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POEMAS, CUENTOS Y ESCRITOS REVOLUCIONARIOS DE DANIEL FERNÁNDEZ ABELLA is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License. Para utilizar primero y siempre sin ánimo de lucro ha de consultar al autor. Daniel Fernández Abella todos los derechos reservados.

jueves, 18 de enero de 2018

RUBÉN DARÍO

Nació el 18 de enero de 1867 y, desde muy niño, fue poeta.
Ante las autoridades de Managua leyó las cien décimas de El libro, escritas especialmente para ganar una beca. El Presidente nicaragüense, le dijo:-Hijo mío, si así escribes contra la religión de tus padres y de tu patria ¿qué será si te vas a Europa a aprender cosas peores.
Y otra anécdota para completar la presentación del gran poeta nicaragüense.



- Vete a Chile, Rubén. Es el país donde debes ir - le aconsejó el poeta salvadoreño Juan J. Cañas.
- Pero, don Juan, ¿cómo me voy a Chile, si no tengo los recursos necesarios?
- Vete a nado, aunque te ahogues en el camino.

La escuela de primeras letras y una breve asistencia a la enseñanza secundaria, fue toda la escolaridad de Rubén Darío; el resto se debió a su espíritu autodidacta aprovechando las bibliotecas de gente ilustrada, que apreciaba su incipiente don poético; en ellas, leyó a fondo a los clásicos españoles. A los 16 años vivió en El Salvador y ahí escribió dos memorables poemas: La poesía castellana - historia versificada de la evolución poética española, imitando el estilo de cada época y la Oda al Libertador Bolívar.

Viajó a Chile, siguiendo el consejo de Cañas y, en Valparaíso, fue recibido por dos jóvenes intelectuales, el poeta Eduardo de la Barra y el escritor Eduardo Poirier. Trabajó en el diario La Época y publicó Rimas y El canto épico a las glorias de Chile. Este país sudamericano ya había alcanzado un precoz florecimiento cultural, y ahí Rubén Darío publicó Azul calificada como el cabo inicial de la revolución literaria llamada modernismo, aunque este estilo era más notorio en su prosa que en sus versos.

Darío volvió varias veces a Centroamérica, Guatemala, El Salvador, Costa Rica sin obtener apoyo ni reconocimiento, pero al celebrar España el cuarto centenario del descubrimiento, en un momento de profunda desesperanza, fue nombrado secretario de la delegación de Nicaragua. En Madrid, conoció a Marcelino Menéndez Pelayo, Juan Varela, Gaspar Núñez de Arce, Ramón de Campoamor, Emilio Castelar y la condesa Pardo Bazán. Terminada su misión, sin trabajo para financiarse, regresó a su país, donde fracasó el intento del ex presidente de Colombia, el poeta Rafael Núñez, para que fuera nombrado cónsul general de Colombia en Buenos Aires. Dio un rodeo por Nueva York y París antes de llegar a Argentina en la primavera de 1893. En Estados Unidos conoció al apóstol de la independencia de Cuba, José Martí - por quien sintió una íntima admiración y dos grandes de la poesía norteamericana, Edgard Allan Poe y Walt Whitman.
En París imperaba el simbolismo de Verlaine, al que siempre vio en absoluto estado de ebriedad. Cinco años vivió en Buenos Aires, colaborando en el diario "La Nación", con escritos en prosa y en verso. Publicó Prosas profanas, innovando en las estructuras y armonías hasta entonces no oídas en español, demoliendo la retórica arcaica. Su diario lo envió a España para verificar el estado en que vivía después de la guerra con EE.UU. Sus crónicas constituyeron el libro España contemporánea, aparecido en 1901.

En su segundo viaje a Madrid, coincidió con la llamada generación del 98, cuyas ansias de novedosas creaciones vio en Darío un abanderado de sus propias inquietudes. Otra vez, La Nación, lo envió a París, que celebraba su Exposición Universal; sus crónicas y diario de viaje figuran en Peregrinaciones, que se publicó, también, en 1901. Fue un período intenso de viajes por toda España, Marruecos, Austria, Hungría, Alemania, Bélgica e Inglaterra, impresiones que aparecen en su libro Tierras solares, editado en Madrid en 1904. Y al año siguiente, con motivo del tercer aniversario de la publicación de El Quijote, Darío se unió al homenaje español con su Letanía de nuestro señor Don Quijote. Por entonces, hizo un audaz ensayo de adaptación del hexámetro latino al español componiendo "Salutación del optimista", que es la proclamación de su fe en España, y aparecieron - su gran obra - Cantos de vida y esperanza - Los cisnes y otros poemas.

Hay otros episodios en su vida, como sus dos matrimonios - Rafaela Contreras, mujer de gran sensibilidad literaria; Rosario Murillo, que su novia de adolescencia y su vida de pareja con una humilde y agraciada campesina avilesa, Francisca Sánchez, inmortalizada en sus versos. El final de su vida fue triste: abandonado, enfermo y pobre, tuvo que aceptar la ayuda del presidente de Guatemala, donde vivió ocho meses y cuando su salud estaba muy quebrantada, a fines de noviembre de 1915, lo llevaron a Nicaragua, donde murió el 6 de febrero de 1916,
Sus restos están depositados al pie de una columna en la catedral de León.

lunes, 15 de enero de 2018

ROSA LUXEMBURGO

Rosa Luxemburgo es, como pocos personajes en la historia, alguien que no tiene detractores. Quizá la derecha en su momento, a principios del siglo XX, la vio como una amenaza (y por cierto lo era). Pero hoy, a décadas de su desaparición, su vida y obra son un verdadero punto de referencia en la lucha revolucionaria en todas partes del mundo y nadie podrá poner en telo de juicio su absoluta integridad moral, su entrega, su mística para con la causa que abrazó.

SU VIDA

Rosa Luxemburgo nació en la localidad polaca de Zamosc (perteneciente a Rusia en esa época) el 5 de marzo de 1871 en el seno de una familia judía y estudió en Varsovia, en donde comenzó a frecuentar asociaciones políticas. Abandonó Polonia en 1889 para evitar ser encarcelada por sus actividades y se instaló en Suiza. Estudió ciencias naturales y economía política en la Universidad de Zurich, donde escribió su tesis doctoral titulada El desarrollo industrial de Polonia (1898). En 1898 emigró a Alemania y obtuvo la nacionalidad de ese país al contraer matrimonio con un trabajador alemán. Se afilió al Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), la organización más importante del socialismo internacional. Cuando estalló la Revolución Rusa de 1905, Luxemburg se trasladó a Varsovia para participar en la lucha, pero fue detenida. Tras su liberación, impartió clases de economía política en la escuela del SPD de Berlín (1907-1914) y escribió una obra titulada La acumulación del capital (1913).

Cuando estalló la I Guerra Mundial, Karl Liebknecht y Luxemburg, opuestos a la decisión socialdemócrata de votar a favor de los créditos de guerra, formaron una facción revolucionaria dentro del SPD conocida como el grupo de los espartaquistas. Fue encarcelada por su radical oposición al conflicto bélico (en prisión escribió su fundamental obra, La crisis de la socialdemocracia); cuando fue puesta en libertad en noviembre de 1918, colaboró en la fundación del Partido Comunista Alemán (KPD), compuesto por los miembros de su anterior grupo. Opuesta a actitudes violentas, criticó con dureza la dura represión que establecieron los bolcheviques. Pese a mostrarse reacia, tomó parte en el fallido levantamiento espartaquista de enero de 1919, en el que Liebknecht y ella fueron arrestados y ejecutados (cuando eran conducidos a prisión) por las tropas alemanas el día 15 de ese mismo mes.

A través de toda la obra de Rosa Luxemburgo se manifiesta la lucha contra el reformismo.
Eduard Bernstein fue el primero contra quien Rosa alzó las armas. Bernstein redefinió el carácter fundamental del movimiento obrero como, "un partido de reforma democrática socialista" y no como un partido de revolución social. Oponiéndose a Marx, arguyó que las contradicciones del capitalismo no se vuelven más agudas, poco a poco el capitalismo se vuelve más tratable, más adaptable. Tal como lo describía Marx, hay una tendencia hacia la prosperidad permanente. La adaptabilidad del sistema a las necesidades del momento también se muestran en la mejora de las condiciones económicas, sociales y políticas de la clase trabajadora, como resultado de las actividades de los sindicatos y las cooperativas.

Contradicciones en el capitalismo

Rosa Luxemburgo sostenía que las organizaciones monopólicas capitalistas (cártels y trusts) y las instituciones de crédito tendían a profundizar los antagonismos en el capitalismo y no a mitigarlos.
Rosa dice que, los cártels y los trusts no son «medios de adaptación» en su acción definitiva sobre la economía capitalista que hagan esfumarse las contradicciones en el seno de ésta, sino que son precisamente uno de los medios que la economía capitalista se ha procurado para aumentar la anarquía misma, para extender las contradicciones y acelerar su hundimiento."

Dice Rosa que también los créditos, lejos de evitar la crisis capitalista, en realidad la profundizan. Las dos funciones más importantes del crédito son expandir la producción y facilitar el intercambio, y ambas agravan la inestabilidad del sistema. La crisis económica capitalista se desarrolla como consecuencia de las contradicciones entre la permanente tendencia de la producción a expandirse, y la limitada capacidad de consumo del mercado capitalista. El crédito, al estimular la producción, fomenta la tendencia a la superproducción, y ésta, sujeta a seria inestabilidad en circunstancias adversas.

Desde 1873, el capitalismo no había sufrido ninguna crisis económica importante. Pero, dice Rosa: "Apenas se había deshecho Bernstein de la teoría marxista de las crisis en 1898, cuando estalló una fuerte crisis general en 1900, y, siete años después, en 1907, una crisis nueva procedente de los Estado Unidos afectó al mercado mundial. Los hechos incontrovertibles destruían la teoría de la «adaptación» del capitalismo. Al mismo tiempo, podía comprobarse que quienes abandonaban la teoría marxista de las crisis, sólo porque había fracasado en el cumplimiento de dos de sus «plazos», confundían el núcleo de la teoría con una pequeñez externa e inesencial de su forma, con el ciclo decenal. La formulación del ciclo de la industria capitalista moderna como un período decenal, sin embargo, era una simple constatación de los hechos por Marx y Engels en 1860 y 1870, que, además, no descansaba en ley natural ninguna, sino en una serie de circunstancias históricas siempre concretas que estaban en conexión con la extensión intermitente de la esfera del capitalismo juvenil." 

De hecho, "estas crisis pueden producirse cada 10 o cada 5 años o, alternativamente, cada 20 y cada 8 años... La suposición de que la producción capitalista pueda «adaptarse» al intercambio presupone una disyuntiva: o el mercado mundial crece infinita e ilimitadamente o, por el contrario, se interrumpe el crecimiento de la fuerzas productivas, a fin de que éstas no superen los límites del mercado. La primera parte es una imposibilidad física y la segunda se enfrenta con el hecho de que continuamente se producen nuevas transformaciones técnicas en todas las esferas de la producción, que originan nuevas fuerzas productivas día a día."

Dice Rosa, lo fundamental para el marxismo es que las contradicciones en el capitalismo -entre las crecientes fuerzas de producción y las relaciones de producción- se agravan progresivamente. Pero que tales contradicciones deban expresarse en forma de crisis generales catastróficas es algo meramente "inesencial y accesorio." 

Rosa sostenía que cuando Bernstein negaba las cada vez más profundas contradicciones del capitalismo, mutilaba la base de la lucha por el socialismo. De esa manera el socialismo se transformaba, de una necesidad económica en una esperanza idealista, en una utopía. Bernstein preguntaba: "¿Por qué razón hay que derivar el socialismo de la necesidad económica?" "¿Por qué razón hay que degradar la inteligencia, la conciencia jurídica, la voluntad del hombre?". Rosa comentó: "Por lo tanto, la distribución justa que propone Bernstein ha de hacerse merced a la voluntad libre del hombre, no condicionada por la necesidad económica, o, más precisamente, como quiera que la voluntad misma no es más que un instrumento, merced a la comprensión de la justicia, en resumen, por la idea de la justicia.

Asesinato de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht.

Ambos tomaron parte en la frustrada revolución de 1919 de Berlín. La revuelta fue sofocada por el ejército y la actuación de los "freikorps" (grupos paramilitares) al servicio de la socialdemocracia alemana. A su término, cientos de personas, entre ellas Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht fueron encarceladas, torturadas y asesinadas por dichos grupos.

En la noche del 15 de enero de 1919 sus cuerpos fueron arrojados a un canal. Al día siguiente todo Berlín sabía que la mujer que había desafiado a todos los poderosos y había "enamorado" a los asistentes a innumerables asambleas estaba muerta. Así, mientras se buscaba su cuerpo, un joven de 21 años, Bertolt Brecht, escribió:

"La Rosa roja ahora también ha desaparecido.
Donde se encuentra es desconocido.
Porque ella a los pobres la verdad ha dicho.
Los ricos del mundo la han extinguido".

Rosa Luxemburgo vivió y murió en un tiempo de transición en el que un mundo viejo se hundía y otro surgía de los escombros de la guerra. Sus camaradas intentaron construir el socialismo, sus asesinos y enemigos ayudaron a Hitler a subir posteriormente al poder.
Las últimas palabras de Rosa de Luxemburgo, escritas en la noche de su muerte, fueron sobre su confianza en las masas y en lo inevitable de la revolución:

"El liderazgo ha fallado. Incluso así, el liderazgo puede y debe ser regenerado desde las masas. Las masas son el elemento decisivo, ellas son el pilar sobre el que se construirá la victoria final de la revolución. Las masas estuvieron a la altura; ellas han convertido esta derrota en una de las derrotas históricas que serán el orgullo y la fuerza del socialismo internacional. Y esto es por lo que la victoria futura surgirá de esta derrota".

"¡El orden reina en Berlín! ¡Estúpidos secuaces! Vuestro orden está construido sobre la arena. Mañana la revolución se levantará vibrante y anunciará con su fanfarria, para terror vuestro: ¡Yo fui, yo soy y yo seré!".

Tanto Rosa como Karl tienen una gran carga simbólica para el marxismo, de modo especial en Alemania, donde actualmente, un domingo a mediados de enero se celebra, cada año en Berlín, se celebra un homenaje a estos dos dirigentes comunistas asesinados el 15 de enero de 1919.

El 31 de mayo de 1919 el cuerpo de la comunista y revolucionaria Rosa Luxemburgo fue encontrado e identificado después de una autopsia en Berlín. Cinco meses después de haber sido asesinada por paramilitares derechistas que trabajaban a instancias del gobierno socialdemócrata.


SU LEGADO Y SU HUELLA EN LA HISTORIA

Rosa Luxemburgo es la mujer cuyo papel en la lucha y en la elaboración teórica del comunismo ha sido más importante dentro de la historia del movimiento obrero internacional. Su extraordinaria inteligencia, empuje y capacidad -hablaba once idiomas- fueron razones para que pronto destacara como uno de los principales dirigentes de la socialdemocracia internacional. Consagró su vida a la educación internacionalista del proletariado a través de artículos de prensa, conferencias, escuelas obreras e impresionantes discursos, en los que destacó como una agitadora brillante, y apasionada. Sus escritos son una aguda defensa sin concesiones de la revolución proletaria y de la honestidad en el compromiso político revolucionario.

Lenin se refirió a ella como una "representante destacada del proletariado revolucionario y del marxismo sin falsificaciones" en su artículo escrito en 1920 "Una contribución a la historia de la cuestión de la dictadura". Con gran emoción Lenin escribió sobre ella: "Aunque las águilas precipitándose desde lo alto, puedan volar más bajo que las gallinas, éstas por más que desplieguen sus alas, nunca pueden llegar a las nubes". Efectivamente, ninguno de los numerosas escritos de Rosa Luxemburgo son banales o superficiales; en todos ellos resplandece su propia personalidad, en todos ellos está acuñada su personalidad y su originalidad. Por eso desprenden una luz distinta y en ellos siempre se aportan puntos de vista novedosos, distintos, singulares.

Rosa Luxemburgo

viernes, 12 de enero de 2018

COMO ERA CHINA ANTES DE LA REVOLUCIÓN DE MAO ZEDONG

El 1 de octubre de 1949, en las postrimerías de la Guerra Civil China, cuando los nacionalistas del Kuomintang ya sólo controlaban algunas ciudades en el sur, el líder del Partido Comunista de China Mao Tse Tung proclama la República Popular China desde la puerta de Tian'anmen de la Ciudad Prohibida de Pekín.

Antes de 1949, China fue un país abrumadoramente de campesinos empobrecidos que apenas subsistían en condiciones desesperadas. Fue una sociedad en que los matrimonios concertados, la brutal práctica de vendarle los pies a la mujer y el infanticidio de niñas (pues las consideraban “inútiles”) eran comunes en el campo. En una ciudad como Shanghai, cada año se recogían 25.000 cadáveres de las calles. Fue un país en que cuatro millones de personas morían al año de enfermedades contagiosas y 60 millones eran adictas al opio.




CHINA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX

China entró en el siglo XX en total decadencia de su sistema dinástico para ser luego desgarrada por guerras intestinas y casi cincuenta años de dominación por parte de Europa, Estados Unidos, Rusia y Japón. En política exterior, la guerra contra Japón en 1895 y la firma del tratado de Shimonosheki había cedido laos territorios de Corea y Manchuria a esta nueva potencia imperial y las rebeliones de los boxers en 1900 fueron claves en la caída del imperio chino. En los primeros años de la República de Sun Yat-sen se produjo el desmembramiento casi total del territorio en zonas de influencia dominadas por caciques y a lo largo de la primera mitad del siglo XX hubo brotes nacionalistas, guerras internacionales y una guerra civil. 

En 1911, el decaído Régimen Imperial decidió nacionalizar el sistema de ferrocarriles Chino. Esto ocasionó revueltas en toda China, y grandes regiones del país se volvieron independientes de la autoridad central. Esta revolución marcó el final de una época, ya que casi 2’000 años de tradición imperial China llegaron a su fin. El siglo XIX había destripado a la monarquía y a la tradición China de su autoridad, y muchos Chinos comenzaron a sentir que la única manera de salvar a China era seguir ejemplos occidentales. Sin embargo el problema principal de la Revolución, fue que pronto descendió al faccionalismo. 

En Febrero de 1912, el último Emperador Chino abdicó y Yüan Shih-kai, un poderoso primer ministro, fue elegido como presidente. Un parlamento Chino fue establecido y al día siguiente el partido nacionalista de China, el Kuamintang, fue formado. Sun Yat-sen, un poderoso miembro del Kuomintang que hasta hoy es considerado el padre de la China moderna, colaboró con Yüan hasta 1913, cuando este último atentó un golpe de estado, y Sun tuvo que volar a Japón. En respuesta, Sun reorganizó el Kuomitang bajo el modelo de la sociedad secreta y más tarde un partido revolucionario. Yüan permaneció en el poder hasta 1916, cuando presiones políticas lo derrocaron. Yüan nunca fue capaz de resolver el problema más grande de China: en la ausencia de un autoridad central fuerte, los caudillos se habían apropiado de mucho de China. Entre 1912 y 1928 por ejemplo, había más de 1300 de ellos controlando varias partes del país. 

La lucha entre el Kuomintang y el PCCh

El 12 de marzo de 1925 murió Sun Yat-sen. En la primavera del mismo año, China se vio estremecida por un sin número de huelgas obreras. Más adelante, ésta desembocaría en guerra civil. El 25 de mayo, la policía japonesa arrestó a muchos huelguistas en Tsinhtau. El 30 del mismo mes, en solidaridad con los arrestados, los trabajadores realizaron manifestaciones en Shangai. La policía británica abrió fuego contra ellos. El conflicto se extendió hasta Hong Kong, Cantón y otras poblaciones.

Chiang Kai Shek
Mientras tanto, Chiang Kai-Shek ganaba influencia dentro del ala derecha del Kuomintang, conformada por fuerzas burguesas reaccionarias. Mientras los generales atacaban al movimiento obrero en Kuantung, se formaba un "gobierno revolucionario" y un ejército de campesinos y trabajadores. En septiembre de 1926, las fuerzas revolucionarias ocuparon Hankeu; después marcharon hacia Shangai donde llegaron en marzo de 1927.

La década de 1928-37 fue una de consolidación y logro por el Kuomintang. Algunos de los aspectos más duros de las concesiones y privilegios extranjeros en China se moderaron a través de la diplomacia. El gobierno actuó enérgicamente para modernizar los sistemas legales y penales, estabilizar precios, amortizar deudas, reformar los sistemas bancarios y cambiarios, construir ferrocarriles y carreteras, mejorar los establecimientos de salud pública, legislar contra el tráfico de narcóticos y aumentar la producción industrial y agrícola. También se lograron grandes avances en educación y, en un esfuerzo por ayudar a unificar a la sociedad china, en un programa para popularizar el idioma nacional y superar las variaciones dialectales. El establecimiento generalizado de las instalaciones de comunicaciones fomentó aún más un sentimiento de unidad y orgullo entre la gente.

El prestigio de Mao aumentó constantemente después del fracaso de las insurrecciones urbanas dirigidas por la Comintern. A fines de 1931 pudo proclamar el establecimiento de la República Soviética de China bajo su presidencia en Ruijin Provincia de Jiangxi. El Buró Político del PCCh de orientación soviética acudió a Ruijin a invitación de Mao con la intención de desmantelar su aparato. Pero, a pesar de que aún no había logrado ser miembro del Buró Político, Mao dominó el proceso.

Mao Tse Tung
A principios de la década de 1930, en medio de la continua oposición del Buró Político a sus políticas militares y agrarias y las campañas de aniquilación letales emprendidas contra el Ejército Rojo por las fuerzas de Chiang Kai-Shek, el control de Mao sobre el movimiento comunista chino aumentó. La épica Long March de su Ejército Rojo y sus seguidores, que comenzó en octubre de 1934, aseguraría su lugar en la historia. Obligados a evacuar sus campamentos y hogares, los soldados comunistas y los líderes del gobierno y del partido y los funcionarios que suman unas 100.000 personas (incluidas solo 35 mujeres, las esposas de los altos dirigentes) emprendieron una retirada indirecta de unos 12.500 kilómetros a través de 11 provincias, 18 cordilleras, y 24 ríos en el suroeste y noroeste de China. Durante la Larga Marcha, Mao finalmente ganó el comando indiscutido del PCCh, expulsando a sus rivales y reafirmando la estrategia de la guerrilla. Como destino final, seleccionó el sur de Shaanxi Provincia, donde unos 8,000 supervivientes del grupo original de la provincia de Jiangxi (junto con unos 22,000 de otras áreas) llegaron en octubre de 1935. Los comunistas establecieron su cuartel general en Yan'an , donde el movimiento crecería rápidamente durante los próximos diez años. Contribuir a este crecimiento sería una combinación de circunstancias internas y externas, de las cuales la agresión japonesa podría ser la más significativa. El conflicto con Japón, que continuaría desde la década de 1930 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, fue la otra fuerza (además de los comunistas) que socavaría el gobierno nacionalista.

La invasión japonesa

Japón era un estado imperialista en expansión que necesitaba nuevas tierras para su desarrollo industrial: la necesidad de materias primas unidas a un auge del imperialismo justificaron la invasión japonesa a China. Al igual que Estados Unidos justificó la guerra con España por Cuba con la voladura del Maine, Japón hizo lo mismo con el incidente de Mukden: En 1931 se produjo una explosión en el ferrocarril del Sur de Manchuria de propiedad nipona. Japón acusó a China de estar detrás de este incidente, enviando sus tropas en 1932, alegando la defensa de sus intereses, y una vez expulsadas las tropas chinas, creó la República de Manchukuo. En realidad no era sino un protectorado intervenido por los nipones a través de un gobierno títere encabezado por el último emperador de China, Puyi, apeado del trono tras la proclamación de la República China en 1912. En 1934 sería nombrado emperador de Manchukuo, hasta que en 1945, tras la derrota japonesa en la II Guerra Mundial, desapareció como estado.

China elevó una protesta en la Sociedad de Naciones, provocando el abandono de Japón de esta sociedad en 1933 tras intentar justificar la invasión como una legítima defensa de sus intereses.

A partir de 1937 Japón acometió la invasión del resto de China, originando la Guerra Chino-Japonesa, ocupando Shangai en agosto de 1937 y Naikim en noviembre de 1937, guerra  que se extendería hasta 1945, ya dentro de la Segunda Guerra Mundial.

China tras la derrota de Japón

Después de la Conferencia de Yalta se formó un gobierno nacionalista (Kuomintang). El 28 de agosto  de 1945 Mao y Chiang Kai-Shek realizaban "conversaciones de paz" que desembocaron en el "Acuerdo de Paz" el 10 de octubre del mismo año. Pero, "Paz" no es "Emancipación", entonces, pronto Chiang Kai-Shek volvió al ataque de las "zonas liberadas". Ahora estaba masivamente respaldado por los Estados Unidos. Sin embargo, para noviembre de 1948, Mao había conquistado totalmente el Noroeste de China; para enero de 1949, Tientsin, Pekín y Chinakiakan estaban liberadas. A finales de año, Chiang Kai-Shek y sus tropas del Kuomintang fueron expulsados a Formosa, donde permanecieron bajo la protección de EE.UU.

El 1º de octubre de 1949, las masas populares de Beijing se aglomeraron en la plaza de Tian'anmen para celebrar un solemne acto, en el cual, Mao Zedong, Presidente del Gobierno Popular Central, proclamó la fundación de la República Popular China.




martes, 9 de enero de 2018

SIMONE DE BEAUVOIR

Simone de Beauvoir
Simone de Beauvoir fue una pensadora y novelista francesa, representante del movimiento existencialista ateo y figura importante en la reivindicación de los derechos de la mujer. Originaria de una familia burguesa, destacó desde temprana edad como una alumna brillante. Nacida en París en 1908, estudió en la Sorbona y en 1929 conoció a Jean-Paul Sartre, que se convirtió en su compañero durante el resto de su vida.

Se graduó en filosofía y hasta 1943 se dedicó a la docencia en los liceos de Marsella, Ruan y París. Su primera obra fue la novela La invitada (1943), a la que siguió La sangre de los otros (1944) y el ensayo Pyrrhus y Cineas (1944). Participó intensamente en los debates ideológicos de la época, atacó con dureza a la derecha francesa, y asumió el papel de intelectual comprometida. En sus textos literarios revisó los conceptos de "historia" y "personaje" e incorporó, desde la óptica existencialista, los temas de "libertad", "situación" y "compromiso".

Fue fundadora junto a Sartre, A. Camus, y M. Merleau-Ponty, entre otros, de la revista Tiempos Modernos, cuyo primer número salió a la calle el 15 de octubre de 1945 y se transformó en un referente político y cultural del pensamiento francés de mitad del siglo XX. Posteriormente publicó la novela Todos los hombres son mortales (1946), y los ensayos Para una moral de la ambigüedad (1947) y América al día (1948).
 
Su libro El segundo sexo (1949) significó un punto de partida teórico para distintos grupos feministas, y se convirtió en una obra clásica del pensamiento contemporáneo. En él elaboró una historia sobre la condición social de la mujer y analizó las distintas características de la opresión masculina. Afirmó que al ser excluida de los procesos de producción y confinada al hogar y a las funciones reproductivas, la mujer perdía todos los vínculos sociales y con ellos la posibilidad de ser libre. Analizó la situación de género desde la visión de la biología, el psicoanálisis y el marxismo; destruyó los mitos femeninos, e incitó a buscar una auténtica liberación. Sostuvo que la lucha para la emancipación de la mujer era distinta y paralela a la lucha de clases, y que el principal problema que debía afrontar el "sexo débil" no era ideológico sino económico.

Fundó con algunas feministas la Liga de los Derechos de la Mujer, que se propuso reaccionar con firmeza ante cualquier discriminación sexista, y preparó un número especial de Tiempos Modernos destinado a la discusión del tema. Ganó el Premio Goncourt con Los mandarines (1954), donde trató las dificultades de los intelectuales de la posguerra para asumir su responsabilidad social. En 1966 participó en el Tribunal Russell, en mayo de 1968 se solidarizó con los estudiantes liderados por Daniel Cohn-Bendit.  y hasta sus últimos días fue una incansable luchadora por los derechos humanos.

A partir de 1970 su feminismo se convierte en militante participando en el Movimiento Radical de Liberación de las Mujeres, y durante algunos años, co-presidiendo "Choisir" un grupo feminista para la reforma de la Ley del Aborto. En 1972 presidió la asociación Choisir, encargada de defender la libre contracepción y en 1973, junto con otras personalidades francesas, firma el "Manifiesto de las 343" autoinculpándose de haber abortado clandestinamente. Hasta su reciente muerte actuó en la "Liga de los Derechos de las Mujeres", entidad recep­tora de denuncias sobre discriminación por razón de sexo. También fue fundadora del grupo "S.O.S. Femmes", para ayudar a las mujeres maltratadas.

Simone de Beauvoir

Sus abundantes títulos testimoniales y autobiográficos incluyen Memorias de una joven formal (1958), La plenitud de la vida (1960), La fuerza de las cosas (1963), Una muerte muy dulce (1964), La vejez (1968), Final de cuentas (1972) y La ceremonia del adiós (1981).

Se suele inscribir la obra de Simone de Beauvoir, exclusivamente, en la evolución del feminismo. Con ello se corre el riesgo de olvidar sus reflexiones sobre la creación literaria, sobre el desarrollo de la izquierda antes y después de la Segunda Guerra Mundial, sobre el dolor y la percepción del yo, sobre los linderos del psicoanálisis y, por supuesto, sobre las premisas profundas del existencialismo.

"Aun pensando que la literatura deba ser compro­metida, no creo que deba ser militante porque así se llega al realismo socialista, a los héroes positivos, a las mentiras. En mis libros he tratado siempre de estar cerca de la vida real. Ciertas mujeres me han reprochado no haber utilizado en mis últimos libros heroínas positivas, sino mujeres rotas, desdichadas. Lo hice porque la condición femenina, tal co­mo está hoy, es así como la veo y la siento. y no tengo ningu­na intención de poner en escena militantes heróicas que a mis ojos sean inexistentes o utópicas""

La mayoría de las notas literarias aparecidas desde su muerte acaecida el 14 de abril de 1986en París, insisten en resumir su trayectoria al inevitable punto de referencia de su relación con Sartre y a una competitividad entre ambos que se da por supuesta. Quizás sea éste un tratamiento superfluo para juzgar la vida y la obra de una mujer que si bien frente a los "Contingentes" fue la "mujer necesaria" para el filó­sofo, brilló con luz propia, independientemente de su rela­ción con Sartre, o a pesar de ella.

El feminismo de Simone de Beauvoir

Su gran aporte a la filosofía, como señala la doctora en filosofía, Linda Zerilli, fue la articulación de un nuevo problema filosófico: ¿Qué es una mujer?

En su teoría, el problema de la mujer es abordado desde los puntos de vista:
  • Ontológico: ¿Qué es una mujer?
  • Existencialista: ¿Qué significa ser mujer?
  • Fenomenológico: ¿Qué significa vivir la experiencia de ser mujer?
Este ha sido el punto de partida para las teorías de sexo y de género.

En el Segundo Sexo, publicado en 1947, es considerado un texto fundacional en la filosofía feminista. Ha sido comparado con una biblia, ya que su argumentación, al igual que en el Génesis, parte desde una "caída" en el conocimiento: Simone de Beauvoir cuenta cómo, teniendo apenas un día de nacida, su tía, quien fue a visitarla al hospital, encontró una etiqueta en su cuna que decía "¡Es una niña!". En la cuna de al lado, la etiqueta decía "¡Yo soy un niño!". Ahí yacían, inocentes de una distinción (entre mujer objeto y hombre sujeto) que marcaría sus destinos. Dicha distinción entre mujer-objeto y hombre-sujeto anuncia la falta de reciprocidad entre estos dos géneros y sirve de introducción a su feminismo existencialista.

En el feminismo existencialista de Simone de Beauvoir, el ser humano no es una esencia fija, sino "existencia", es decir "proyecto", "trascendencia", "autonomía", "libertad". Por lo tanto, escamotear a un individuo las posibilidades de proyectar su vida según lo entienda por el hecho de pertenecer al "segundo sexo", al sexo femenino, es dominación, es injusticia. Sus principios han sido incorporados a las políticas de igualdad europeas y han dado lugar a los estudios feministas y de género de centros universitarios de vanguardia.

Simone de Beauvoir

jueves, 4 de enero de 2018

EL CARBÓN

Cuando quemamos carbón, usamos la luz del Sol que llegó a la Tierra hace 250 millones de años; entonces, América del Norte estaba cubierta por un mar interior, y en sus orillas existían pantanos cubiertos de helechos gigantes. Las hojas de estos helechos recogían energía del Sol, indispensable para su crecimiento. Árboles y ramas cayeron al agua y allí estuvieron protegidos del aire y las bacterias, agentes de descomposición. El material de las plantas no desapareció: se transformó en una sustancia oscura, esponjosa, llamada turba.

Con el tiempo, el suelo se hundió y a los pantanos los cubrió el mar. Las capas de musgo se acumularon sobre la turba y la presión, transformó ésta en lignito, pero esta forma de carbón tiene un poder calorífico que apenas llega a la tercera parte de la hulla, forma carbonífera que, generalmente, se atribuye al período paleozoico, coincidente con el gran desarrollo de los vegetales que alcanzaron el tamaño de los árboles. La carga y la presión aumentaron, el lignito se convirtió en carbón bituminoso; en determinados lugares, estas capas de carbón se vieron envueltas en el plegado que produjo las cadenas de montañas. Este proceso, convirtió el carbón blando, en carbón duro (an-tracita). Las partes de las plantas fueron aplastadas de forma que no se pueden reconocer; pero los fósiles las han conservado en las pizarras cercanas a los filones carboníferos. Algunos moldes y huellas reproducen plantas completas y hasta las venas y texturas de las hojas se pueden apreciar con toda claridad. La antracita es el carbón más rico en carbono y más pobre en los elementos volátiles de la hulla; se formó a partir de los restos vegetales ricos en lignina, es decir de troncos y ramas. Su poder calorífico es el más alto y su combustión casi no produce llama ni humo.

Millones de toneladas de carbón han sido extraídas anualmente por los hombres con el auxilio de máquinas; algunas, capaces de arrancar cuatro toneladas de carbón por minuto. Gracias al uso de estas máquinas los mineros nos suministran el carbón que, todavía, se emplea en variadas actividades. Actualmente, la luz solar fosilizada nos sirve como combustible y materia prima. Derivados del carbón se usan para fabricar tintes, perfumes, plásticos, nylon, explosivos, medicinas y muchos otros productos.


EUROPA

Europa ha sido foco de civilización desde que nació para la historia; sin embargo, todavía no se había constituido en naciones. Heredera de la cultura griega, heredera de Roma, de la concepción judeo-cristiana de la vida, así como de las fecundas energías germánicas y escandinavas, Europa ha vivido durante quince siglos una aventura que es única en la historia del mundo.

Vistos desde muy cerca, sus anales ofrecen la imagen de un campo cercado o bien de una selva impenetrable. Vistos desde arriba, vueltos a colocar dentro de la escala mundial, su evolución aparece como un fenómeno profundo de transfiguración del hombre y de la tierra en beneficio del hombre. Gracias a Europa, el mundo ha evolucionado vertiginosamente, en estos últimos quince siglos, como no lo había hecho durante milenios. Hoy, a fuerza de haber prodigado sus lecciones a los demás pueblos, Europa ha dejado de ser el único crisol donde se prepara el futuro. Olvidando aquello que aún los separa demasiado, ha llegado el momento de que los europeos tengan por fin conciencia de la incomparable misión humana que les ha sido encomendada desde sus orígenes y recuerden que tal misión, por encima de sus rivalidades y de sus odios, siempre los unió formando un solo pueblo. Es preciso que miren hacia atrás, no para deleitarse en el recuerdo de sus glorias muertas, sino para hacer surgir una nueva luz.

Europa crece y se multiplica

Tal vez, de manera menos efectista que la industria y las técnicas, pese a que la medicina y la higiene más lentas en hacer visibles sus efectos, éstas contribuyeron poderosamente en la metamorfosis del aspecto de Europa. La mortalidad infantil disminuyó ostensiblemente y el promedio de duración de la vida se hizo a la vez mayor. Desde que, en el año 1796, el inglés Jenner hizo retroceder el peligro de la viruela, las victorias de la medicina fueron incontables. Basta mencionar los nombres de los ingleses Parkinson, Bell, Hodgkin y Addison, de los franceses Bichat, Laennec, Broussais y Dupuytren o los alemanes como Virchow, Traube y Wunderlicht o el húngaro Semmelweis, que acabó con la fiebre puerperal..
El Londres que describe de Dickens, en 1840, tenía menos de 2 millones de habitantes, pero cuarenta años más tarde se acercaba a los cuatro millones. El centro de la ciudad se reservó para el mundo de los negocios, el mundo en que se alojaba Oliver Twist, un extenso y regular trasiego de transportes urbanos, del centro a los aledaños le dio a Londres un aspecto singular. Esta vida agitada llevó a los ingleses a crear el "descanso de fin de semana -the week end-, hábito que se extendió, poco a poco, a todos los países europeos.

El movimiento urbano fue menos importante en Francia, país de aldeas y en las dos terceras partes de sus provincias hubo un rápido aumento de la población rural. Bajo Napoleón III y el impulso de Haussmann, París se convirtió en un muy importante centro urbano de Europa; su población de 1.000.000 de habitantes, se duplicó. Otras ciudades importantes de Europa oriental la seguían: San Petersburgo, Moscú y Viena, con 800 mil, 600 mil y 700 mil, respectivamente.

Un siglo antes, José II había hecho un paseo público del famoso Prater de Viena, tan famoso como los Campos Elíseos, de París.
Berlín, en muy poco tiempo pasó a ser una de las mayores ciudades del mundo; los 150 mil berlineses de 1800, ochenta años más tarde pasaron a ser una población de 1.150.000, convertida en la capital industrial y comercial de Alemania, sin rival en el comercio de granos.

Se construyeron dársenas en las desembocaduras del Sena, del Escalda, del Támesis, del Elba, que recibían a los barcos de todo el mundo descargando mercaderías de lejanos países. Hamburgo se transformó en el primer puerto del continente, como lo fue Liverpool en Gran Bretaña. Marsella, bajo Napoleón III , sintió llegada su hora, construyendo dársenas, muelles y almacenes.

El Mediterráneo recobraba la importancia que le había hecho perder el uso de la ruta de El Cabo, y si Venecia era centro para dirigir los negocios internacionales, contaba con puertos como Trieste, Génova y Brindisi para disputarse la ruta de la Indias.

La historia de Europa comienza en una leyenda

Europa era una mujer muy bella, con piel de lirio, que vivía en Fenicia, donde Agenor, su padre, era rey. Un día, mientras jugaba con sus amigas a la orilla del mar, la vio el ardiente Zeus, quedó prendado de ella y se transformó en blanco toro para acercársele. Confiada, Europa montó sobre el lomo del animal. No bien lo hizo, el toro se lanzó al agua y atravesó el mar con la joven fenicia sobre él hasta llegar a la isla de Creta. De aquella unión nacieron cuatro hijos: el heroico Sarpedón, héroe asiático, y Minos, Eaco y Radamanto, tres legisladores tan famosos que luego llegarán a ser jueces indiscutidos de los infiernos...
Aquí la leyenda se aleja para dar paso a la historia.

LA SEXUALIDAD EN ORIENTE

La sexualidad en las sociedades primitivas está cargada de sacralidad, porque es el medio de participar en la fecundidad de la Naturaleza y en el gran misterio de la continuidad de la vida. Los europeos, fueran colonizadores o misioneros, no lo entendieron y quedaban espantados ante lo que consideraban espantosas aberraciones.

En las islas de la Polinesia, los europeos se sentían atraídos por la belleza natural y, otros, horrorizados llamaron a la isla Tahíti la Sodoma de los mares del Sur. Los ritos los llevaban a cabo grupos de adolescentes, institucionalizados socialmente, cuyo objetivo era la práctica festiva, itinerante, de ritos eróticos en nombre del dios Oro, personificación de la fertilidad.
Los ritos incluían bailes, cánticos, y la práctica del amor libre. Los misioneros, que no llegaron a comprender el componente religioso de estas ceremonias, presentaban a los arioi como grupos de adolescentes dedicados al vagabundeo libidinoso.

La prostitución no existía en Tahití cuando llegaron los europeos, pero la acogida sexual de las muchachas era extraordinaria. Para tranquilizar sus conciencias los blancos comenzaron a pagar a las indígenas por sus favores. Cuando éstas se dieron cuenta de que, lo que daban de balde y como muestra gratuita de hospitalidad podía hacerse de manera remunerada, decidieron aprovechar tan inesperada bendición del cielo: y la prostitución quedó institucionalizada.

Podrían ponerse innumerables ejemplos del terrible impacto que para los oceánidas supuso la introducción del cristianismo, tan rígido en su moral sexual. En Micronesia, por ejemplo, en las islas Ellice y Gilbert, los jefes de los clanes, en determinadas circunstancias, compartían su esposa con su hermano o con un amigo. A veces tomaban como esposas secundarias a cuñadas que, por ser poco agraciadas o por cualquier otro motivo, tenían dificultad para encontrar marido. Los misioneros las convirtieron en adúlteras, creándoles infinitas angustias.