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jueves, 22 de marzo de 2018

EL RENACIMIENTO

Desde los tiempos primitivos, sin apresuramientos, contando con muchos siglos por delante, el hombre ha ido adaptándose a diferentes ambientes, a variados modos de vida, al uso de nuevos elementos, en suma, progresando. Es así como de nómada se hizo sedentario, porque tenía necesidad urgente de asegurar su alimentación; también, los tiempos históricos se designan con nombres significativos que indican progreso - la Edad de Piedra, la Edad de Bronce o la Edad de Hierro.

Alrededor del año 3.000 a.C., durante la Edad de Bronce, se encuentran vetas de cobre aleado con estaño, materia cuya mayor resistencia permite que los descubridores fabrique armas de calidad muy superior a las que hasta entonces utilizaban los otros ejércitos. Este hecho- fabricación de armas de mayor resistencia-, es un elemento que sirve para explicar, por ejemplo, los triunfos de los hititas, que afianzaron sus conquistas formando una nación, lo mismo que la de sus herederos, los asirios, que en el año 800 a.C., conquistaron los territorios de Asia o la de los aqueos, que dominaron y sometieron a los dorios, en Grecia, que, todavía, usaban armas de cobre.

Desarrollo comercial y social

Los progresos de la Humanidad no se detuvieron, pero los conocimientos alcanzados hasta la Edad Media, solo se estudiaban en las escuelas eclesiásticas, por lo que su difusión era muy restringida, pero en el siglo XV y comienzos del XVI, nació un movimiento cuyo propósito era resucitar en la cultura europea los valores que se habían acumulado desde la antigüedad. Este movimiento se extendió a muchos otros aspectos - reconocidos por hombres destacados, como Erasmo, Vasari, Rabelais y Burckard -, entre ellos, la reconciliación de la naturaleza y la razón con el arte y la renovada vitalidad en el desarrollo del individuo y del mundo, base para que naciera el hombre moderno. Pero, para situar los orígenes de este movimiento, también hay que contabilizar otros hechos, como el inicio de la superación de la crisis experimentada en la Baja Edad Media - que vivió una gran recesión económica - y que la época soporto grandes epidemias que, junto a la pobreza acarrearon profundos conflictos sociales, al tiempo que el mundo conoció una gran explosión demográfica y, finalmente, que se produjo una gran circulación de los hombres y de las ideas, aparte del crecimiento de una expansiva economía internacional.

Junto a estos antecedentes, también hay que tomar en cuenta que se formaron grandes estados nacionales, como la monarquía española que surgió por el matrimonio de Isabel y Fernando, uniendo las coronas de Castilla y Aragón; la nación francesa que reunió el Rosellón con Provenza, el ducado de Borgoña y el de Bretaña o la monarquía inglesa con Gales; Dinamarca que mantuvo su dominio sobre Noruega - y Suecia, hasta 1523-, completando este cuadro Iván III (1462-1505), el gran hacedor de la patria rusa.

Todos estos estados, que se regían por el sistema de monarquías hereditarias - salvo los ducados de Milán y Toscana, que solo las establecieron, en el año1530-, abandonaron la contratación de mercenarios para sus guerras, pero, para consolidarse o para expansionarse, afrontaron la necesidad de organizar sus ejércitos reclutando soldados nacionales, lo que significo una carga económica permanente, que debieron financiar apelando a recursos extraordinarios -impuestos sobre las personas, los bienes y sobre los intercambios comerciales. Además, fue necesario hacer numerosos cambios en la forma de administrar el poder, creando consejos especializados (hacienda, guerra, justicia, entre otros).Y, por cierto, para estudiar y concluir acuerdos con otros países, debieron crear ministerios de relaciones; Italia fue el primer país que lo estableció.

Sucedieron otros hechos deben tomarse en cuenta para explicar el Renacimiento. Desapareció la servidumbre de la gleba, porque los señores feudales, como resultado de la implicación de sus economías en el mundo urbano, disminuyeron la explotación directa de sus tierras.

Las ciudades conocieron un gran desarrollo - Venecia, Florencia, Paris, Nápoles, Lisboa, Sevilla, Génova, Amberes - que, también vieron el nacimiento del capitalismo protagonizado por las muchas familias de banqueros inmensamente ricos - los Médicis, en Florencia; los Grimaldi, en Génova; los Schetz, en Amberes, representantes de un insospechado aumento de las riquezas. Nacieron industrias de envergadura y, entre ellas, la que tuvo el desarrollo más importante fue la textil (lana, cáñamo, seda, lino, etc.), pero, a mediados del siglo XV, aparece una pujante industria metalúrgica y se inicia una intensiva explotación minera de la plata y de otros metales.

Es el tiempo en que aparecen los mecenas, que fomentaron el cultivo de las letras y las artes, y los descubrimientos geográficos que traen consigo la ampliación de los conocimientos con las narraciones de los viajeros, con el develamiento de las ideas de la antigüedad y la difusión de libros, merced a la invención de la imprenta. Es decir, se empezó a vivir una sensación de un mundo nuevo, que traía una diferente postura intelectual; esto era lo que se ha denominado Renacimiento.

Italia del norte, por su industria y organización comercial, con Florencia a la cabeza, era la región más rica de Europa, ya desde el siglo XIV, y Venecia y Milán eran fuertes plaza comerciales. Franceses y españoles se trasladan a Italia, para luchar entre ellas por su dominio, entran en contacto con el Renacimiento y son atraídos por esa forma de vida y se disputan la conquista de literatos, músicos, pintores y, en general, artistas para que se trasladaran a sus países. El movimiento renacentista, seduce, también, a Inglaterra, los Países Bajos y Alemania.


Toda Europa adopta el nuevo ambiente y forma de vida, llegado de Italia, lo que constituye el triunfo del Renacimiento.

El arte renacentista. Quattrocento y Cinquecento 

Quattrocento

Se denomina Quattrocento al periodo del arte italiano correspondiente al s.XV comprendido dentro de la corriente renacentista, encontrándose de esta manera también la aplicación de las denominaciones de Primer Renacimiento o Bajo Renacimiento para la designación de dicho momento.

Va a ser éste un siglo de descubrimiento por parte de la comunidad artística durante el que la república de Florencia se constituirá en sede central de la misma, gracias al apoyo de mecenazgo realizado por parte de grandes familias como los Médicis y al extraordinario desarrollo económico del que será protagonista.

Arquitectura del Quattrocento

El retorno a las formas clásicas características del arte renacentista se dejará sentir en la arquitectura del momento en toda la serie de motivos decorativos provenientes de la Antigüedad, tales como guirnaldas, grutescos, capiteles corintios, etc. Sin embargo la principal novedad no radicará tanto en la forma como en el diseño estructural; el cambio apreciable a lo largo del paso de la Edad Media a la Edad Moderna concretado en la sustitución del pensamiento religioso por el espíritu crítico y empirista tendrá consecuencias en la forma de percibir el espacio y el tiempo (la cual repercutirá a su vez en la arquitectura del momento).

Frente a la verticalidad propia de las catedrales góticas (símbolo del intento de unión del hombre con Dios), en el Renacimiento será la tendente horizontal la gran protagonista, junto con la perspectiva, que concreta la mirada en un punto de fuga, y la proporcionalidad entre las partes. Además, se plantean ahora planes centrales en la construcción, no sólo por la influencia de la herencia clásica sino también porque son mucho más adecuados a la "medida" de la percepción humana que los longitudinales.

Los espacios interiores se diseñan para que el hombre pueda abarcarlos de un golpe de vista, rompiendo con la tradición fragmentaria y secuencial de la Edad Media (el arte medieval necesitaba de varios "tiempos" para poder ser apreciado en su totalidad, frente a lo que sucede con el renacentista, en el que se intenta que toda la composición puede ser entendida de una vez). Éstos van a ser unitarios, ligeros y diáfanos, además de que, en la búsqueda de la coherencia estructural, se recurrirá al uso de las matemáticas a la hora de proyectar el edificio.
Junto con esto, la aparición de una clase media profana con influencia y dinero va a favorecer el desarrollo de la arquitectura civil, dando como resultado la realización de bellos ejemplos de palacio, desligándose así la casi totalidad de la arquitectura del poder religioso.

Principales arquitectos del momento van a ser Filippo Brunelleschi (artífice de la audaz y grandiosa cúpula de la Catedral de Florencia, la Capilla Pazzi o el famosísimo Palacio Pitti), Michelozzo (autor del Palacio Médicis-Riccardi), Leo Battista Alberti o Giuliano da Sangallo.

Escultura del Quattrocento

La aparición de las formas renacentistas se habría insinuado mucho antes en la escultura que en la arquitectura, quizá debido a la influencia de ciertos modelos clásicos procedentes de la estatuaria funeraria o a la menor consideración que, frente a la arquitectura, este arte suele llevar consigo normalmente (hecho que posibilita que el cambio sea más fácil). Sea como fuere, es posible encontrar ya desde época previa características muy vinculadas al posterior desarrollo de la escultura renacentista.

El interés por la representación de la naturaleza y el desprendimiento de una consideración absoluta de tipo simbólico, a la cual quedaría supeditada la primera, se pueden apreciar en la escultura del momento. Las composiciones siguen la pauta de la búsqueda de la profundidad por medio del uso de la perspectiva y la plasmación de los tipos humanos responde a una individualización y exactitud mucho más naturalista que la medieval.

Grandes artistas que trabajarán la escultura serán Lorenzo Ghiberti (Puertas del Baptisterio de Florencia) y Donatello (del que serán obras especialmente representativas su San Jorge, el David y la estatua ecuestre del Condottiero Erasmo de Narni, más conocido como el Gattamelata), junto con el "antecesor" de Miguel Ángel en el empleo de las formas monumentales Jacopo Della Quercia, Lucca Della Robbia (que trabajará en la Cantoría de la Catedral de Florencia asimismo) y Verrochio.

Pintura del Quattrocento

La pintura del s.XV va a experimentar una enorme evolución, desde el empleo de las formas aún ligeramente decorativas y el uso de dorados y vistosos colores de Fra Angélico en la primera mitad del siglo hasta la consecución, por ejemplo, de los magníficos sistemas compositivos empleados por Mantegna van a sucederse toda una serie de aportaciones pictóricas que depurarán el lenguaje renacentista. Sin embargo, puede apreciarse en general un interés por la representación volumétrica de las figuras, la comunión narrativa de las partes y la representación verista de la naturaleza, las dimensiones y la profundidad.

Habitualmente se suele establecer una división de la pintura quattrocentista por escuelas principales, en función de la zona geográfica:
  • Escuela de Florencia
De la Escuela de Florencia serán principales representantes los ya citados Fra Angélico y Masaccio ("creador" de la perspectiva), además de Piero Della Francesca (maestro en el uso de la luz), Ghirlandaio, Paolo Ucello (para el que será importantísima la profundidad), Andrea del Castagno o el excelso Botticelli (maravillosas serán sus exquisitas y melancólicas composiciones de temas mitológicos).
  • Escuela de Umbría
La Escuela de Umbría, dentro de la que va a destacar Il Perugino, con sus composiciones sensualistas destinadas al gran público.La Escuela de Padua, con el pintor Andrea Mantegna (rotundo, enérgico, de una intensa fuerza expresiva y una gran complejidad compositiva).
  • Escuela de Venecia 
La Escuela de Venecia (en esta ciudad se introducirá el empleo de la técnica del óleo, la cual posibilita la obtención de unos efectos lumínicos y de color muy especiales), de la que serán puntos fuentes los hermanos Bellini y Vittore Carp


Cinquecento Italiano

Introducción al Cinquecento Italiano

"Santa Bárbara" de Parmigianino. Pintura del Cinquecento en ItaliaSi Florencia había sido la ciudad del Quattrocento italiano, Roma será la del Cinquecento; a lo largo del s.XVI la capital artística de Italia va a "trasladarse" a Roma, principalmente por la enorme influencia del Papado, el cual se convertirá en gran protector de los artistas y contratante de obras (además, debido a su enorme herencia clásica, continuaba siendo una ciudad con un enorme tránsito de artífices a la búsqueda de aprendizaje).

A lo largo del periodo correspondiente al alto Renacimiento italiano, denominado Cinquecento, el arte se verá obligado a adecuarse a las normas que el decoro imponga, circunstancia derivada del hecho de que la mayor parte de las obras serán encargos destinados a la decoración de edificios religiosos. Junto con esto, hay que añadir que el arte renacentista clásico alcanzará en estos momentos su culminación, además de que el espíritu revisionista y exhaustivo propio del Renacimiento dará origen a la aparición de tratados compendiosos del lenguaje empleado, sin olvidar tampoco que ésta será una época condicionada artísticamente por el quehacer de grandes figuras tales como Miguel Ángel, Rafael o Leonardo da Vinci.

Con respecto a la división que suele establecerse del s.XVI italiano en lo que respecta al arte se puede decir que, a rasgos generales, el clasicismo adquirirá una potencia enorme durante la primera mitad del siglo siendo sustituido, a lo largo de la segunda, por un barroquismo de las formas correspondiente al sentir manierista.

Arquitectura del Cinquecento

Equilibrio, austeridad, robustez y predominio de la arquitectura sobre la decoración son características principales de las edificaciones cinquecentistas clasicistas, como se puede apreciar claramente en las obras de uno de sus principales representantes, Bramante (magnífico será su templo de San Pietro in Montorio, en el que recoge la herencia romana a través del uso de la tipología de planta central circular). Se emplean ahora los volúmenes con un sentido plástico, buscándose el contraste y el juego mediante la conjugación de las formas y el manejo de la luz (elementos cuyo uso teatral se buscará deliberadamente, exagerándolo, durante el periodo manierista).

Ésta va a ser una época de grandes construcciones y de grandes autores asimismo; a lo largo de este siglo XVI se inicia el desarrollo y ejecución de uno de los más importantes planes arquitectónicos como será el destinado a la creación de la basílica de San Pedro del Vaticano (es preciso señalar de nuevo que Roma ostenta la capitalidad artística en estos momentos, además de la cristiana, con lo que se hacía necesaria una intervención de estas características que viniera a reforzar y recalcar dicha realidad).

Adjudicada inicialmente su construcción a Bramante, el fallecimiento del mismo dará lugar a la elección del pintor Rafael, cuya participación en el proyecto se verá truncada de igual modo por su muerte, siendo realmente el relevo del posterior elegido (Antonio de Sangallo el Joven) el verdadero artífice del edificio: Miguel Ángel. Éste va a recuperar el plan inicial de planta central propuesto por Bramante y a construir la magnífica cúpula que lo corona, convirtiéndola en referencia de todo el conjunto.

Muestras de su tratamiento de la arquitectura serán también la ingeniosa escalera de la Biblioteca Laurenciana de Florencia, el diseño urbanístico de la Plaza del Capitolio en Roma o la colaboración que realizará en el Palacio Farnesio (modelo de palacio romano, será comenzado por Sangallo).

Para finalizar, merece la pena destacar dentro de la tendencia manierista a los arquitectos Vignola, el cual creará en la Iglesia del Gesú, en Roma, un modelo posteriormente muy empleado y Andrea Palladio (artífice del recurso denominado "ritmo palladiano", destinado a conseguir efectos de movimiento y claroscuro, así como del Teatro Olímpico de Vicenza).

Escultura del Cinquecento

No es posible hablar de escultura renacentista italiana sin nombrar a uno de los más grandes e importantes artistas de esta disciplina (y no sólo del momento) como es Miguel Ángel; la calidad de su trabajo y su capacidad para obtener "vida" del mármol no puede, incluso a día de hoy, por menos que causar una completa admiración.

En él es posible encontrar los distintos registros que se sucederán a lo largo de este s.XVI, desde aquellas obras iniciales donde se acatan todas las reglas clásicas hasta el manierismo terrible, por completo visionario, de sus "esculturas inacabadas" (ejemplo de las cuales puede citarse la Pietá Rondanini).

Grandes obras, convertidas en hitos de la historia del arte, van a ser esculturas como el David (tipología clásica, pero completamente novedosa en la forma de representación, en la que además son apreciables la enorme fuerza intrínseca de sus personajes, la monumentalidad y el perfecto conocimiento y ejecución de la anatomía característicos de la obra de Miguel Ángel), el Moisés concebido para el sepulcro del Papa Julio II o la maravillosa Pietá vaticana.

Pintura del Cinquecento

Dos grandes figuras vendrán a completar la lista de maestros renacentistas, aunque esta vez en lo que a pintura se refiere: Leonardo da Vinci y Rafael, el primero de los cuales será el prototipo absoluto de hombre del Renacimiento (pintor, escultor, inventor, etc.).

Las obras de Leonardo poseen un cierto misterio (empleará la técnica del sfumato para envolver sus representaciones de una especie de sugestivo velo difuminador) que las hace especialmente sugestivas, además de que su maestría técnica y el enorme conocimiento que posee del cuerpo humano le posibilitarán abarcar aquel registro de emociones que desee representar.

Gran observador de la naturaleza humana, el estudio psicológico realizado de sus personajes queda patente en retratos como el de la universalmente famosa Gioconda.

Rafael, gustoso de modelos de una ingenuidad y belleza equilibrada en sus inicios, perfectos ejemplos del más puro clasicismo, sufrirá una evolución enorme en su pintura a partir de la asunción de diversas influencias, llegando incluso a rozar el Manierismo en sus últimas piezas.

Además, también será posible encontrar de nuevo la representación miguelangelesca en obras como los frescos de la Capilla Sixtina, además de una veneciana en las figuras de Giorgione, el maestro del color y las composiciones mitológicas Tiziano, el Veronés y el Tintoretto, sin olvidar a los manieristas Correggio y Parmigianino.

LA EXPANSIÓN MUSULMANA TRAS LA MUERTE DE MAHOMA

Cuando Mahoma murió, hubo problemas inmediatos entre los árabes musulmanes. No nombró a un sucesor, pero había sido el líder definitivo de la comunidad islámica durante su vida; parecía claro que la comunidad estaba destinada a tener un líder. Los ancianos musulmanes designaron al suegro de Mahoma, Abu Bakr (r. 632 — 634), como el nuevo líder tras un período de deliberación. Se convirtió en el primer califa, que significa “sucesor”: el jefe de la Ummah, el hombre que representaba tanto la autoridad espiritual como política ante los musulmanes.

Bajo Abu Bakr y sus sucesores, Umar (otro de los suegros de Mahoma; r. 634 - 644), y Uthman (r. 644 — 655), los ejércitos musulmanes se expandieron rápidamente. Esto comenzó como un medio para asegurar la lealtad de las fraccionadas tribus árabes tanto como para expandir la fe; tanto Abu Bakur como Umar se vieron obligados a reprimir las revueltas de las tribus árabes, y Umar se topó con la idea de asaltar Persia y Bizancio para mantener leales a las tribus. Por primera vez en la historia, los árabes se embarcaron en una campaña sostenida de conquista en lugar de servir a otros como mercenarios.

La sucesión de Mahoma: los califas ortodoxos (632-661) 

Mahoma no dejó ningún sucesor, por lo que a la muerte del profeta (632) se buscó una solución de compromiso recurriendo a los primeros musulmanes (compañeros del profeta unidos a la familia de Mahoma por lazos matrimoniales. Abu Bakr fue elegido como jalifat-Allah (lugarteniente de Dios), iniciándose con él el período de los llamados Califas Ortodoxos o Perfectos (rashidun). El título de jalifat Allah tenía consideraciones políticas y religiosas, lo que ha llevado a considerar al Islam como una teocracia. 
  • Abu Bakr (632-634). Suegro de Mahoma y padre de Aisha, su esposa favorita. Las tribus intentaron desvincularse de los pactos suscritos con los musulmanes, iniciándose las llamadas Guerras de Apostasía a pesar de la escasa penetración del Islam en las tribus colindantes. Una vez restablecido el caudillaje del califa, se inició la expansión islámica hacia las fronteras de Siria con Bizancio. 
  • Umar (634-644). Siguió con éxito la política de expansión, adquiriendo nuevas tierras para el Islam. Hubo un reparto de tareas entre los linajes qurayshíes y medinenses (dirección del Estado y conquistas) y los clanes coaligados a Medina (guarniciones en las zonas recientemente conquistadas). La visión islámica del califato chocó con los intereses de los hasta entonces poderosos linajes de La Meca. Umar fue asesinado por un esclavo y la sucesión tuvo dos candidatos: Alí, primo de Mahoma casado con suhija Fátima (apoyado por los medinenses) y Utmán (elegido por los Omeyas, una rama de los Quraysh). 
  • Utmán (644-656). Su califato presenta dos rasgos fundamentales: 
 Compilación del Corán. La fijación del texto se hizo necesaria, ya que la transmisión oral empezó a fallar tras la muerte de los compañeros de Mahoma que habían aprendido los textos directamente de él. 
 Acusaciones de nepotismo contra el califa. Utmán encomendó el gobierno de las provincias a su familia y practicó una política que favorecía claramente los intereses de La Meca. Algunas élites tribales asentadasen las zonas de Cufa, Basora y Egipto tras la conquista se rebelaron. Utmán fue asesinado. 
  • Alí (656-661). Fue rápidamente proclamado califa tras el asesinato de Utmán. Los qurayshíes se dirigieron a Basora en busca de apoyo, y Alí hizo lo mismo en Cufa. Ambos bandos se enfrentaron en la Batalla del Camello (656), con el triunfo de Alí quien inmediatamente nombró gobernadores para Basora y Egipto. Pero un primo del asesinado Utmán, Muawiya (Omeya) buscaba venganza y se proclamó líder de la oposición a Alí. Tuvo lugar la considerada como primera guerra civil del Islam, que culminó con la Batalla de Siffín (657) que obligó a Alí a aceptar un arbitraje. En el fondo, lo que se discutía era la posible implicación de Alí en el asesinato de Utmán, y no su derecho al califato. Se estableció un año de preparación, año durante el cual los partidarios de Alí se fragmentaron. Los jariyíes rechazaban el consenso con Muawiya, y se enfrentaron a Alí. Formaron un movimiento religioso radical y uno de sus miembros asesinó a Alí.
Montando sus veloces caballos y camellos y dedicados a su causa, los ejércitos árabes conquistaron enormes cantidades de territorio con extrema rapidez. Fue el ejército árabe el que finalmente conquistó Persia en 637 (aunque tardó hasta 650 para que toda la resistencia persa fuera vencida), ese adversario de Roma hasta ahora no conquistado. Los árabes conquistaron Siria y se apoderaron de territorio bizantino en Anatolia por igual de rápido: Egipto fue conquistado por 642, con un intento de contraataque bizantino combatido en 645. A los veinte años de la muerte de Mahoma, el corazón de Oriente Medio estaba firmemente en manos árabes musulmanas.

Parte del éxito de las primeras décadas de las conquistas árabes se debió a la vulnerabilidad de Bizancio y Persia en su momento, y otra parte fue la habilidad táctica de los soldados árabes. Los árabes conquistaron Persia no solo porque se vio debilitada por sus guerras con Bizancio (lo más importante, su derrota por Heraclio en 627), sino porque muchos clanes árabes habían luchado como mercenarios para ambos bandos en el conflicto; gran riqueza había estado fluyendo hacia Arabia durante décadas, y los árabes estaban ya soldados veteranos. Habían aprendido tácticas y estrategias tanto romanas como persas y eran hábiles en el asedio, la recolección de inteligencia y la batalla abierta por igual.

Los ejércitos árabes eran fácilmente el partido de las fuerzas bizantinas y persas. Los árabes pudieron lanzar ejércitos de alrededor de 20 mil — 30 mil hombres, con una fuerza total cercana a los 200 mil en alrededor de 700 CE. La mayoría eran árabes de la propia Arabia, junto con árabes que se habían asentado en Siria y Palestina y luego fueron reclutados. Un porcentaje menor fueron no árabes que se convirtieron y se unieron a los ejércitos. Tácticamente, la mayoría eran de infantería que luchaban con lanzas y espadas y estaban ligeramente blindados.

La mayor ventaja táctica de los ejércitos árabes era su velocidad: los caballos y los camellos eran menos importantes como animales para luchar que como medio de transporte para los ejércitos ligeros blindados y equipados. A los soldados se les pagaba en monedas capturadas como botín y se esperaba que ejércitos enteros compraran sus suministros mientras marchaban en lugar de depender de trenes de equipaje pesado. Sus conquistas fueron como resultado una especie de sprint sostenido. De igual manera, una “tecnología” militar específica que los árabes utilizaron con gran efecto fueron los camellos, ya que ninguna otra cultura era tan hábil en el entrenamiento y uso de camellos como lo fueron los árabes. Los camellos permitieron que los ejércitos árabes cruzaran desiertos y lanzaran ataques repentinos contra sus enemigos, a menudo cogiéndolos por sorpresa.

Finalmente, especialmente en los territorios bizantinos, los altos impuestos y las continuas luchas entre la forma oficial ortodoxa del cristianismo y varias otras sectas cristianas llevaron a muchos ciudadanos bizantinos a dar la bienvenida a sus nuevos gobernantes árabes; los impuestos a menudo bajaban, y los árabes eran indiferentes a qué variedad de Christian sus nuevos súbditos pasaban a ser. Además, los árabes hicieron poco esfuerzo para convertir a los no árabes al Islam durante varias generaciones después de las conquistas iniciales. Para ser claros, hubo abundante derramamiento de sangre durante las conquistas árabes, incluyendo la muerte de muchos civiles, pero la experiencia a largo plazo del dominio árabe en los antiguos territorios bizantinos no fue más, y probablemente menos, opresiva de lo que había sido bajo Bizancio.



El califato de Damasco (661-750).  La dinastía Omeya.

A la muerte de Alí el califato volvió a quedar en suspenso, ya que no había acuerdo en cómo proceder a su elección. Había partidarios de que fuera un miembro de la familia de Mahoma, el linaje sagrado, pero las posibilidades eran numerosas: 
- ¿Hijos de Alí y Fátima o su descendencia? 
- ¿Hijos de Alí con otras mujeres? 
- ¿Miembros de la tribu Quraysh en sentido amplio? 
Muawiya, de la familia Omeya, reclamó sus derechos basándose en su procedencia de la tribu Quraysh, siendo proclamado califa en Jerusalén y trasladando la capital a Damasco. A partir de entoncesla sucesión iba a ser hereditaria a través del hijo o del hermano del califa, mediante la confirmación de los jefes tribales. Estos iban a jurar lealtad en vida del califa para evitarproblemas durante la sucesión. Esta medida fue muy criticada. 

Muawiya tuvo que enfrentarse a dos grupos opositores que le consideraban un usurpador: 
  • La familia de Alí, agrupados en torno a la secta Shi’a (chiísmo). Alí tenía dos hijos, y uno aceptó a Muawiya (Hasan) pero el otro no (Hussein) y fue ajusticiado, convirtiéndose en mártir según sus seguidores. Así tenemos pues que los partidarios de Muawiya serían llamados sunníes. 
  • Jariyíes. Creían que el califato podía ser desempeñado por el musulmán mejor cualificado, y no solo por los Quraysh. Situados sobre todo en el Golfo Pérsico y en el Norte de África. 
Con Muawiya surgieron las dos ramas de la familia Omeya que ostentaron el poder: 
  • Sufyaníes. 3 califas, el primero Muawiya y el último su nieto. 
  • Marwaníes. 11 califas, rama fundada por Marwan. 
Los omeyas pusieron fin a las grandes conquistas y se centraron en la organización interna del califato, tomando como modelos a Bizancio y a la Persia sasánida.
 
Tras la muerte del último sufyaní, dos califas fueron nombrados por diferentes facciones: Marwan e Ibn al-Zubayr (hijo de un compañero de Mahoma). Se enfrentaron en la segundaguerra civil, saliendo Marwan vencedor con el apoyo de los yemeníes (Sur) al derrotar a Ibn al-Zubayr y a sus apoyos qaysíes  (Norte) en la batalla de Mary Rahit (684). 

Tras Marwan hubo un período de esplendor en el que se afianzaron la sucesión hereditaria y la administración estatal, seguido por una serie de califas efímeros entre los que destacó Umar II (717-720). Umar II intentó equiparar los privilegios de los musulmanes no árabes a los de los musulmanes árabes y además intentó mantener sólo aquellos territorios en los que pudiera garantizar su ocupación y administración. 

La crisis afloró durante el gobierno de Hisham: 
  • Rebeliones de jariyíes y chiítas. 
  • Conflictos en las zonas más alejadas del califato. 
Marwan II fue el último califa Omeya. No pudo reprimir la revuelta de los jariyíes, que ocuparon Cufa y Mosul. Además, el movimiento abbasí surgido en la zona más oriental del califato puso fin a la
dinastía. 

Sólo Abderramán I pudo escapar fundando la dinastía omeya cordobesa. 

La organización política de un Estado multiétnico

El Estado islámico propiamente dicho es creación de los Omeya, al pasar de una organización tribal a tener que administrar a grupos étnicos y religiosos diferentes. 
  • Los árabes estaban a la cabeza de la comunidad de creyentes (͚umma), siempre en minoría frente a los indígenas. 
  • En el segundo escalón estaban los nuevos conversos o clientes (mawla), procedentes de esclavos manumitidos, cautivos de guerra o personas libres que querían mantener su posición social anterior. Estos se adscribían a la nueva fe al vincularse a una familia musulmana como clientes. El individuo principal ofrecía protección y proyección a cambio de ciertos pagos o servicios. La lucha por la igualdad, recogida en el Corán, provocó inifinidad de conflictos. 
  • Los protegidos (dimmíes). Población libre de religión diferente (cristianos, judíos, zoroastrianos). Su situación fue más o menos estable hasta el califato de Umar II, que aumentó impuestos, prohibió la peregrinación de judíos a Jerusalén y los zoroastrianos se vieron sometidos a una campaña por parte de los chiítas para su conversión. 
  • Esclavos. Antiguos esclavos heredados, o cautivos durante las conquistas. El Islam favorecía la manumisión a través de los vínculos clientelares. Hubo mucha demanda, por lo que los mercados de esclavos proliferaron. 
La administración del califato Omeya
 
El Estado Omeya se dividió en 3 grandes provincias durante la época de Muawiya: 
  • Egipto. 
  • Cufa. 
  • Basora. 
Conforme el califato fue ganando en extensión, estas divisiones se fueron modificando creándose 
provincias de segundo rango dentro de ellas. Existía una capital en una metrópolis administrativa. A un tercer nivel estaban las coras y a un cuarto nivel los distritos rurales. 
Esta división, en cuya cabeza había una autoridad militar normalmente árabe y una fiscal normalmente indígena, tenía propósitos: 
  • Fiscales. 
  • Militares. 
  • Las capitales actuaban como cecas para pagar los gastos militares y administrativos de cada provincia. 
A finales del califato Omeya la distribución era: 
  • Egipto, capital Fustat (El Cairo). 
  • Iraq, Jurasán y Transoxiana. Capital Cufa. 
  • Arabia, capital Medina. 
  • Azerbaiyán, Armenia y Alta Mesopotamia. Capital Mosul. 
  • Doble provincia occidental de Ifriqiya (capital Qayrawan) y al-Andalus (capital Córdoba). 
  • Siria, corazón del califato. Dividida en cuatro provincias militares (5 durante el gobierno de Yazid I, incluyendo Qinnisrin): 
 Emesa. 
 Damasco. 
 Jordania. 
 Palestina. 

Abd al-Malik, hijo de Marwan, se ocupó de la centralización del gobierno del califato con una serie de medidas: 
  • Impuso el árabe como lengua oficial de la administración central. 
  • Reformó la moneda, abandonando los tipos bizantinos y persas. 
  • Convirtió Jerusalén en un gran centro religioso paralelo a La Meca y Medina. 
Características de la expansión islámica (632-750) 

Factores impulsores de la expansión islámica por la cuenca mediterránea y Asia: 
  • Superpoblación y cambio climático en la península arábiga. 
  • Ardor religioso extremo. 
  • Coyuntura social y política: 
 Derrota sasánida de manos de Heraclio (Bizancio), lo que dejó libre la Arabia oriental y meridional. 
 Apoyo en población autóctona, agobiada por los impuestos de persas y bizantinos y las diferencias religiosas (monofisismo contra ortodoxia). El estatuto de protegidos (dimmíes) les permitía mantener sus tierras y su religión a cambio del pago de impuestos especiales (jaray y yizya).

El número de invasores fue limitado, pero militarmente superiores gracias a la organización de los jefes qurayshíes y medinenses. Otra característica era su gran movilidad, ya que su dominio de las rutas caravaneras les permitía establecer campamentos en puntos estratégicos. 

Esta expansión se puede dividir en cuatro períodos: 
  • Primera expansión (623-656). Abarca la creación del Estado de Medina hasta el fin de los califas ortodoxos tras la primera guerra civil entre Alí y Muawiya (656-661). Se consiguieron:  Arabia.  Siria.  Iraq.  Egipto.  Algunos territorios en Irán Se fundaron las 3 principales ciudades que serían clave para la siguiente expansión (Basora, Cufa y Fustat) y se tomó Jerusalén (635-637). 
  • Segunda expansión (661-683). Abarca del califato de los primeros Omeyas hasta la segunda guerra civil (683-692) entre Marwan e Ibn al-Zubayr. La política de conquistas fue mucho más amplia, consiguiéndose Túnez y el Jurasán. 
  • Tercera expansión (692-718). Califato de los marwaníes. Oleada de conquistas detenida a causa de la derrota ante los muros de Constantinopla (717-718):  Magreb.  Península Ibérica.  Transoxiana.  India. La integración de estos territorios se vio dificultado por los conflictos sociales entre los antiguos y nuevos musulmanes. En el 720, Umar II ordenó el cese de las hostilidades para intentar reorganizar todo su aparato interno. 
  • Cuarta expansión (720-740). Expansión necesaria a efectos propagandísticos de la dinastía, a pesar del cese ordenado por Umar II hasta la revuelta de los bereberes norteafricanos (740). Se avanzó por el Norte de África, Transoxiana y el Cáucaso. 
Tras la conquista, se planteó la emigración de musulmanes a las nuevas zonas: 
- Primero los beduinos. 
- Más tarde los árabes se erigieron en élite militar, creando campamentos fijos para los beduinos 
en los nuevos dominios. Las relaciones con las élites locales fueron cordiales y se intentó que la población autóctona sufriera pocas molestias. 

La economía de cada región se adaptó a las nuevas necesidades de tal modo que se procurara alimento a los habitantes de las nuevas fundaciones de manera autónoma (desecación pantanos, irrigación,…).

EL CALIFATO ABASÍ 

1. El movimiento abasí 

Los conflictos sociales y étnicos provocaron en torno al 750 la denominada revolución abbasí, que resultó en el cambio de la dinastía Omeya. Causas: 
  • Legitimidad dinástica del califa Omeya, considerado poco digno por muchos musulmanes. 
  • Deseo de igualdad de los nuevos conversos (muladíes) respecto a los musulmanes conquistadores. 
  • Impuestos en aumento. 
  • Desintegración del aparato administrativo omeya, ya que Damasco había sido sustituida por otras capitales. 
  • Modificación de las alianzas tribales que habían apoyado a los omeyas. 
Los abasíes se declaraban descendientes Abbas ibn Abd al-Muttalib, tío del Profeta. Su familia había apoyado a Alí y se había refugiado en Palestina, pero se movieron después a Cufa y luego a la conflictiva Jurasán atrayéndose a los descontentos con el régimen omeya: 
  • Chiítas. 
  • Partidarios de otros hijos de Alí. 
  • Conversos iraníes. 
  • Árabes instalados en el Jurasán que se sentían abandonados por el califa. 
El líder religioso Abu Muslim ayudó a propagar la idea de que los omeyas se habían alejado del islam puro y logró reunir un ejército. Fue descubierto por los espías de Marwan II y ejecutado, pero la rebelión era ya imparable. En Cufa fue proclamado el primer califa abbasí, Abu-l-Abbas al-Saffah. Mientras, las fuerzas omeyas fueron totalmente derrotadas junto al rio Zab (750). Marwan II fue finalmente asesinado en Egipto junto a gran parte de su familia. 

2. El gobierno de los abasíes (750-945). 

2.1 La dinastía

Abu-l-Abbas al-Saffah tuvo un reinado corto (750-754). Prácticamente se centró en eliminar a quienes pensaban que no era él el mejor candidato, atrayéndose a los genera los del ejército omeya. Le sucedió su hermano al-Mansur. 

Al-Mansur (754-775) es considerado el verdadero fundador de la dinastía. Ejecutó al predicador Abu Muslim tras asegurarse la lealtad de otros jefes guerreros y la figura de este se convirtió en símbolo de resistencia de iraníes frente a árabes, aunque las sublevaciones fueron rápidamente sofocadas. Tuvo que hacer frente a una serie de movimientos religiosos: 
  • Rawandíes del Jurasán. Pretendían adorar al califa como a un Dios (tradición persa). No lo consiguieron y se amotinaron en palacio. 
  • Conflictos étnico-religiosos en Cufa. El califa se trasladó y concibió el proyecto de fundación de una nueva capital (Bagdad) 
  • Revueltas jariyíes en el Magreb. 
  • Resistencia chiíta, quienes contaban con dos biznietos de Alí para dirigirlos. 
Fueron derrotados finalmente por los abbasíes. 

Los siguientes califas se dedicaron a centralizar por lo que aumentaron los ingresos fiscales. Se continuó luchando contra Bizancio y los alfaquíes comenzaron procesos de apostasía o herejía contra personajes famosos. 
  • Harun al-Rashid. Enfrentado con los carolingios por el control de las rutas comerciales del Mediterráneo. Debido a diversas amenazas secesionistas simultáneas decidió dividir el califato entre sus dos hijos: al-Amin (Iraq, Siria y Magreb, capital Bagdad) y al-Ma’ŵun (Jurasán) que prestaría juramento de fidelidad a su hermano. Otorgó Ifriqiya a los Aglabíes a título hereditario a cambio de un tributo anual y que se nombrara al califa en la oración de los viernes
  • Al-Amin y al-Ma’ŵun entraron finalŵente en conflicto y se iŵpuso el segundo (813-833), manteniendo la capital en el Jurasán. Desencadenó una guerra civil al nombrar a un descendiente no relacionado con su familia, si no con la de Alí, que supuso la ruptura con la aristocracia persa y su retorno a Bagdad. Intentó tomar las riendas del pensamiento teológico islámico al imponer el mutazilismo, doctrina que defendía que la fe ha de ser entendida y explicada de forma razonada. Además, defendían la unidad de Dios y rechazaban su concepción antropomorfa y la teoría de la predestinación. Este intentofracasó y los ulemas (estudiosos de la ciencia religiosa) dictaron los criterios a seguir. Le sucedió su hermano al-Mutasim. 
  • Al-Mutasim (833-842). El ejército jurasaní estaba debilitado debido a las revueltas sociales, por lo que se rodeó de un ejército privado formado por mamelucos turcos (mamluk, esclavo) procedentes de Samarcanda. Estos soldados recibían una paga (a veces en forma de tierras) y pronto empezaron a copar los cargos. Además, muchos desconocían el árabe y ni tan siquiera eran musulmanes. Trasladó la capital a Samarra, hacia el Oriente, aunque sus descendientes regresaron a Bagdad. 
  • Al-Mutawwakil (847-861). Intentó acabar con el creciente poder mameluco, pero fue finalmente asesinado. Antes había revocado el muzatilismo y se enfrentó a los chiítas. Tras su muerte hubo anarquía, agravada por la disminución de los ingresos del Estado por la segregación de algunos territorios. 
  • Al-Mutamid y al-Muwaffaq, hermanos e hijos de al-Mutawwakil, consiguieon hacerse reconocer. El primero fue califa (870-892). El segundo líder indiscutible de las tropas turcas y controló la administración. Sus hijos fueron testigos de la última expansión del Islam en Oriente y la vuelta al poder abbasí de Egipto, Siria y Norte de Mesopotamia. 
Crisis final (908-945). Reinaron 5 califas. El problema era que no había recursos, lo que causó abusos en la recaudación que agitaban a la población. A partir de 946: 
  • Deterioro de la situación del califa. 
  • Poder militar de los turcos. 
  • Decadencia de la administración central. 
Los Buyíes se hicieron con el poder. 

2.2 Las reformas administrativas abasíes 

Al-Mansur inició la reforma administrativa del califato y para ello se apoyó en dos pilares: 
  • Los miembros de su linaje. Distribuyó los cargos militares y las tierras de los omeyas (sobre todo Siria, Basora y Cufa). Ejercieron de gobernadores provinciales, funcionarios y jefes del ejército. 
  • Los clientes de los abbasíes, en su mayor parte jurasaníes (persas). Ocuparon los cargos en las administraciones central y provincial, factor clave que significó la incorporación de los usos y ceremonial sasánida. Familias enteras servían a la administración y algunas ocuparon los puestos más altos (los Barmakíes llegaron a ser consejeros directos del califa). Mantuvieron el control y el poder hasta la llegada del califa Harun al-Rashid, al intentar evitar que se inmiscuyeran en la decisión de dividir el califato entre sus hijos. 
Administración central: 

A la cabeza se hallaba el califa, que delegaba su poder judicial en los cadíes (jueces) nombrados y destituidos por él mismo o por el cadí mayor de Bagdad. 
 Secretarías con un visir al frente de cada grupo de secretarios. Las principales: 
  • Chancillería (diplomacia). 
  • Correos y finanzas. 
  • Tributación. 
  • Gran visir como primer ministro (desde mediados del siglo IX). Competencias muy diversas. 
  • Administración provincial: 
Antendente a cargo de: 
  •  Funcionarios. 
  •  Archivos. 
  •  Catastros. 
Existían varios impuestos, pero los principales eran estos 3: 
  • La limosna legal (zakat) se transformó en un diezmo sobre la producción de la tierra, cabezas de ganado y productos comerciales. 
  • Capitación (yizya). Pagado por los no musulmanes. 
  •  Impuesto territorial (jaray).
2.3 El desarrollo económico 

 En cuanto a agricultura y ganadería: 
  • Predominaban los cultivos de secano, practicándose el barbecho. 
  • El agua se obtenía de la lluvia o de pozos y se utilizaba la irrigación con canales. La construcción y mantenimiento de los canales era un serviciopúblico. 
  • Se proidujo la introducción de nuevas especies procedentes de Irán, Siria y Egipto: 
o Espinacas (Isfahan). 
o Berenjenas. 
o Productos con segundas cosechas en verano (arroz, algodón, melón, sorgo y caña de azúcar). 
o Árboles frutales (naranjos, limoneros, plataneros, cocoteros y mangos). 

 La propiedad de la tierra 
  • Propiedad individual, escasa salvo en Arabia y Mesopotamia. 
  • Comunitaria, cultivada por aparceros o cedida en usufructo perpetuo a particulares (iqta’) con la obligatoriedad de pagar diezmo o servicio militar en las fronteras. 
  • Tierras teóricamente comunitarias en usufructo de sus antiguos amos (dimmíes) que pagaban a cambio el jaray. 
  • Tierras de manos muertas (waaf, habus). Sus rentas se destinaban a obras pías, asistenciales o a una fundación familiar. 
 La ganadería era básicamente de animales de monta, necesarios para el comercio. Le seguían los ovinos y caprinos. 
  • Comercio y artesanía
Se vieron favorecidos por las grandes ciudades del califato, destacando una serie de actividades especializadas por regiones: 
  • Actividades textiles, junto con las del cuero y tintoreras. Dependían de los centros de producción de las materias primas (lana de Egipto, lino del Nilo, algodón y seda del Jurasán). 
  •  Hornos de cerámica. 
  •  Objetos de vidrio y cobre para uso diario. 
  • Muebles. 
  • Papel. 
  •  Distribución de los oficios en zocos y por areas especializadas. 
  •  Aparición del almotacén en el siglo X, que controlaba los mercados. 
  •  Comercio a larga distancia marítimo: 
Confluían a través de Bagdad. 
Por el Mediterráneo se canalizaba a través de Alejandría. 
Desde el Golfo Pérsico se llegaba a Yemen, África Oriental, India y China. 

Comercio a larga distancia terrestre: 
  • Control de la Ruta de la Seda hacia Oriente. 
  • Control de las rutas transaharianas por el Magreb. 
Existieron algunos monopolios estatales como el de exportación de alumbre ol a importación de hierro y madera. 

2.4 La religión, la ley y la cultura en época abasí. 

Interés por la gramática y la lingüística gracias al interés que despoertó el Corán. Surgió la necesidad de mantener una lengua árabe aorde con el Corán frente a las numerosas influencias de los pueblos conquistados. Esta estrecha relación entre literatura y religión conformó gran parte de la cultura islámica. Además, se fue compilada toda la tradición oral de los nómadas árabes y los relatos de la vida del Profeta y de sus primeros seguidores, dando lugar a la Escuela de Transmisores de la Tradición (hadiz).

La literatura estuvo influida por la literatura beduina preislámica. La poesía exaltaba al califa o se refería a las conquistas. Destacaron escritores como Ibn Qutayba (828-889) o al-Jahiz (m. 869). 
Los debates teológicos transmitieron la influencia helenística (vocabulario, técnicas y argumentos). En la Casa de la Sabiduría de Bagdad se tradujeron los trabajos de Aristóteles, de Galeno e Hipócrates. La filosofía árabe propiamente dicha se desarrolló a partir del siglo IX (al-Kindi, al-Farabi). 

Las disposiciones legales se modificaron de acuerdo a la ética islámica (sharia), incluyendo prácticas jurídicas de numerosos pueblos conquistados. Se establecieron 3 categorías legales: 
  • Regulaciones rituales. 
  • Normas para las relaciones sociales. 
  • Teoría de la organización del Estado. 
Esto se hizo a través de las Escuelas de Derecho Islámico, que fueron recibiendo el nombre de sus 
fundadores: 
  • Hanafí. La más antigua, fundada por Abu Hanifa (699-767). Adoptada por los abbasíes, concedía un amplio margen a los criterios propios y a la razón. 
  • Malikí. Fundada por Malik ibn Anas (715-795), predominó en al-Andalus y el Magreb y basando su doctrina en el derecho consuetudinario de Medina en tiempos de Mahoma. Daba especial importancia a la ͞utilidad general͟ para toda la comunidad musulmana.
  • Shafií. Fundada por al-Shafií (767-820), formado con los dos anteriores. Considerado el padre de la jurisprudencia, intentó eliminar las interpretaciones arbitrarias. 
  • Hanbalí. Fundada por Ahmad ibn Hanbal (780-855), criticaba el racionalismo. 
  • Yafarí. Fundada por Yafar al-Sadiq (muerto en 765), era propia de los chiítas y por tanto predominaba en Irán, Iraq, Líbano y la India. No pertenecía a la sunna, cosa que sí sucedía con las otras. 
La arquitectura se adecuó a la propaganda política del califato, y se usaron los materiales de las ruinas de los palacios sasánidas. Los palacios se situaban en el centro del recinto circular de la ciudad, símbolo del lugar que ocupaba el califa dentro de la comunidad islámica. 

3. La decadencia abasí y la aparición de los primeros movimientos secesionistas 

No existía conciencia de unidad territorial debido a lo diverso de los territorios y pueblos que formaban el califato. La unidad estaba basada en la vinculación directa con el califa, por lo que estaba sujeta a oscilaciones políticas y personales. El proceso secesionista siguió unas pautas muy parecidas durante los siglos IX y X: 
  • Desvinculación progresiva de un gobernador respecto al califa, dejando de enviar impuestos y tropas. 
  • Reinversión de esos impuestos retenidos en su beneficio propio. 
  • Dejaba de mencionar al califa en la oración del viernes, hecho que marcaba públicamente la ruptura. 
  • Establecimiento de su capital y de su dinastía. 
  • Poco tiempo después la nueva dinastía sucumbía a otra nueva o el califa recuperaba esos territorios. 
Hubo una serie de movimientos secesionistas en Oriente y en Occidente. Los de Occidente (aglabíes y tuluníes) fueron más importantes y duraderos e iban a marcar el fin del califato unificado en dicha zona (de Egipto a al-Andalus). Gobiernos independientes de Oriente: 
  • Tahiríes (820-872), en el Jurasán. 
  • Dulafíes (825-898), en Kurdistán. 
  • Zaydíes o Ziyaríes (928-1077), en Tabaristán. 
  •  Safaríes (867-903), en Persia. 
  • Zanyíes (868-883), en Iraq. Esclavos negros de Zanzíbar asentados en las ciénagas del Sur de Iraq se rebelaron ocupando el territorio hasta Irán. 
3.1 Los Aglabíes (800-909/915) 

El califa Harun al-Rashid cedió Ifriqiya a los aglabíes a cambio de un tributo anual, estableciéndose estos como dinastía. Ibrahim I, hijo del jefe militar de la provincia de Ifriqiya al-Aghlab (de ahí el nombre de la dinastía) se independizó en el año 800 y estableció su capital en la importante ciudad de Quayrawan. 

Tras reprimir rebeliones bereberes conquistaron Sicilia con un ejército formado por árabes, bereberes, andalusíes, persas y sicilianos, arrebatándosela a Bizancio. De todos modos, los bizantinos se mantuvieron en la isla hasta el año 902. Saltaron posteriormente a Italia y obligaron a las poblaciones costeras a pagar tributos. Se llegó a saquear Roma (846). 

Su caída vino motivada por una lucha a 3 bandas: 
  • Rebeliones internas de las tribus bereberes. 
  • Luchas contra Bizancio. 
  •  Luchas contra los fatimíes. 
Finalmente, el califa fue asesinado por los ismaelíes. La tribu kuyrama se apoderó de la capital (909). 
Fueron también barridos de Sicilia por bizantinos y lombardos en 915, aunque posteriormente laisla fue  tomada por gobernadores designados por los fatimíes (948). 

3.2 Los Tuluníes (868-905).

El gobierno de Egipto había sido encomendado al hijo de un esclavo turco llamado Ahmad ibn Tulun. 

Obtuvo autorización del califa para disponer de las rentas a cambio del pago de un canon y del reconocimiento. La capital fue al-Qatai al Norte de Fustat y ocupó Palestina y Siria. El califa reconquistó el territorio en el año 905. 

4. El califato disgregado: Los Fatimíes (909-1171). 

Su fundador chiíta Uďayd Allah, autoproclaŵado coŵo ͞el enviado (al-mahdi), comenzó (909) una campaña para hacerse con el imperio de los aglabíes en Ifriqiya. Una vez tomada la capital Quayrawan se dirigieron hacia Oriente con la intención de desplazar a los abbasíes del poder, consiguiendo tomar Sicilia en el año 948. El chiísmo no consiguió expandirse por el Magreb debido a la presencia de ulemas malikíes que dirigían a la población. 

Al-Mu’izz conquistó Egipto  y fundó su capital El Cairo junto a Fustat. Una vez se hubieron autoproclamado califas se enfrentaron a los abbasíes en Siria y después a los omeyas andalusíes. 
El apogeo cultural, económico y politico se alcanzó bajo el mandato de al-͚Aziz (ϵ75-996) y al-Hakim (998-1021). Durante este período La Meca y Medina quedaron bajo autorida fatimí. 
Posteriormente se irá perdiendo el control de Sicilia (1036) y Trípoli (1051) y distanciándose de los gobernadores del Magreb. Esta dinastía logró consagrar la sucesión hereditaria, heredero que podía ser menor de edad por lo que había que echar mano de regentes. Estos eran de la familia califal, pero en realidad el poder era ejercido por el visir, cargo muy importante ejercido por sunníes o cristianos coptos o armenios (cercanos a la población egipcia). 

Crisis: 
  • Lucha de facciones internas en el seno del ejército (egipcios, bereberes, sudaneses, turcos y mercenarios varios). El ejército imponía al visir. 
  • El califa era chiíta, mientras que la población era mayoritariamente chiíta. Revueltas. 
  • Etapa de hambruna debido a escasas crecidas del Nilo. 
  • Reducido su dominio a Egipto, Saladino eliminó la dinastía fatim
Otros conceptos
    • Umma Comunidad o conjunto que forman todos los creyentes musulmanes
    • Sura Cada uno de los 114 capítulos en que se divide el Corán
    • Yihad Esfuerzo interior. Guerra santa.
    • Yizya Impuesto de carácter personal que pagaban sólo los dimmíes
    • Jariyíes (Los que se han salido).Secta síi que pensaban que el Califa debía ser el mejor musulmán
    • Muladí  Musulmanes (que vivían en al Andalus) de origen cristiano. 
    • Cadí Juez musulmán
    • Sharía  Recta vía.Conjunto de leyes religiosas y civiles que proceden del Corán y la Sunna
    • Hadiz Relatos y dichos sobre la vida de Mahoma. Segunda fuente legal del Islam
    • Fítna División interna o guerra civil entre musulmanes en tiempos del Califa Alí 
    Conquista de la Península Ibérica

    En el año 711, un ejército bereber cruzó el estrecho de Gibraltar y libró una batalla decisiva contra el rey visigodo, Rodrigo. La traición de parte de la nobleza goda dio la victoria a las tropas islámicas Tariq era el encargado de capitanear esta conquista y, gracias a él y sus conocimientos en las estrategias invasoras, consiguió vencer al último rey visigodo, Rodrigo, en la batalla de Guadelete donde el antiguo rey falleció. Así pues, los musulmanes se encontraron con un estado sin monarca ni poder y con un gran ejército dispuesto a expandir su cultura y religión.

    En octubre del año 733 (o del 732, según la datación tradicional), las huestes Carlos Martel plantaban cara a la marea musulmana que, tras adueñarse de la península ibérica, cruzaba los Pirineos para amenazar en reino franco. La importancia de esta batalla es enorme. La derrota musulmana frenó la expansión islámica hacia el norte desde la Península Ibérica y es considerada por muchos historiadores como un acontecimiento de importancia macro-histórica pues impidió la invasión de Europa por parte de los musulmanes y preservó al cristianismo como la fe dominante. Esta derrota fue el último gran esfuerzo de la expansión islámica mientras hubo todavía un califato unido, y el último gran ataque del Islam desde la península ibérica antes de la caída de la dinastía de los Omeyas en 750, sólo 18 años tras la batalla de Poitiers.

    Emirato independiente (756-929)

    Abd al-Rahmán, el Inmigrado, obtiene el poder efectivo de Al-Andalus y se convierte en el primer emir independiente (756-788). Abd al-Rahmán I tuvo que hacer frente a una violenta oposición, que siempre reprimió con energía, demostrando sus dotes de político y de militar. Córdoba le debe muchas de sus bellezas y la iniciación de las obras de la gran mezquita.

    Abderramán recaló en la costa de Almuñécar, Granada En su tiempo (778) se produjo la derrota de Carlomagno en Roncesvalles, fuente de leyendas y cantos épicos.

    La política interna del emir sirio se dirigió a ganarse la amistad de los árabes con regalos de posesiones expropiadas a los cristianos mozárabes. Las revueltas y conflictos debido a la heterogeneidad de etnias y religiones en el seno del Emirato Independiente marcará gran parte de los esfuerzos de centralización tanto suyos como de sus descendientes.

    En buena medida, se puede decir qie estas rebeliones vinieron dadas por el trato de favor que sin disimulo otorgó a los árabes frente a los bereberes y también frente a la población autóctona, especialmente mozárabes y muladíes (cristianos recién convertidos al Islam).

    Al-Rida es el sobrenombre del segundo emir independiente, Hisham I (788-796) hijo del anterior. De vida corta, su mandato estuvo caracterizado por sus aceifas (campañas estivales) contra los cristianos. El botín conseguido le permitió continuar las obras de la mezquita cordobesa.

    Tanto al-Hakam I (796-822), como Abd al-Rahmán II (822-852) y Muhammad I (852-886) tuvieron que sofocar numerosas rebeliones internas, como la "jornada del foso", la "revuelta del arrabal" o la de Umar ben Hafsún, esta última heredada asimismo por los sucesores de Muhammad.

    Probablemente, fueron estas revueltas internas y el desapego a las menos fértiles tierras del norte lo que provocó en todos estos emires un gran error estratégico que costaría a Al-Andalus su desaparición. Nos referimos a que las aceifas con que los ejércitos del Emirato castigaban a los reinos cristianos, nunca tuvieron un verdadero anhelo de conquista y asentamiento. Así, los reinos y condados cristianos se podían recuperar y reconquistar cada vez más territorios hacia el sur. Ya por estos años, la frontera efectiva estaba en el Duero.



    Califato de Córdoba (929-1031)

    Fue entonces, en el año 929, cuando Abd al-Rahmán III se proclamó califa y se asignó el título de "príncipe de los creyentes". Este hecho tuvo gran importancia pues al nombrarse califa, concentraba no sólo el poder político en su persona sino el religioso, desligándose definitivamente de Bagdad y alcanzando una soberanía absoluta sobre sus tierras y un prestigio enorme entre sus súbditos.

    Con Abd al-Rahmán III la situación de Al-Andalus mejoró en todos los órdenes. Hay unanimidad en considerar a este primer califa ("lugarteniente del Profeta") como el más notable de los gobernantes omeyas de España. En el aspecto intelectual brilló igualmente. El califato de Córdoba fue la formación política más importante del Mediterráneo occidental en el siglo X. Y Córdoba, su capital, una de las ciudades más importantes del mundo en aquel momento. Era un centro cultural, económico, político, demográfico y artístico de primer orden. Hasta allí se desplazaban embajadas de las más diversas entidades políticas del momento, como los otónidas o los bizantinos. Dentro de la península Ibérica, era el estado más importante, estado que solía imponer su autoridad e intereses sobre los reinos cristianos del norte. 

    Le sucedió su hijo, el culto al-Hakam II (961-976), al que había nombrado su sucesor diez años antes.

    La alcazaba califal de Gormaz fue construida durante el gobierno de  al-Hakam II

    El siguiente califa fue Hisham II (976-1016) personaje sin luz propia pues fue eclipsado por Abu'Amir Muhammad ben Abi 'Amir al-Ma afiri, quien luego recibió el título de al-Mansur billah (Almanzor)

    Almanzor fue el primer ministro del califa Hisham II, pero realmente fue el auténtico señor de Al-Andalus. Almanzor ha quedado plasmado en la historia como un extraordinario militar implacable en su ataques de Guerra Santa a los cristianos del norte, que lo llegaron a considerar como un verdadero azote de Dios. Sus biógrafos le caracterizan como un hombre extremadamente islamista que concentró sus mayores energías en atacar a los enemigos de su religión.

    Almanzor organizó durante su gobierno más de una cincuentena de aceifas. Lo hacía con sumo cuidado y recabando ejércitos dotadísimoa que asolaron en repetidas ocasiones las más importantes ciudades y los más venerados centros religiosos cristianos. Entre sus incursiones más importante podemos citar la que destruyó León, capital del reino astur-leonés, Pamplona, Barcelona, el Monasterio de San Millán y por supuesto, la de Santiago de Compostela, recordada históricamente, entre otras cosas, porque hizo llevar las campanas de su iglesia hasta Córdoba a hombros de cautivos cristianos.

    La gran paradoja del gobierno de Almanzor es que debilitó tan decisivamente la autoridad de la figura del califa que a medio plazo cavaría la tumba del Califato.

    Sabemos que, excepto en ciertos momentos puntuales, estos reinos fueron tributarios de Córdoba. Era también el estado que marcaba muchas de las pautas culturales. Era también, en cierta medida, un estado bastante centralizado. Desde Córdoba se mandaban recoger los impuestos, se mandaban construir mezquitas o puentes por todo el territorio andalusí, se nombraban gobernadores en las diferentes regiones, y se enviaban ejércitos a solucionar diversos problemas. Y, como toda formación centralizada, durante ciertos momentos tuvo conflictos de poder con sus regiones periféricas que buscaban más autonomía.




    ORGANIZACIÓN POLÍTICA

    El califa era la máxima autoridad, ‘la sombra de Dios sobre la Tierra’, y concentraba el poder político y religioso. Como jefe religioso presidía la oración comunitaria de los viernes. Como jefe político, gobernaba, administraba justicia y dirigía el ejército. Aparecía en público rodeado de gran ceremonia.
    La administración del imperio se organizaba:
    • Un visir principal (primer ministro) que dirigía la administración central y otros ministerios, como los del ejército, correos o hacienda, que estaban bajo el mando de otros visires que dependían del primero.
    • Los territorios del imperio se dividieron en provincias o koras bajo la autoridad de un gobernador el emir o walí y representaba al califa.
    • Además habían jueces o cadíes (aplicar las leyes)  y tesoreros reales o diwanes (recaudar impuestos).
    Sus habitantes pagaban dos tipos de impuestos: uno por la posesión de la tierra y otro personal que cesaba al convertirse al Islam.

    Las ciudades andalusíes se desarrollaron en su gran mayoría a partir de las existentes en los tiempos romano-visigodos. Pero los musulmanes también crearon ciudades nuevas, como Almería, Madrid o Calatayud. Córdoba, que en la época califal, llegó a contar con más de 100.000 habitantes, cantidad muy considerable en aquella época.

    En la cúspide de la sociedad andalusí estaba la aristocracia (jassa), en su mayor parte integrados por familias de origen árabe, aunque también figuraban en ella algunos linajes de ascendencia visigoda. Este grupo social poseía grandes dominios territoriales y la ocupaba los altos puestos en la administración. En el otro extremo de la sociedad se hallaban las clases populares (amma), formadas por artesanos modestos y labriegos.

    También existió lo que podríamos denominar una clase media, formada esencialmente por los mercaderes.

    En Al-Andalus había esclavos procedentes de Europa oriental y del centro de Africa. Hay que destacar, por último, la evidente situación de inferioridad que padecían las mujeres en con respecto a los hombres.

    La primera gran división social era entre los musulmanes y los no musulmanes.

     Los musulmanes: eran seguidores del Islám y la ley islámica, (Sharia), dice  que todos los musulmanes son iguales ante Alá,  pero en la realidad existían grupos con diferentes derechos y poder  en función de su procedencia. En Al Ándalus  podemos distinguir entre:
    • Árabes: procedían de Arabia ( considerados con mayor "categoría"  que otros puebles conquistados por ellos  y convertidos al islam tras la conquista).Participaron en la conquista de la Península Ibérica y,  en el reparto del botín , recibieron las tierras que antes habían pertenecido a los nobles  visigodos. Estas familias se transformaron en ricos propietarios de grandes extensiones de tierras en los lugares más fértiles de la península: el valle del Guadalquivir, Murcia y Valencia.
    • Bereberes.  Nacidos en el norte de África  (no en Arabia y por tanto musulmanes de menor categoría)Eran musulmanes, también habían participado en la conquista de la Península Ibérica. Vivían de la ganadería y de las tierras que los árabes despreciaron. Provocaron varias revueltas por obtener los mismos derechos que los árabes.
    • Muladíes: con este término se define aquellos hispanovisigodos cristianos que vivían en territorios ocupados por los musulmanes y que  tras la conquista deciden convertirse a la religión islámica,  para no  pagar la yizya.  Dentro del grupo de los ciudadanos islámicos, ellos eran los últimos​
    • Mozárabes: este grupo  estaba formado por cristianos que decidieron no convertirse al Islam. Pudieron conservar su religión y costumbres, a cambio tenían que pagar un impuesto especial : la yizya, no podían acceder a cargos políticos ni practicar su religión en público. 
    • Los judíos eran una minoría y vivían en barrios separados: juderías.
    La filosofía árabe

    Avicena  fue un filósofo, médico y enciclopedista tadzhiko, de la Edad Media. Vivió en Bujará y en Irán. Aún conservando fidelidad al Islam, contribuyó en gran medida a difundir entre los árabes –y, a través de ellos, en los países de Europa–, la herencia filosófica y científica del mundo helénico, ante todo la doctrina de Aristóteles. Avicena hizo mucho para consolidar el pensamiento racional y propagar los conocimientos de las ciencias naturales y de la matemática. En su doctrina filosófica, conserva las tendencias materialistas e idealistas de Aristóteles, retrocediendo, en algunas cuestiones, del aristotelismo hacia el neoplatonismo. Avicena desarrolló por sí mismo la lógica, la física y la metafísica de Aristóteles. Reconocía el carácter eterno de la materia, a la que veía como causa de la diversidad de las cosas singulares, se manifestó contra las supersticiones astrológicas y de otro tipo. Su obra principal, “Dónish-Nameh” (Libro del saber), contiene una exposición sucinta de sus concepciones lógicas y físicas.

    Una de sus principales contribuciones a la filosofía fue su trabajo sobre la lógica. Avicena fue el primero en desarrollar la lógica inductiva, que se refiere a la forma en que se extraen conclusiones a partir de datos y enfoques lógicos. También fue uno de los primeros en desarrollar el concepto de la lógica proposicional, que se refiere a la forma en que se construyen argumentos lógicos. Estas contribuciones ayudaron a desarrollar la lógica moderna y, de hecho, las ideas de Avicena fueron ampliamente discutidas por los filósofos medievales europeos.

    Otro aporte importante de Avicena fue su teoría de la existencia, que se basa en la idea de que hay una realidad única que está siendo percibida por nosotros en todo momento. Esta teoría se volvió extremadamente popular entre los filósofos islámicos y fue una influencia clave en la filosofía medieval. Además, fue una fuerte influencia para la escuela de pensamiento filosófico conocida como el "racionalismo".

    Existe en Avicena una distinción entre los seres necesarios y los seres contingentes. En otras palabras, uno es el ser que estudia la teología (el ser necesario), y otro el ser que estudia el resto de las ciencias (el ser contingente o creado). 

    La creación del mundo por parte de dios es necesaria (esencia), las realidades del mundo son posibles (existencia) gracias a la existencia del primero.




    Averroes

    Generalmente se entiende por averroísmo latino, el movimiento filosófico surgido en la segunda mitad del siglo XIII en torno a la Escuela de Artes de París, que partiendo de Averroes, defendió, entre otras tesis:
    • La teoría de la doble verdad (una, la correspondiente al dogma y la fe, otra, la correspondiente al ejercicio de la razón)
    Tres grados de conocimiento o de acceso a la verdad
    1. Demostración: filosofía ( necesario)
    2. Dialéctica: teología (probable)
    3. Retórica: fe (imaginación, sentimiento alegoría)
    • La eternidad del mundo 
    Averroes defendía la teoría de la eternidad del mundo y argumentaba que la creación del universo no podía ser demostrada por la razón. Sostenía que la existencia de Dios no dependía de la creación del mundo y que la existencia de Dios y la eternidad del mundo podían ser compatibles. Al igual que Aristóteles, Averroes defiende el principio de causalidad («Todo principio tiene una causa») y nos recuerda que no es posible una regresión indefinida. La creación se limita a unir dos elementos: la materia ( potencia) y la forma (acto)


      • El mundo se rige por un orden necesario. pero en lo individual hay un margen para lo casual ( libertad humana)
      La idea de Averroes es diferente de las teorías anteriores porque las otras sostienen que el intelecto universal es sobrehumano y que cada individuo humano tiene su propio intelecto , mientras que Averroes identifica el intelecto único con la mente de todos los humanos. Si bien Averroes propone sus ideas generales sobre el intelecto humano en todos sus tres comentarios sobre El alma de Aristóteles , esta teoría sólo aparece en su largo comentario final. Proporciona diferentes tesis para explicar el conocimiento humano en sus dos comentarios anteriores, sugiriendo que la noción de unidad del intelecto es su teoría más madura después de haber considerado otras ideas.

      Para Averroes el intelecto agente no tiene realidad trascendente, sino que es intrínseco al alma humana. En realidad, como el propio Aristóteles, el filósofo andalusí no concebía los diferentes intelectos (intelecto pasivo o material, intelecto agente, intelecto en hábito...) como entidades diferentes, sino como distintas facultades de una sola unidad, que era el alma humana. Pero, para producir la intelección, es precisa la actuación conjunta de todas ellas, siendo el intelecto agente el que (como la luz en la visión) trae al acto la intelección, actuando sobre el intelecto material (equiparable al ojo) que percibe así las formas inteligibles (colores).

      PROGRESOS ÁRABES
      • FÍSICA. Perfeccionaron y difundieron la brújula, el astrolabio, la carta náutica y la vela latina, elementos que hicieron posible la etapa de grandes navegaciones y descubrimientos de la segunda mitad del siglo XV. Pero además fueron pioneros en la utilización de presas para la producción de energía hidráulica y en el desarrollo de los relojes de agua, que registraban el paso de las horas y las fases de la Luna. Ellos contribuyeron también al nacimiento de la moderna ciencia óptica. El Tratado sobre óptica, de Hassan Ali Aitan (963-1309) habla por primera vez del uso de la cámara oscura, imprescindible para el posterior desarrollo de las cámaras fotográficas modernas.
      • QUÍMICA. Aportaron los primeros conocimientos sobre productos tan importantes como el alcohol, el ácido sulfúrico, el amoniaco o el mercurio, compuesto que preparaban con verdadera maestría.También se debe a los árabes el proceso de destilación, uno de los métodos básicos de la química, el arte de teñir, el curtido del cuero o el temple del acero. La aplicación de la química a la farmacia se la debemos igualmente a ellos. Por ejemplo, el agua destilada, el alcanfor, los jarabes o las pomadas.
      • GASTRONOMÍA. Platos tan familiares como el arroz con leche, especias como la nuez moscada o el anís, y frutas como el melón y la sandía, son parte del legado culinario que nos han dejado los árabes.La berenjena, uno de los manjares de Islam, alcanzó tanta popularidad en al-Ándalus que a los almuerzos de mucho bullicio y gentío se les llamaba berenjenales. «¿Quién nos hubiera dicho que la pasta es de origen beréber, o que las famosas salchichas de Francfort eran ya famosas en al-Ándalus?», se preguntan Inés Eléxpuru y Margarita Serrano, expertas en cocina andalusí, en su libro Al-Ándalus.Magia y seducción culinarias (Ed. Al-Fadila, Madrid, 1991). El azúcar, que durante siglos sólo se conocía en forma de jarabe, pasó a consumirse como lo conocemos hoy gracias a que inventaron la manera de cristalizarlo.
      • MATEMÁTICAS. Fue la ciencia favorita de los árabes, junto con la Medicina y la Astronomía. Muchos principios básicos de la aritmética, geometría y álgebra se deben a los descubrimientos de sus eruditos. Todavía hoy utilizamos los números y el método de contar de musulmanes. Por ejemplo, difundieron el cero (del árabe sifr), inventado en el año 976 en India, aunque no se utilizó hasta el siglo XIII. La trigonometría es la rama de las matemáticas que cultivaron con mayor diligencia. De ahí nacieron conceptos fundamentales como el seno, coseno y la tangente.
      • MEDICINA. La primera descripción de la viruela y el sarampión se debe al médico árabe Rhases, autor de Havi (la vida virtuosa), una extensa obra de nueve tomos que constituía toda la biblioteca de la Facultad de Medicina de París en 1395. Los cirujanos musulmanes del siglo XI ya sabían incluso cómo tratar las cataratas y detener las hemorragias internas. Como buenos conocedores de los anestésicos, administraban una droga hecha con una planta llamada cizaña, hasta que el paciente quedaba inconsciente. De la mano del genial Averroes, médico y filósofo andalusí que recuperó para el mundo latino el pensamiento de Aristóteles, la medicina alcanza su cumbre. Y Avicena (Abu Ali Al Hussain Ibn Abdallah), cuyo Preceptos de la medicina, 1543, es una obra maestra sobre higiene y terapéutica. Fundaron, además, modernos hospitales donde, además de escuela y biblioteca, disponían de huertos para el cultivo de plantas medicinales, departamentos de oftalmología, medicina interna y ortopedia. Todavía hoy son considerados como un modelo de centros sanitarios.
      • FARMACOLOGÍA. Su etapa de esplendor se inició, precisamente, en al-Ándalus, a mediados del siglo X. Les pusieron nombres a las plantas en todas las lenguas conocidas: romance, beréber, griego, latín, árabe clásico, etc., lo que contribuyó a difundir los conocimientos de botánica y farmacología por medio mundo.Parte de este colosal trabajo se debió al malagueño Ibn al-Baytar, muerto en 1248, autor de una de las obras cumbre de la especialidad, la Colección de nombres de alimentos y medicamentos simples o al-Yami, donde se enumeran unas 1.400 medicinas de origen vegetal y mineral.
      • AGRICULTURA. Los árabes introdujeron las plantas tropicales en la región mediterránea. Pero además trajeron a la península Ibérica nuevos cultivos: arroz, algodón, espárragos, alcachofas, etc., así como novedosas técnicas de regadío, máquinas elevadoras de agua y métodos para injertar plantas hasta entonces desconocidos.
      • JUEGOS. Los musulmanes introdujeron en España, en el año 822, el ajedrez, cuyo origen se sitúa en India. Gracias al influjo musulmán han quedado expresiones como jaque mate, que deriva de la palabra persa al-jakh-mat: «el rey está muerto». Uno de los juegos más populares, el tres en raya, procede también de los árabes, que lo llamaban el alquerque. Y el actual backgamon, originario de las tablas reales, comentadas por Alfonso X.
      • ARTESANÍA. Los habilidosos alfareros musulmanes tuvieron un enorme influjo en el arte cerámico de Italia, Francia y España. Maestros del metal, encuadernadores italianos, armeros españoles... Los hoy reputados vidrieros venecianos aprendieron de los musulmanes los secretos de la fabricación del vidrio, llevándolos a la práctica en sus talleres de la isla de Murano. Esto les permitió alzarse con el monopolio mundial de la cristalería de lujo.
      • PALABRAS. Nuestro diccionario está repleto de términos que proceden del árabe. Alambique, alcohol, Guadiana, café, almohada, naranja o sofá son algunas de las palabras que nacieron de aquella cultura. Y mil y una más: sorbete, caravana, almacén, tarifa, aduana...
      • ARQUITECTURA. Granada, Sevilla, Córdoba o Samarkanda. Es la religión la que ha ayudado a dar al arte musulmán sus fuertes características espirituales y abstractas. El peso que ejerció, por ejemplo, sobre la arquitectura de las iglesias es indiscutible. Un claro ejemplo es la influencia de la mezquita de Córdoba en Notre Dame de París: arco de trébol, de herradura y el de piedra bicolor, tres símbolos arquitectónicos que han desafiado el paso del tiempo.Como la aguja y el campanario cristianos, herederos del minarete, y los patios andaluces.
      • UNIVERSIDADES. La madrasa o universidad islámica, creada en el siglo XI, fue el embrión de las universidades europeas. La primera madrasa que se erigió en al-Ándalus (1349) fue la de Málaga, a la que siguieron las de Granada y Zaragoza, ésta última dedicada casi en exclusiva a la enseñanza de la medicina. Todavía a comienzos del XVI se impartía en lengua árabe. Córdoba, centro mundial de la cultura, llegó a tener tres universidades, 80 colegios y una biblioteca con 700.000 volúmenes manuscritos.
      • ASTRONOMÍA. Construyeron observatorios en las ciudades más importantes del imperio islámico: Córdoba y Toledo, El Cairo, Bagdad. Inventaron el péndulo y el reloj de sol, pronosticaron la existencia de las manchas solares, uno de los enigmas actuales, y estudiaron los eclipses y cometas. Sus cálculos obligaron incluso a modificar el calendario. Uno de los padres de esta reforma fue Omar Khayyan, astrónomo cuyos versos hicieron inmortal su nombre: «Toma un cántaro de vino, siéntate a la luz de la Luna y bebe pensando en que mañana quizá la Luna te busque inútilmente». Después de sus conquistas en Europa, partiendo de España, y en Asia hasta la India, los árabes comenzaron a interesarse tanto por las civilizaciones de Occidente como por las de Oriente, a tanto que manifestaron la ambición de heredar la aportación grecorromana. Al-Manzor (712-775 d.C.) fue el primer califa que estimuló esta ambición, pues hizo traducir al árabe todos los libros de los griegos y fundó en Bagdad una especie de universidad, que comprendía una importante biblioteca y un observatorio astrológico. Durante varios siglos, el idioma árabe fue considerado como la lengua de la ciencia, y las gentes de diferentes países de Europa iban desde muy lejos a Bagdad para beber en las fuentes de la ciencia antigua salvaguardada por los árabes. El desarrollo de la ciencia entre los árabes alcanzó su apogeo hacia los siglos IX y X y, como la astrología gozó siempre de popularidad en Oriente, fue completamente natural que los árabes dedicaran una muy particular atención a la Astronomía. Sirviéndose del Almagesto, traducción árabe del famoso Tratado de Astronomía, de Ptolomeo, los astrónomos árabes trataron, en primer lugar, de reducir las teorías a tablas, de perfeccionar los instrumentos de medida y de multiplicar las observaciones con más precisión. Pronto se dieron cuenta de ciertos errores cometidos por el astrónomo alejandrino, principalmente en lo relativo al tiempo de revolución de la Luna, los límites de los eclipses solares, las posiciones respectivas de Mercurio y de Venus con relación al Sol. El descubrimiento más importante hecho por los astrónomos árabes fue la precesión de los equinoccios. Este importante aporte, se le atribuye a Al-Battani, también llamado Albatenio, gran señor, que vivió a finales del siglo IX y a comienzos del X, año 929 a.C. Según las observaciones hechas por los antiguos, ya se sabía que las estrellas no recorrían todo el cielo, sino solamente ocho grados del Zodiaco, tanto hacia el Este como hacia el Oeste. Para explicar este fenómeno, Ptolomeo emitió la hipótesis del acceso y del receso: según él, la esfera celeste experimentaría un movimiento lento, correspondiendo un grado cada ochenta años; este movimiento se proseguía en sentido directo hasta 8 grados, y después cambiaba de sentido hasta la posición correspondiente a cero grado, momento en que el movimiento se emprendía de nuevo, pero en sentido contrario. Así, para tener en cuenta este movimiento de la esfera celeste, Ptolomeo, dedujo la necesidad de añadir un día al cálculo había sido fijado por Hiparco, que vivió trescientos años antes que él. No obstante, Al-Battani observó que, en realidad, a Hiparco le faltó añadir cuatro días y medio, según lo que había determinado Ptolomeo, pese a que éste le había añadido un día mas, mientras que el tiempo que había transcurrido entre Hiparco y Ptolomeo no era más que de unos setecientos años. Al- Battani renunció entonces a esta hipótesis del acceso y del receso, y se hizo el siguiente razonamiento: Para descubrir la verdad, es preciso hacer observaciones de una manera continua, y corregir las antiguas determinaciones aplicando las enseñanza de las nuevas observaciones, es decir, seguir las pautas que habían hecho los que vivieron antes que nosotros, que cogieron las observaciones de sus predecesores. Esto quería decir que debía comparar sus propias mediciones con las que había hecho Ptolomeo. El tiempo y el espacio transcurridos entre estas dos épocas era bastante largo y ello le permitió encontrar un valor muy exacto de la velocidad de precesión de los equinoccios. El valor que Al-Battani había encontrado era el primero en sesenta y seis años solares. Este valor se aproxima mucho al verdadero. Entre los físicos árabes, debe mencionarse a Al-Hazan (965-1039 a.C.), quien por primera vez trató en su libro de óptica sobre la ley de la reflexión. El autor mencionó igualmente el fenómeno de la refracción; no obstante, no estableció su ley rigurosa sobre estos nuevos conocimientos; admitía solamente que existía una relación constante entre el ángulo de incidencia y el ángulo de refracción. Por último, su libro contiene la primera descripción del principio de la cámara oscura, así como una descripción detallada del ojo humano con el humor acuoso, el cristalino, la córnea y la retina. Prosiguiendo el sueño de los egipcios, los árabes dirigieron sus esfuerzos hacia la alquimia. Sobre transmutación de los metales ordinarios en oro, observaremos que, con el progreso actual de la ciencia los núcleos atómicos, es efectivamente posible fabricar núcleos de oro a partir de los núcleos de mercurio, elemento que ocupa la casilla inmediata al oro en la clasificación periódica de los elementos, siendo el orden creciente de los pesos atómicos. Pero conviene observar que, en el tiempo de los árabes, la cuestión de la transmutación en oro, no tenía enteramente el mismo aspecto, y se trataba sólo de una simple especulación. Debemos decir por último que, si los alquimistas árabes no lograron hallar la piedra filosofal, llegaron por lo menos a preparar ciertas aleaciones y amalgamas y encontraron numerosos ácidos y alcoholes. Así que podemos decir con sobrada razón que tienen el mérito de haber penetrado en los caminos de la metalurgia y de la química. Si se estudia la civilización de los árabes, se comprueba que tanto su ciencia como su arte suelen tener un carácter híbrido y que, a veces, carecen de originalidad, pero sea como fuere los árabes tienen el indudable mérito de haber salvado y enriquecido la ciencia antigua. Tienen también derecho a nuestro reconocimiento por haber introducido en Occidente la civilización extremo-oriental.