratado de educación que enaltece la virtud, el trabajo y el respeto a la familia, causó una verdadera "reacción virtuosa", que llegó hasta las esferas más altas de la sociedad, conmoviéndola e influyéndola eficazmente.

La minoría culta se interesaba mucho por lo científico. En aquella época fueron fundadas las academias de ciencias: Royal Society, de Londres;Académie des Sciences, de París, en 1666; después fueron creadas otras en Bolonia, Berlín, Upsala, San Petersburgo y Estocolmo, en 1739.

Las matemáticas triunfaban. En el año 1743 Juan 'Alembert enunció el principio de la conservación de la energía; tres años después Leonardo Euler enunció a su vez el de la inercia; en 1781 Federico Guillermo Herschel descubrió el planeta Urano, creyendo que se trataba de un cometa, teoría que deshizo el astrónomo Lexell, de San Petersburgo, al demostrar que se trataba de un planeta visible al ojo humano en las noches sin luna. Del naturalista sueco Carlos de Linneo se puede decir que fue quien fundó científicamente la botánica y la zoología.

El mundo dilataba cada vez más sus horizontes.

En los relatos, muy apreciados, de los exploradores Europa halló lecciones de relatividad. Se enteró de que los chinos son virtuosos sin conocer ni la Biblia ni el Evangelio, que hay "salvajes" que son buenos y que las bailarinas que actuaron delante de Cook, en Tahití *, tenían tanta gracia como las de Londres. Winckelmann descubrió las ruinas de Herculano y de Pompeya. Su Historia del arte entre los antiguos , que fue traducida en seguida a muchos idiomas, reveló con numerosos ejemplos que la vida cotidiana en los tiempos antiguos era tan cómoda, lujosa, agradable y llena de ingenio-sos recursos como la vida moderna. Dos grandes tentativas coronaron esos trabajos racionales: el francés Laplace, en 1796, recreó el mundo mediante el pensamiento, sin intervención divina; el alemán Kant profesó una doctrina en la que Dios fue declarado incognoscible. Es, sin duda, el primero en separar brutalmente a la ciencia, mundo de los hechos, de la filosofía, mundo de las ideas. Pero poco había de importarles a los sabios perder un tan vasto dominio cuando estaban empezando a crear uno sin fin: el de las máquinas.

LA CULTURA NOS HARÁ LIBRES

Como dijo el poeta y revolucionario José Martí, la cultura y la libertad del ser humano son una pareja inseparable. Este binomio es fundamental para crear una sociedad más justa y más democrática:  El desarrollo de nuestra capacidad crítica es más que necesaria en una época donde estamos esclavizados a una sociedad consumista donde los mercados imponen la idea de gastar para mejorar la riqueza del país, pero si esa riqueza no es repartida entre los trabajadores, no cambiará nada. En ese sentido, el desarrollo de la contracultura ha jugado un papel muy importante con actuaciones artísticas accesibles a todo el mundo, la libre descarga de música, libros e imágenes; la ruptura de los jóvenes artistas con la SGAE tras los casos de corrupción de Teddy Bautista.... Estos son solamente algunos de los miles de ejemplos de actividades culturales que fomentan colectivos sociales como el 15-M o plataformas en defensa de la escuela pública: todas estas actividades son necesarias para la sociedad y para los individuos porque, como definen los antropólogos el fin último del ser humano es la libertad y los seres humanos serán más libres cuanta más capacidad de decisión tengan, más capacidad de elección, más pensamiento crítico, más se cuestionen las cosas... es decir, cuantas más opciones tengan para elegir sus camino en su vida.
Antonio Gramsci,teórico y militante del Partido Comunista Italiano lo definió muy bien:

 La conquista del poder cultural es previa a la del poder político y esto se logra mediante la acción concertada de los intelectuales llamados "orgánicos" infiltrados en todos los medios de comunicación, expresión y universitarios 
La cultura y la educación es un bien por el que lucharon nuestros abuelos y antepasados para intentar mejorar su nivel de vida; y es ahora cuando nos toca a nosotros defender este bien que intentan arrebatarnos para crear una sociedad de borregos sumisos donde las ovejas negras son excluidas por ser diferentes.
SI NOS ARREBATAN NUESTROS SUEÑOS, LES QUITAREMOS LAS GANAS DE DORMIR.
LA CULTURA ES UN DERECHO, NO UN PRIVILEGIO.
SALUD, CULTURA Y REVOLUCIÓN.

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